Nuevas tramas de Educación inicial en cuarentena
Queremos decir colectivamente y profundizar en el análisis crítico de la realidad, que nos permita sumar a la ternura y la solidaridad en la búsqueda de alternativas educativas y de cuidado con más inclusión y justicia. Queremos sostener la escuela como igualadora de oportunidades, más allá de que hoy no podamos desplegar su materialidad en el encuentro cotidiano que se produce en cada sala de Nivel inicial, queremos construir puentes de confianza en esta nueva manera de transitar la escuela.
Por Colectivo de Educación Inicial Córdoba
“Emanuel no podía salir al patio de casa porque el miedo de que ese virus lo atrapara lo tenía paralizado… y fue un cuento, la voz de su maestra la que pudo contenerlo y acariciarlo con sus palabras, la que lo ayudó a salir, la que le tendió la mano para aprender juntxs”.
Una colega comparte lo que una familia le contó hace unos días.
Lo que sucede en un tiempo y un espacio determinado siempre tiene relación con el devenir complejo de la historia, en esa complejidad se desarrolla lo cotidiano y, se asientan, como en una telaraña gruesa, pesada, oscura, las situaciones, las sensaciones y los imperativos de este tiempo de cuarentena y aislamiento social, al que nosotras preferimos llamar separación temporal de los cuerpos como una medida preventiva, con la fuerza del cuidado colectivo.
La novedad del Covid 19 no desata solo lo inédito, sino que profundiza lo que ya estaba sucediendo en esa telaraña de la que hablamos: la intemperie de quienes menos tienen, la exclusión de lxs que más sufren, la soledad de los excluidxs, la desesperación de lxs violentadxs. La insatisfacción de lxs satisfechxs, el desasosiego de muchxs docentes, el adultocentrismo con el que muchas veces construimos las relaciones con lxs niñxs, las condiciones críticas -materiales y simbólicas- del trabajo pedagógico, la falta de acceso a las nuevas tecnologías y los escasos recursos en educación, lo anquilosado de los formatos escolares, la verticalidad y burocratización del sistema educativo, el atropello de las jerarquías, que desconociendo los alcances y límites de la autonomía profesional e institucional, demandan y despliegan órdenes e instancias de control y vigilancia hacia lxs maestrxs.
La lista de las dimensiones que conforman esa telaraña gruesa y oscura podría seguir y seguir, pero son tiempos de quedarnos adentro de nuestras casas y de nosotrxs mismxs. A la vez son tiempos de profundizar el diálogo, de circular la palabra, de escuchar(nos) de pensar en y con lxs otrxs, de reflexionar sobre los sentidos más profundos de la educación inicial, la relación con las familias, los vínculos con lxs estudiantes; de entender que no todos tenemos las mismas posibilidades y recursos. Las brechas que siempre estuvieron hoy salen a la luz con más fuerza, las desigualdades también, y en este contexto nos toca seguir siendo y haciendo escuela esa que se simboliza en gestos profundamente humanos, éticos, políticos y poéticos.
¡Qué desafío habilitar y construir el deseo de aprender, de leer, de escuchar(nos), de enseñar(nos), de jugar(nos), qué difícil nos resulta reinventar(nos) como escuelas justo ahora y por medio de encuentros virtuales!
No es nuestra intención desechar ni desestimar las nuevas tecnologías, lo que queremos seguir diciendo y haciendo tiene que ver con denunciar los atropellos del sistema educativo jerárquico que exige el cumplimiento de plazos extremos y presiona a lxs docentes con demandas y reclamos absurdos; y proponer nuevos caminos que puedan ser construidos colectiva y propositivamente para seguir sosteniendo el derecho social a la educación desde la cuna.
Garantizar el derecho social a la educación desde la cuna
Como Colectivo de educación inicial queremos priorizar el diálogo, la reinvención de otros modos de ser escuela, la comprensión y las propuestas que den tiempo para escuchar(nos), tal vez con un video breve, un audio relatando un cuento o una poesía, contando historias, compartiendo actividades de animación a la lectura, desplegando una intervención pedagógica para enseñar algún juego, con la intención de construir un mensaje de esperanza y ternura que deje una huella de profunda relevancia pedagógica, política, ética y estética en el Nivel inicial.
Por eso las propuestas de enseñanza que construyamos tienen que acompañar el encuentro, lo más amigable y distendido posible, de lxs niñxs con sus familiares y/o personas con las que conviven, a través de la mediación de docentes que brinden oportunidades para disfrutar, experimentar, jugar, leer, dar rienda suelta a la imaginación, a la creatividad, animándonos a seguir diseñando intervenciones que lejos de “primarizar” el Nivel inicial, sigan arriesgando a la construcción de aprendizajes desde nuevos formato escolares.
Queremos tejer una trama que dé cuenta de las búsquedas, los interrogantes, las propuestas, los aciertos y errores, las construcciones colectivas del conjunto de educadorxs que tienden puentes para que el encuentro pedagógico sea transitado en amorosidad, acariciándonos, dándonos tiempo, acompañando sin interrumpir los procesos personales, familiares y comunitarios que todos estamos transitando. Una trama de cuidado, de enseñanza, de juego, de lenguajes expresivos, en el marco del derecho social a la educación desde la cuna.
Deseamos traspasar las barreras de la virtualidad para permitirnos ingresar respetuosamente, aunque sea por unos momentos, dentro de los hogares de lxs niñxs, para compartir con las familias aquellos sentires en torno a esta situación estresante para muchxs, tratando de poner el foco en compartir aprendizajes en familia, volver a jugar como niñxs, pensar junto a otrxs. Quizá la intervención pedagógica de este tiempo también resida en escuchar y acompañar las vivencias de muchas familias a las que por ejemplo no le alcanzó el bolsón del Paicor, o en las problemáticas de la falta de ingresos porque perdieron el trabajo o no pudieron salir a trabajar.
Hacer escuela en tiempos complejos: también una oportunidad
Queremos pensar qué es lo que nos quedará al cabo de este tiempo: ¿qué les quedará a lxs niñxs? ¿qué registrará nuestra memoria emotiva de lo que pasó? ¿qué sería importante que nos quede? Probablemente, lo más valioso sean las sensaciones, las emociones, los sentimientos que nos permitieron atravesar -de la forma más “saludable”- este tiempo de angustias y miedos colectivos. Si nos sentimos segurxs, cuidadxs, arropadxs, miradxs, escuchadxs, acompañadxs, amadxs, es probable que podamos sentir que aprendimos juntxs.
Estamos convencidas de que este tiempo también puede ser una oportunidad, por eso nos negamos a ser meras aplicadoras de propuestas que se nos imponen desde lugares en los que no hemos participado. Queremos recuperar, el siempre negado, protagonismo de lxs docentes como intelectuales, constructorxs de conocimiento, con márgenes de autonomía, que reflexionan y accionan colectiva, crítica y responsablemente en el desarrollo de propuestas situadas, que contemplen la singularidad de las posibilidades de cada docente, de las familias, de lxs niñxs y de las instituciones de las que formamos parte.
Hacemos una mirada humana al trabajo pedagógico virtual en este contexto, que interpela la obediencia a las prescripciones absurdas del Sistema Educativo, cuando las mismas se convierten en inviables y ciegan la complejidad de lo que se está viviendo.
Entonces la desobediencia aparecerá como acto creativo, como puerta abierta a la imaginación de acciones posibles y necesarias en la realidad singular de la comunidad educativa en la que interactuamos, para poder encontrarnos como seres humanos en la profundidad ética y política del acto pedagógico.
Es por ello, que nos invitamos, nos convocamos, nos comprometemos a sostener acompañando, encontrándonos, comunicando, informando, solidarizándonos, cuestionando, poniendo una mirada crítica, humanizando cada paso en este nuevo camino de enseñar y aprender en la educación inicial, porque la sensibilidad es principio de la escuela.