Lanata y el terrorismo periodístico
A grandes rasgos podríamos decir que el terrorismo busca infundir miedo mediante actos violentos conscientes y planificados. El domingo por la noche eso fue lo que hizo Jorge Lanata en su programa de televisión Periodismo para Todos (PPT). Después de todo, violencia es mentir.
Por Florencia Trentini para Notas
En el marco de un informe sobre la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), Lanata habló del supuesto “terrorismo mapuche” y calificó a esta organización como una “guerrilla terrorista”.
Esta denominación para referirse a “los mapuches” no es nueva, ya en 2009, el referente de la Sociedad Rural, Carlos “Nuno” Sapag -hermano de Jorge Sapag, ex gobernador de Neuquén- sostenía que los mapuches eran respaldados por miembros de la Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y se financiaban con dinero del narcotráfico.
En aquel entonces, el escenario que había antecedido a semejante acusación fue una violenta represión a la comunidad Currumil-Quillén en el marco de una recuperación territorial. No hubo pruebas que respaldaran estos dichos, pero no fueron necesarias para instalar en el sentido común de gran parte de la sociedad que los mapuches son terroristas.
Hoy, ocho años después, lo que antecede las acusaciones de Lanata también es una violenta represión, en este caso al Pu Lof en Resistencia Cushamen. Con el terrible agravante de la desaparición de Santiago Maldonado. Pero ni la represión, ni los conflictos territoriales en la zona, ni una desaparición en democracia fueron temas del informe de Periodismo para Todos, el eje estuvo puesto en la supuesta existencia de una “guerrilla indígena en el sur” y en criminalizar y estigmatizar al Pueblo Mapuche.
Según Lanata “los tipos reivindican la lucha armada para ocupar tierras que consideran propias e imponer la Nación Mapuche entre Argentina y Chile”. Y si de causar terror se trata, el informe cuenta cómo este grupo armado llegó a la Ciudad de Buenos Aires y destrozó las instalaciones de la Casa de la Provincia de Chubut para pedir la aparición con vida de “Sebastián” (no de Santiago, según las pintadas en las paredes y vidrios).
En un informe de aproximadamente 18 minutos se mezclan distintos temas: la supuesta guerrilla que aterroriza los alrededores de El Maitén en Chubut, el asesinato del policía Aigo por parte de este supuesto grupo (aunque otros grupos hayan reivindicado este hecho), el liderazgo de Facundo Jones Huala, a quien se muestra en una entrevista terriblemente editada afirmando que comulga con la ideología de la RAM, a pesar de que en otras notas ha sostenido no estar vinculado actualmente a esta organización.
Así, en base a supuestos y mezcla de temas, sin ninguna prueba, Lanata y su equipo se dedicaron el domingo a construir terror y violencia, eso que ellos llaman terrorismo, en este caso periodístico.
Ahora bien, el tratamiento mediático de estos hechos actuales no puede pensarse separado del genocidio iniciado con la “Conquista del Desierto”, y la instauración de una lógica binaria entre la civilización y la barbarie que perdura (resignificada) hasta la actualidad y que sigue definiendo al “indio” por un carácter delictivo.
El discurso deslegitimante que construyó a los indígenas como “enemigos internos” que había que exterminar continúa fuertemente arraigado en el sentido común, erigiendo históricamente un entramado de valores propios de nuestra sociedad que se construyó sobre la idea de ser blanca, europea y sin “indios”. Sentando las bases para colaborar pasiva y/o activamente con la violencia hacia estos pueblos, permitiendo su “exterminio”. Ayer por bárbaros, hoy por terroristas.
Pero si bien este discurso no es nuevo, lo que agrava las mentiras tendenciosas y estigmatizantes del informe de Periodismo para Todos es que se puso al aire mientras Santiago Maldonado continúa desaparecido, con testigos que afirman que fue detenido por Gendarmería durante la fuerte represión el Pu Lof en Resistencia, en donde se encontraba apoyando el reclamo por la liberación de Jones Huala.
La familia de Santiago denunció su desaparición forzada. Sin embargo, desde el Juzgado Federal de Esquel se emitió un comunicado que sostiene que “no se ha corroborado que Santiago Maldonado haya sido detenido por la Gendarmería Nacional Argentina”. Mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich afirmó que no se podía saber si el joven se encontraba en el lugar porque todos estaban encapuchados.
En el medio, Lanata hizo el periodismo que últimamente mejor sabe hacer, ese que sirve para justificar represiones y desapariciones. No importa si se trata de pibes de 12 años, de trabajadores de la economía popular o del Pueblo Mapuche, lo que importa es generar el marco de legitimidad a las políticas represivas, punitivas y violentas del gobierno nacional.
Un periodismo que trabaja para que los desalojos, las represiones, las militarizaciones de los territorios, las desapariciones pasen desapercibidas como actos intimidatorios y de extrema violencia, porque lo que hace es construir a las víctimas como merecedoras del castigo. Aportando a consolidar lo que Agamben llama “estado de excepción”, para justificar que determinados sectores estén exceptuados de ciertos derechos.
Se puede sembrar terror mediante incendios, bombas y armas, pero hay otras formas mucho más “sutiles”, menos directas y evidentemente más efectivas, que pasan casi desapercibidas por la mayoría de la sociedad: mediante campañas mediáticas cada domingo.
*Por Florencia Trentini para Notas.