Memoria e identidad en 17 carnets
San Lorenzo entregó carnets de socios honorarios a familiares de 17 hinchas desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. Otros clubes ya han puesto en marcha iniciativas similares, impulsadas por socios y comisiones que trabajan sobre Derechos Humanos. ¿Por qué los clubes de fútbol deben motorizar estas acciones? «Los Clubes fueron y son atravesados permanentemente por las circunstancias que forman parte del contexto en el que se desarrollan la vida y la práctica de sus Socios». Del pasado y presente de un hincha, se nutre la identidad de un club.
Por Redacción La tinta
“Me enteré de que mi viejo era de River y algunos amigos me joden con que debería cambiarme de cuadro. Ni en pedo. Podés cambiar de cualquier cosa menos de club. Yo soy cuervo y eso no se toca”, dijo Matías Darroux Mijalchuk, el nieto N°130. La nota elaborada por la Coordinadora de DDHH del Fútbol Argentino se tituló «¿De qué va la identidad?».
¿De qué va?, se preguntan algunos clubes. A contramano de la tendencia global de convertir el fútbol en un producto desarrollado al ritmo del marketing, en nuestro país, hay ejemplos saludables que se oponen a la lógica de las Sociedades Anónimas. Desde la implementación de políticas de igualdad de género hasta las acciones constantes por la memoria de hinchas desaparecidos en la última dictadura, algunos clubes eligen fortalecer su vínculo con el origen, el territorio, la historia común, la realidad social del hincha y la vida del barrio.
Entre esos clubes, se puede citar a San Lorenzo de Almagro, quien entregó carnets de socios honorarios a familiares de 17 hinchas desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. A lo largo de seis meses, integrantes de la Subcomisión del Hincha y la Subcomisión de Derechos Humanos de la entidad de Boedo trabajaron sobre viejos registros de la institución y contactaron a familiares para identificar a cada hincha desaparecido. El trabajo se consumó el pasado 24 de agosto en un acto.
«Como Asociaciones Civiles en manos de sus Socios, (los clubes) deben cumplir un rol social y cultural que los relaciona con la comunidad de la que forman parte y a la que deben su razón de ser», expresaron en un comunicado desde la Subcomisión del Hincha.
Se trata de 17 carnets que ahora llevan la leyenda de «Socio Honorario» junto al nombre y apellido de cada desaparecido. Ellos son: Daniel Schapira (jugador de tenis del club), Oscar Forlenza (Jugador de bowling), Juan Carlos Martínez, Horacio Pietragalla, Jorge Argente, Guillermo Barros, Carlos Vivas, Eduardo Seghezzo, Emilio De Lorenzo, Alberto Pastor, Diego y Luis Guagnini (hermanos desaparecidos en Boedo), José Orlando, Luis Zuckerfeld, Osvaldo Balbi y Marcos Zuker.
¿De qué va la identidad y qué rol pueden cumplir los clubes del deporte más popular del país? Para Martín, el ser hincha de San Lorenzo lo vincula a toda su historia, incluso a aquella que fue hasta que Abuelas Córdoba le confirmó que era hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, desaparecidos en diciembre de 1977. Sus años en esa búsqueda están rodeadas de alegrías y tristezas en el Nuevo Gasómetro y en cada partido del cuervo. Nunca será de River, como su padre. Toda su historia y su presente es azulgrana. «El fútbol es una pasión irracional. Es ser parte de la masa, del barro», supo explicar. Un barro en el que se mezcla todo, lo personal y lo colectivo. Seguir siendo cuervo y añorar el regreso a Boedo como cada hincha no es contradictorio. Es parte. Él también quiere que su club recupere una parte de la identidad que intentaron robarle.
Será por eso que, en ese barro en el que se moldea la identidad, también se homenajeó a Jorge Julio López, secuestrado y liberado entre 1976 y 1979, y vuelto a desaparecer en democracia el 18 de septiembre de 2006. López no fue hincha de San Lorenzo, pero sí uno de sus sobrinos que hoy forma parte de la institución. Entre los familiares que recibieron los carnets conmemorativos, Margarita, hermana de López, recibió el suyo. Su nombre y el de los restantes 17 hinchas reaparecen, una vez más, impresos para decir presente.
Otros clubes importantes han trabajado en el mismo sentido en los últimos años. Por caso, Banfield y Estudiantes de La Plata lanzaron de manera conjunta una campaña que impulsó, a comienzo de 2019, la búsqueda de socios desaparecidos en la última dictadura. En el pincha, todo nació luego de hallar un viejo registro que certifica que Rodolfo Walsh estuvo asociado a la entidad en 1959. En el Taladro, de la mano de Sergio «Cherco» Smietniansky, abogado de la CADeP (Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo), se motorizó una campaña que incluyó entrega de folletos que invitaban a los hinchas a rastrear esas historias.
«Nunca nos pensamos sociedad y, mucho menos, anónima: lo nuestro es club y con nombre propio. Somos Banfield. Tenemos historia, presente y futuro. Será por eso que estamos buscando, será por eso que nos estamos buscando», escribió Smietniansky en Página/12 al contar la iniciativa.
La Subcomisión del Hincha de San Lorenzo concluye su comunicado con una definición tan clara como política sobre el rol de los clubes de fútbol: «Consideramos prioritario este tipo de reconocimientos, ya que los Clubes fueron y son atravesados permanentemente por las circunstancias que forman parte del contexto en el que se desarrollan la vida y la práctica de sus Socios e Hinchas que son, ni más ni menos, quienes los conforman».
En esas circunstancias, en ese barro, cada hincha da forma a su vida en sociedad. A su identidad. Lo que lo vincula a su pasado y a su presente. Identidad de la que depende y se nutre un club, y, por ende, tiene la obligación social de responder. De eso va la identidad, la memoria y la responsabilidad social del fútbol.
*Por Redacción La tinta