Cayetano a la calle
El 7 de agosto tiene una marca en el calendario de los movimientos sociales de Argentina. En el día de San Cayetano, la economía popular reclamó “Paz, pan, tierra, techo y trabajo”, una Ley General que institucionalice al sector y el Salario Básico Universal. Con un “feriazo” y un festival, les trabajadores más postergades ocuparon el centro de la ciudad.
Por Redacción La tinta
Desde hace seis años, movimientos populares de trabajadores de la economía popular se unen cada 7 de agosto, día de San Cayetano. En Córdoba, las banderas de Tierra, Techo y Trabajo se levantaron en un feriazo, festival y bendición de las herramientas, en Hipólito Yrigoyen y Montevideo. La actividad estuvo protagonizada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), “una herramienta de nuevo tipo que concentra la lucha histórica de los descartados y las descartadas que creamos nuestro propio trabajo para mantener a nuestras familias y lo queremos dotar de derechos”, expresaron en la convocatoria.
“Los y las trabajadoras de la economía popular fuimos parte de un feriazo con la intención de visibilizar nuestras unidades productivas y los trabajos que hacemos cotidianamente, pero que socialmente no son tan conocidos. Y como año a año, también está el pedido de paz, pan, tierra, techo y trabajo”, explica Sandra González de Encuentro de Organizaciones.
En Argentina, se estima que más de 10 millones de personas adultas no tienen empleo registrado ni ingresos regulares. Muchas de ellas se organizan en sus comunidades para mejorar sus condiciones de vida, inventando su propio trabajo y batallando contra la precariedad. «En la lucha, los movimientos conquistaron políticas públicas para fortalecer la economía popular y desarrollaron una agenda de propuestas -afirman desde UTEP-. No se trató de una tercerización, sino de inventar algo nuevo donde no existía nada, donde solo había vacío y abandono”.
“Nosotros entendemos que la única deuda que existe es con el pueblo”, señaló Javier Montalvano, del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), haciendo referencia a las distintas miradas que coexisten en el gremio respecto al rumbo del actual gobierno. “En los anuncios que dictó el nuevo ministro de Economía, Massa, no hay ninguna medida respecto a lo que venimos luchando, el Salario Básico Universal, para contener a esta crisis social, una medida urgente para los sectores más empobrecidos”, agregó.
Las necesidades son urgentes
Una de las demandas centrales de la jornada fue el reclamo por la aprobación de la Ley General de Tierra, Techo y Trabajo, que la UTEP llevó al Congreso de la Nación, junto con la creación de una Empresa Nacional de Alimentos para desconcentrar el mercado de alimentos, pensando una nueva forma de producción, comercialización y distribución.
«Creemos que la salida a la crisis del empleo que afecta en mayor o menor medida a todo el mundo radica en una economía mixta donde el sector popular sea reconocido, organizado, valorado y sus trabajadores tengan plenos derechos. Nuestra propuesta de la Ley General de Tierra, Techo y Trabajo contiene diferentes políticas públicas para contener la realidad de nuestro sector», señalan desde UTEP.
“Se trata de darle un sentido propositivo a lo que ha sido un reclamo y, a través de esta ley, pedimos que se institucionalice la figura de la Economía Popular”, explica Sandra. La normativa plantea la creación de un nuevo ministerio que atienda al sector, de un Monotributo Productivo y de un Fondo Fiduciario para la Promoción del Crédito a la Economía Popular, compras gubernamentales, entre otros puntos.
El Salario Básico Universal es una de las demandas que tomó más visibilidad en los últimos meses. Fue presentado en mayo de este año por el diputado nacional Itai Hagman, del Frente Patria Grande, y plantea una prestación monetaria mensual no contributiva que garantice la protección social por parte del Estado para les trabajadores, sin importar su forma de trabajo. Alcanzaría a personas desocupadas, que desarrollen trabajo en la economía “informal”, igualando el valor de la Canasta Básica Alimentaria.
“Siete millones y medio de trabajadores de la economía popular no registrados ni organizados en nuestras unidades productivas la están pasando mal. Pedimos un Salario Básico Universal que garantice un mínimo plato de comida en la casa de ellos, que la mayoría están por debajo de la línea de indigencia”, sigue Sandra, y concluye: “Todos los días se acercan personas nuevas a los espacios comunitarios a buscar alimentos y trabajo, y para organizarse porque les parece interesante la movida que hay, porque nos ven cómo trabajamos, cómo crece la huerta, el barrio. La organización social es el refugio de muchas que sufren violencia de género, que tienen consumo problemático. La organización está ahí, casi a modo de Estado, ante la necesidad de la comunidad, muy fuerte, con presencia y muy reconocida por los vecinos”.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La tinta.
