Reina Maraz sigue sin ser escuchada
El viernes pasado se cumplieron dos años de la condena a cadena perpetua para Reina Maraz quien hoy continúa en prisión domiciliaria. Migrante boliviana, originaria, pobre y víctima de violencia de género, su caso requiere soluciones integrales que hasta ahora la Justicia, claramente no ha sabido cómo abordar.
El 28 de octubre de 2014, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Quilmes (TOC 1) condenó a Reina Maraza por el homicidio agravado de su marido Limber Santos, ocurrido en noviembre de 2010. El fallo fue comunicado a través de Frida Rojas, su intérprete de quechua.
Los hechos
Reina tenía 26 años había nacido en Avichuca, un pueblito del Altiplano boliviano y apenas decía algunas palabras en español como “hola” o “chau”. De hecho, así testificó la mujer del dueño del horno de ladrillos en Florencio Varela, donde trabajaba Santos y a dónde fue a vivir Reina y su primer hijo, siguiendo a su marido.
Llegó al juicio sin entender ni ser entendida correctamente hasta pasados los tres años de prisión preventiva, porque no contaba con un intérprete reconocido por la Justicia para su idioma quechua.
El 16 de noviembre la mujer presentó la denuncia por la desaparición de Santos en la comisaría de Varela y la encarcelaron. Llegó al juicio sin entender ni ser entendida correctamente hasta pasados los tres años de prisión preventiva, porque no contaba con un intérprete reconocido por la Justicia para su idioma quechua. La intérprete fue provista después de un año y medio de presentaciones y reclamos realizados por la Comisión Provincial por la Memoria.
La versión de Reina Maraz, aun con intérprete durante el juicio, no fue tomada en cuenta por las tres juezas del TOC 1, Silvia Etchemendi, Marcela Vissio y Florencia Gutiérrez. Reina contó que Santos la entregaba a Tito Vilcar, un vecino, para pagar sexualmente las deudas de juego que había contraído. Un día de noviembre de 2010, Santos y el vecino pelearon fuera del horno de ladrillos. Luego Vilcar le dijo a Reina que su marido se había ido al pueblo, pero nunca regresó.
El cuerpo fue hallado enterrado en el terreno donde estaba el horno. El comisario que le tomó la denuncia declaró que Reina hablaba español, cuestión que la esposa del dueño del horno de ladrillos desmintió.
La condena
El pedido de la condena del fiscal Fernando Celesia se basó en una cámara Gesell realizada a uno de los hijos de Reina cuando tenía 6 años y llevaba un año viviendo con la familia del marido. Allí el propio fiscal lo interrogó como si se tratara de un adulto, sin ninguna técnica psicológica y sin poner en escena juegos a través de los que el chico pudiera simbolizar. La prueba se tuvo en cuenta a pesar de las críticas de tres peritos: una oficial, una especialista en niños y una especialista en cámara Gesell.
Celesia además, consideró como agravante el robo del dinero de Santos, pese a que durante el juicio en ningún momento se planteó si ese dinero siquiera existía.
Hoy por hoy
Aún hoy, Reina aguarda la revisión de su sentencia y su salud continúa desmejorando. Se encuentra con prisión domiciliaria, viviendo con su hija nacida en prisión y lejos de su familia que está en Bolivia.
La “Campaña contra las violencias hacia las mujeres” la acompaña y le ayudó a hacer los trámites para que pueda cobrar la Asignación Universal por Hijo. También consiguieron una vacante en una escuela pública para la hija, cerca de donde Reina cumple prisión domiciliaria.
El jueves pasado diferentes organizaciones sociales se movilizaron a la Fiscalía de La Plata para pedir celeridad en el proceso. En el programa La Mar en Coche de Radio FM La Tribu, entrevistaron a Eugenia Lara integrante del Frente de Organizaciones de Base (FOB) que estuvo presente en la Fiscalía.
Lara contó que fueron recibidos por el juez de la Sala 6 que entiende en la causa que les explicó que se van a expedir en diciembre sobre el caso y que van a tener en cuenta tres líneas: la perspectiva de género, el respeto a los pueblos originarios y los pactos y tratados firmados por Argentina en relación a estos temas.
Lara manifestó que Reina “toma dimensión de la lucha que estamos llevando adelante en las calles en relación a su libertad. Es consciente de que ya no está sola, que está acompañada y que la lucha por su libertad está siendo visibilizada”.
Audio completo de la entrevista:
Fotografía: Andar
