México: ejercicios de caracol
Del 11 al 14 de octubre se llevó a cabo el 5to Congreso Nacional Indígena, en el Centro Indígena de Capacitación Integral (CIDECI) de San Cristóbal de la Casas, Chiapas.
Además de poner en común los despojos múltiples a los que están expuestos y las resistencias que ingeniosamente han puesto en marcha, a propuesta del EZLN se aprobó echar a andar una consulta a los pueblos para la creación de un Consejo Indígena de Gobierno y una candidata indígena independiente a las elecciones presidenciales mexicanas de 2018. Concebido como una posibilidad de resguardarse de la violencia y de re lanzar en escalas más amplias la autonomía y el autogobierno, el planteo zapatista vuelve desde su capacidad de despertar hasta el más dormido.
La belleza habitual del CIDECI, cobijado por las alturas y el verde chiapaneco, se veía desbordada entre los colores de los textiles, los trazos de los grabados, las texturas de las frutas y el aroma a tortilla y café. Estaba todo dispuesto para el 5to Congreso Nacional Indígena, las acreditaciones, las delegaciones llegando, los salones preparados con audio y flores. Pero sobretodo, estaban las experiencias y los sueños de más de 20 pueblos indígenas de todo México, dispuestos al encuentro entre quienes saben que desde compartir dolores se puede resistir e imaginar.
A quienes fuimos como observadoras, adherentes y/o medios libres nos recibieron cálidamente, pero nos señalaron con claridad algunos tiempos y espacios, pautando cómo y cuándo se podía participar en cada momento desde nuestra calidad de invitados/as.
En el plenario y en las mesas de diálogo las voces dicen bajito y dulce, pero dicen fuerte. Los acuerdos de funcionamiento tardaron pocos minutos y no necesitaron votación, sino una mezcla de voz colectiva y lenguaje corporal. Muchos son adultos, pero para muchos y muchas jóvenes esta es su primer experiencia en el espacio de articulación indígena promovido por los zapatistas desde 1996. Cada cual se va acomodando y preparando para su intervención; al hablar se agradece y se pide permiso, se explicita desde donde se viene y cobra fuerza la idea de delegación en presencia de quienes están en sus palabras, sin estar allí.
El simbolismo de una forma otra de lo político está todo el tiempo en el aire durante el congreso, pero especialmente en la fiesta preparada por los caracoles zapatistas, desde su mirada digna, en su ejército en forma de caracol, en el mandar obedeciendo y en el servir y no servirse que se aprecia en cada gesto.
En el plenario y en las mesas de trabajo abunda el uso del gerundio, que enfatiza la acción y la construcción permanente, desde un tiempo verbal que tiene un modo y sujeto otro. “Hemos aprendido a escuchar, a ver y a decir nuestra palabra” dice uno de los delegados -que como otros y otras, habla un poco en lengua indígena y otro poco en “castilla”- desde un uso fuerte del pretérito, que mezcla pasado, presente y futuro, en un tiempo no lineal y en una singularidad que no es individualidad moderna.
La propuesta era discutir desde el despojo y represión, a las resistencias y rebeldías, así como realizar un balance y acordar propuestas de fortalecimiento del CNI. Para cada punto hubo varias intervenciones. Los ritmos son tan lentos como intensos, es que lo que hay para contar es tan duro de contar, como de oír. Uno tras otro aparecen los relatos de represión desde el sicariato de las empresas, el narco y el Estado. Las historias son de balas y muertes de hombres y son también los crecientes feminicidios. Hay despojo de norte a sur, de este a oeste. Están los despojos que más conocemos en toda América Latina, desde los parques eólicos a las torres de alta tensión, minería y gasoductos, aeropuertos y autopistas, monocultivos y agrotóxicos. Pero hay incluso nuevas formas de cuasi ciencia ficción, como cañones que disipan nubes y alteran los ritmo de las lluvias. Desde el dolor y la rabia hay creatividad e invención en las resistencias y rebeldías, para “ser dignos hijos de la madre tierra”. El espectro de resistencias incluyen desde amparos jurídicos y legales, hasta resistencia pacífica, medios libres, cuerpos que se anteponen a máquinas, árboles que vuelven a plantarse o semillas que se rescatan y cuidan.
Es que “tuvimos que agarrar nuestra autonomía”, dijo uno de los delegados. Frente a tanto despojo, hay un balance positivo del CNI, y su tejer lento. Pero hay también urgencia en pensar como seguir, porque la muerte acecha. Pero el cómo seguir, el que hacer, tiene que ser desde “nuestros usos y costumbres”, se dijo una y otra vez. Frente a la propuesta del EZLN, se acordó en echar a andar una consulta en los pueblos respecto a la creación de un Concejo Indígena de Gobierno que desde lo colectivo apoye a una mujer “que hable y haya nacido indígena” como candidata independiente a las elecciones nacionales de 2018.
La propuesta se planteó primero a puertas cerradas sólo entre los delegados y luego se debatió en los espacios abiertos. La misma se comenzó a conversar inicialmente en un clima de confusión, pero que poco a poco, con el ritmo lento de la palabra que sabe de escuchar, se fueron aclarando algunas dudas y se fueron acordando necesidades y posibilidades. El acuerdo inicial es el de iniciar el proceso de consulta en los pueblos, comunidades, barrios sobre la propuesta, para escuchar lo que desde allí se quiere hacer y apostando a que la propuesta permita fortalecer la organización del congreso.
Las intervenciones a lo largo de las mesas y en el plenario de cierre apuntalaban la idea de no apostar a la vía electoral de toma de poder, porque de hecho no se quiere tomar el poder en términos clásicos, ni reforzar la creencia en la forma estatal. Lo que sigue estando en el centro es la necesidad de, a punto de partida de las experiencias de autonomía, pensar y crear otras formas de escala más amplias y articulación mayor, frente a un escenario de despojo y violencia cada vez más intenso y duro de agrietar.
Mientras tanto se acordó mantener en asamblea permanente el congreso. Se insistió en que no es planteamiento electoral, sino una nueva apuesta desde sus “usos y costumbres” de autogobierno, desde la práctica cotidiana de la asamblea, y otras forma colectivas de decidir lo que a todos afecta. Una suerte de trabalenguas de no ir por lo electoral, sino de estar en contra, pero desde lo electoral mismo. “Ojalá se entendiera pues el pequeño símbolo. Cuando el pueblo se levanta, solo ellos se dirigen” dijo el Sub Comandante Moises, sobre el ejercicio de caracol realizado por los insurgentes en Oventik.
La intención sobre la que se dio vueltas en las mesas y plenario y que se explicitó en el comunicado, no es acceder al poder, sino destruirlo. El Consejo indígena de gobierno, estaría creado por una mujer y un hombre de cada pueblo, etnia, tribu o barrio. Se concibe como una estructura organizativa otra, anticapitalista, desde abajo y a la izquierda, pero desde otra forma de entender lo político y hacer política, que no cuaja en un partido. No hay una propuesta de estructurar o crear un partido político, no se presentarían candidaturas al resto de las estructuras gubernamentales, puesto que tal como ellos y ellas han dicho, no están pensando en gobernar a otros. Hasta lo que ha sido planteado y discutido no se trata de apartarse de los caminos andados de construcción lenta y constante de procesos de autonomía, sino más bien volver a insistir en visibilizar el brutal desastre y la incesante violencia.
“Oh, lo sé. Los clásicos inicios de las reflexiones zapatistas: desconcertantes, anacrónicos, desubicados, absurdos” eran las palabras del Sub Galeano, en uno de los últimos comunicados zapatistas. La propuesta fue como mínimo inesperada. Fue extraña, y como suelen hacer los zapatistas nos han puesto a pensar fuera de la caja. De lo que realmente sigue se sabrá de aquí a tres meses cuando termine la consulta, por lo pronto el resto no es más que interpretación. Habrá que seguir de cerca el proceso, escuchar lo que haya que escuchar y como mínimo aceptar el desafío de relanzar, pese al repliegue, nuestra capacidad colectiva de imaginar.
Leé el comunicado oficial del EZLN haciendo click aquí.
*Por Maria Noel Sosa para Zur Pueblo de Voces / Fotos: Claudia López Pardo.