Denuncian un nuevo caso de maltrato escolar en la provincia

Denuncian un nuevo caso de maltrato escolar en la provincia
22 noviembre, 2022 por Redacción La tinta

Llega fin de año y la vida de las escuelas se acelera, hay muchos momentos de alegrías por los ciclos que se cierran, pero también hay mucho estrés y una sumatoria de desgastes y cansancios, y, en algunos casos, situaciones de hostigamiento y acoso laboral. La docente Silvana Valdivia falleció el 3 de noviembre y su familia denuncia maltrato escolar, que, de comprobarse, sería el segundo caso en la provincia. Conversamos con María Pereyra, delegada escolar e integrante de la Agrupación Carlos Fuentealba, para profundizar sobre el tema.

Por Redacción La tinta

Para quienes transitan las escuelas en la provincia, es común vivir o escuchar sobre situaciones de maltratos, directivas autoritarias, requisitos laborales y demandas que cambian permanentemente, y, sobre todo, acoso laboral. Por momentos, da la sensación de que algunas situaciones de violencia se han naturalizado, también la burocratización del quehacer educativo. Parece que no está siendo fácil habitar las escuelas en estas épocas. 

Silvana Valdivia murió el 3 de noviembre, producto de un accidente cerebro vascular (ACV), en la escuela primaria Pablo Pizzurno de Cruz del Eje, donde trabajaba desde el 2010 como docente del nivel primario. Su familia denuncia el acoso y la sobrecarga laboral que vivía, e hizo públicas algunas anotaciones que expresan, en su puño y letra, que atravesaba un estado continuo de angustia al no poder desarrollar su trabajo por las exigencias innecesarias y absurdas a las que era sometida. Al parecer, la carta estaría dirigida a la vicedirectora y, entre otras cosas, expresa: “Tengo mucha rabia con vos, porque trataste mal a mis compañeros y me trataste mal a mí. Yo para conformarte me tuve que exigir y terminé agotada. Soñaba que me tratabas mal”.

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(Imagen: La Voz)

Luego de la denuncia de la familia, el Ministerio de Educación inició un proceso de investigación y atención. Y, de confirmarse, sería el segundo caso de una docente que muere en esas condiciones de violencia laboral en la provincia, en menos de 3 meses. El colectivo docente de oposición se pronunció para que se tome el caso y el reclamo. 

El anterior es el caso de Karina Moyano, quien, el 11 de agosto, falleció luego de cursar una neumonía de la que le habían dado el alta clínica, pero de la que nunca se recuperó. Aun con carpeta médica, recibía presiones y exigencias por parte de la directora del establecimiento, que configuran prácticas de acoso laboral. Unos días antes de su muerte, había consultado con un especialista en salud mental por la situación de estrés y depresión que estaba atravesando en el ámbito laboral. Había denunciado en la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) lo que venía viviendo y había solicitado acompañamiento a la supervisora de zona, pero no había tenido respuestas.

“El caso de Karina Moyano fue justo cuando explotó el conflicto salarial, nos agarró con movilización por paritarias y, luego, vinieron las elecciones de representantes. Es un tema presente dentro de la agrupación, en los colegios y en las reuniones colectivas, pero no lo pudimos profundizar en su momento y, ahora, otra vez, una tragedia, la de Silvana Valdivia, que impacta mucho porque, en realidad, en lo que ella fue viviendo hasta antes de morir, fue lo que de manera generalizada sucede en muchos establecimientos educativos; situaciones de autoritarismo que no es solo en nivel inicial y primario, sino también sucede en media y especial. Son muchos los casos de docentes que caen en situación de depresión y ansiedad por la sobreexigencia y el destrato que reciben. Sobrecarga de tareas, mensajes fuera de horario escolar, te niegan iniciativas a muchas propuestas didácticas, niegan la libertad de cátedra e imponen bajadas autoritarias. Es una situación desgastante y no predispone a nada constructivo. Se cercenan las iniciativas que generen espíritu crítico, participativo, las relaciones comunitarias y democráticas. Es un nivel de burocratización que rompe la tarea educativa, terminamos mostrando papeles y números”, detalló María Pereyra, delegada escolar e integrante de la Agrupación Carlos Fuentealba, en diálogo con La tinta. 

Las prácticas de acoso laboral -también llamadas mobbing– están tipificadas por normativa. Desde junio de 2019, Argentina se convirtió en el tercer país del mundo en ratificar -mediante la Ley n.° 27.580- el Convenio 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, adoptado por la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Dicha ley abarca no solo las acciones que se desarrollan en el espacio físico de trabajo, sino también a las comunicaciones relacionadas con este ámbito, en particular, las que tienen lugar mediante tecnologías de la información y la comunicación. De sobra, sabemos que los marcos normativos en sí mismo no mejoran ni garantizan mejores condiciones de vida y trabajo -en este caso-.

Para la delegada Pereyra, el acoso laboral se da en forma generalizada en las escuelas, en algunos lugares es más grave que en otros. Están los audios que circularon cuando murió Karina y el testimonio de Silvana, escrito en su cuaderno, que viralizó su hija. “Tu control constante me daba miedo. Hasta llegué a pensar que para qué había estudiado para maestra si no valía la pena estar en un lugar tóxico que enfermaba a las personas”, es otra de las frases que escribió Silvana. 

“Son comunes los gritos y las amenazas dentro de las escuelas, y lo que sea que quieras hacer -salir al patio a dar una clase, por ejemplo- implica chocarte con muchas barreras y obstaculizaciones para llevar adelante nuestra labor pedagógica. Quienes están en cargos directivos y de supervisión también sufren las mismas presiones, es decir, las bajadas verticalistas. Además, estamos ante un recorte de contenidos, se prioriza matemática, lengua y lengua extranjera mientras que ciencias sociales y artes está recortado. Y hay violencias ligadas a la precarización de quienes no tienen titularidad y tienen que tener otros trabajos para aguantar y parar la olla. Pensamos que lo que estamos viviendo es la resultante de una política educativa que muestra el abandono educativo en términos materiales, en la infraestructura vieja y en la escasa inversión; en la falta de cargos y nombramientos docentes; en la falta de recursos pedagógicos y en el salario devaluado que tenemos. Cada vez cuenta menos nuestra voz para todo lo que se decide en relación a lo pedagógico, los planes educativos y las reformas, la lógica es una política autoritaria, que ya venía de antes y que, con la pandemia, se profundizó el ataque a la educación”, explicó la entrevistada, quien espera que pronto, desde los colectivos educativos, puedan trabajar sobre este tipo de violencia laboral que está siendo cada vez más frecuente en las escuelas como parte de una política educativa.

Desde la Agrupación Carlos Fuentealba, están impulsando en asambleas escolares la demanda «basta de maltrato y acoso laboral». Durante la semana que pasó fue tomado en muchísimas asambleas y esperan comenzar a trabajar y ahondar en esta problemática compleja y angustiante.

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La Voz.

Palabras claves: Docentes, escuelas, precarización laboral

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