Tierra sobre la mesa: una herramienta pedagógica para la educación ambiental

Tierra sobre la mesa: una herramienta pedagógica para la educación ambiental
19 mayo, 2022 por Redacción La tinta

La tinta lanza un cuadernillo para docentes que, junto a una serie audiovisual, busca acompañar y facilitar el abordaje de las relaciones entre pandemia, ambiente y alimentación. El material es también un aporte a las posibilidades que abre la nueva Ley de Educación Ambiental Integral.

Por Laura Delmonte y Lucía Maina Waisman para La tinta

 “Cuando aprendemos, -de algún modo- nos estamos alimentando y, cuando nos alimentamos, estamos aprendiendo. La alimentación es una manera también de ser alumnos, de aprender”.

Darío Sztajnszrajber

Desde esta semana, docentes de espacios educativos formales y no formales pueden acceder a un cuadernillo para la Educación Ambiental Integral desarrollado a partir de la serie documental “Tierra sobre la mesa. De pandemias globales y cultivos locales”, recientemente estrenada por La tinta. Esta herramienta pedagógica nace en el contexto de una crisis sanitaria y ecológica que nos interpela como humanidad, desde el deseo de acompañar con palabras y sugerencias pedagógicas a quienes, día a día, intentan construir desde las aulas un mundo más justo, bonito y habitable. Desarrollado con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, el cuadernillo cuenta con una versión impresa y una versión digital de libre acceso disponible aquí: Cuadernillo Pedagógico Tierra sobre la Mesa.

Su objetivo es facilitar el trabajo con los contenidos de esta producción audiovisual en espacios educativos a partir de orientaciones, recursos y fuentes bibliográficas que promueven la reflexión y el debate sobre las relaciones entre pandemia, ambiente y alimentación. Se trata de una herramienta pedagógica para que educadorxs puedan imaginar modos posibles de abordar las problemáticas socioambientales de nuestro territorio, a partir del escenario para el debate que abre la nueva Ley de Educación Ambiental Integral. 

Cuadernillo “TIERRA SOBRE L… by La Tinta

En consonancia con la serie Tierra sobre la mesa -ganadora del Premio Adriana Schiffrin “Educación para la transformación socioambiental”-, este material aborda las problemáticas inherentes al modelo agroalimentario actual. Desde allí, busca también vislumbrar otros caminos posibles en la producción, distribución y elaboración de nuestros alimentos a partir de la experiencia de distintas organizaciones y territorios de la provincia de Córdoba.

El coronavirus no solo enfrentó a docentes y estudiantes a un nuevo contexto educativo fuera de la presencialidad, sino también al desafío de poner en palabras dentro del aula lo que nos estaba sucediendo como humanidad. Ante ello, Tierra sobre la mesa es retomada en este cuadernillo para ofrecer un enfoque ambiental de esta situación basado en la perspectiva de múltiples actores que entraman sus saberes, experiencias y campos de conocimiento. 

En este sentido, se desglosan los temas de cada capítulo de la serie que permiten ahondar en cuestiones como la biodiversidad, los modos de producción en agricultura y ganadería, la distribución y el acceso a los alimentos, así como su dimensión cultural a través de la cocina. El cuadernillo complementa este contenido audiovisual con palabras claves, gráficos, así como fuentes y materiales académicos, artísticos, didácticos y periodísticos.

Por otro lado, bajo el título “Ver y pensar desde la escuela: una gran ocasión”, el material cuenta con orientaciones pedagógicas que abren diversas posibilidades para el encuentro con las imágenes dentro del aula. Se trata de planificar y potenciar el ingreso del recurso audiovisual en el espacio educativo para dar lugar a la creación y la construcción de sentidos, a partir de un lenguaje cada vez más presente en la vida cotidiana.

Una nueva ley, una oportunidad para el debate

La nueva Ley de Educación Ambiental Integral (LEAI), promulgada el año pasado, es una oportunidad pedagógica que abre nuevos horizontes para lo que se puede decir, pensar y problematizar al interior de las escuelas de nuestro país. Al igual que la Ley de Educación Sexual Integral, la norma plantea los contenidos de la Educación Ambiental Integral como transversales al currículum: se propone que los temas ambientales pasen a ser un problema de toda la ciudadanía y no que se asocien a un solo campo de conocimiento.  

Sin embargo, a un año de la vigencia de la ley, la educación ambiental tiene una escasa o nula presencia en las políticas públicas, las instituciones educativas y la sociedad en general. En ese marco, este cuadernillo pretende ser una herramienta pedagógica para que la LEAI no quede en letra muerta y la cuestión ambiental encuentre un lugar de debate en escuelas, universidades, organizaciones, bibliotecas, etc. 


“¿Qué hacer desde el aula para que la Ley de Educación Ambiental Integral exista? Todos los contenidos que se enseñan se pueden articular con los temas de ambiente, del mismo modo en que aprendimos que era posible hacerlo con la ESI. Pero, para transitar el camino que recorrió la ESI, es necesario que demos lugar en las aulas para generar espacios de discusión sobre los conflictos ambientales”, explica en el cuadernillo Grabiela Lamelas, doctora en Educación de la Universidad Nacional de Córdoba.


Otra cuestión fundamental es el enfoque desde donde se invita a pensar los temas ambientales. Si bien la ley propone pensar desde el enfoque de la sustentabilidad, tanto en la serie como en el cuadernillo de Tierra sobre la mesa, se plantea una mirada crítica y colectiva, que escapa de la mera responsabilidad individual y pone el foco en los conflictos socioambientales actuales para repensar desde allí alternativas al modelo de desarrollo vigente.  

Luis Fernández, especialista en Educación Ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional, se pregunta acerca de esta ley: ¿Para qué tipo de educación ambiental se va a destinar? ¿Es para juntar tapitas o es para poner en tensión el propio modelo que el Estado desarrolla?”. Por su parte, el docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto especializado en agroecología, Claudio Sarmiento, plantea en el segundo capítulo de la serie Tierra sobre la mesa: “La sustentabilidad nos proponía dejar a nuestros hijos el mundo, al menos, en las mismas condiciones en que lo recibimos. ¿Pero de qué sirve que les dejemos el mundo con estos niveles de cambio climático? Hay que salir de eso. La regeneración es un desafío que supera a la sustentabilidad”.

El enfoque de esta herramienta pedagógica es también una invitación a reconocer el propio territorio, ya que se considera que las problemáticas socioambientales y los desafíos pedagógicos que estas conllevan son singulares y necesitan abordarse a partir de la realidad particular que rodea a cada comunidad y a la cotidianeidad que viven docentes y estudiantes. 

*Por Laura Delmonte y Lucía Maina Waisman para La tinta / Imagen de portada: La tinta.


*La versión digital del cuadernillo se puede descargar libremente en latinta.com.ar.

Palabras claves: ambiente, educación, La tinta, Tierra sobre la mesa. De pandemias globales y cultivos locales

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Organizaciones trabajan en red por la salud sexual y reproductiva de comunidades rurales de Córdoba 

Organizaciones trabajan en red por la salud sexual y reproductiva de comunidades rurales de Córdoba 
26 noviembre, 2024 por Soledad Sgarella

El trabajo del Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) es fundamental ―desde hace 25 años― en la lucha por una vida digna en el campo, abarcando aspectos como la tierra, la educación y la salud. En alianza con Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), desde 2021, se han potenciado acciones en torno a garantizar los derechos sexuales y reproductivos, especialmente, en zonas rurales invisibilizadas. “Contar con redes ayuda a entender que la salida siempre es colectiva y con organización”, sostiene Camila Recalde, médica y militante del MCC.

Desde hace 25 años, el Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) trabaja por el acceso a una vida digna, enfocándose en derechos fundamentales como la salud, la educación y la tierra en las comunidades rurales. La articulación y el trabajo colaborativo con la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), a partir del 2021, fortaleció el plan de acción orientado al acceso a derechos sexuales y reproductivos de mujeres y personas del colectivo LGBTQ+ que habitan la ruralidad. En esta nota, integrantes de las organizaciones reflexionan sobre los avances alcanzados y los desafíos que aún persisten en la construcción de un futuro más justo.

Camila Recalde es militante del Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) e integrante de los equipos de Salud y Feminismo. En diálogo con La tinta, comparte la experiencia de su organización, que lleva un cuarto de siglo de trabajo territorial en el norte y noroeste de la provincia de Córdoba. La médica destaca que el MCC se ha enfocado en visibilizar a lxs campesinxs y en luchar por el acceso a la tierra y a una vida digna en el campo. Hablar de «vida digna» abarca aspectos fundamentales del desarrollo humano, como la salud, la educación, la producción, el acceso al agua potable, la tierra y el trabajo.


«En todo el recorrido, hemos visibilizado y trabajado sobre el rol de las mujeres en el campo, una multiplicidad de acciones que ahora podemos poner bajo la bandera del feminismo campesino indígena popular, pero que, en aquellos tiempos, ni siquiera hablábamos sobre feminismo”. 


Entre las múltiples iniciativas, destacan las campañas de papanicolau, el acceso a métodos anticonceptivos, jornadas de atención sanitaria, espacios de formación para mujeres, promotoras de salud, promotoras territoriales contra la violencia de género, escuelas populares de género, talleres sobre economía feminista “y muchas otras acciones que, a lo largo de este tiempo, demuestran que la constancia del trabajo organizado genera que las políticas que se piensan o se articulan con el Estado y ONG puedan llegar de manera oportuna a los territorios”. 

Camila hace énfasis en que, desde el MCC, siempre tuvieron en claro que son una organización social y que el Estado es quien debería encargarse de gestionar la política pública para el sector. “Pero como ha sido un sector históricamente invisibilizado, hemos estado ahí para señalarlo, reivindicarlo y no dejar de demandar nunca lo que nos corresponde”, dice la médica y celebra como una victoria del movimiento que exista un programa como Familia Rural Sana, donde se ha podido pensar, construir y sostener conjuntamente políticas públicas de salud para una parte del campesinado cordobés, sabiendo y reconociendo que queda mucho territorio por cubrir.

“Contar con estas redes generadas en el contexto que estamos viviendo ayudan a entender que la salida siempre es colectiva y con organización”, agrega la militante. A lo largo de estos 25 años, explica, el MCC ha ido encontrándose con otros actores que reconocen su trabajo y que apoyan la lucha campesina y la mirada feminista, como CDD.

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Imagen: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

Tejer las redes para una vida digna

Ana Morillo, coordinadora del área Salud de Católicas por el Derecho a Decidir, relata que la articulación con el MCC ya tiene varios años, más precisamente, desde el 2021. Con apoyos institucionales, planificación de acciones concretas o encontrándose como activistas feministas y trabajadoras de la salud en la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir ―para la implementación integral de la Ley n.° 27.610 IVE―, ambas organizaciones tienen un trayecto recorrido en conjunto que potencia y fortalece el trabajo.

Morillo destaca una actividad que realizaron en coordinación con la UNC: «Hicimos un mapa de Córdoba plasmando en papel una georeferenciación de servicios y de organizaciones que atendían y acompañaban mujeres que habían decidido interrumpir el embarazo ―u otras cuestiones de salud reproductiva, pero, principalmente, de IVE-ILE―. Marcamos con puntos verdes donde había servicio para la atención. Y, después, decidimos hacer puntos violetas para los lugares donde existían organizaciones que acompañaban… Y ahí, en ese mapa, se vio, hermosamente, cómo las sedes donde había organización de mujeres campesinas del Movimiento daban acompañamiento donde no había verde. Eso fue una foto muy importante para pensar ―aún más― en el fortalecimiento de las organizaciones acompañando a las mujeres y, más que nada, a las mujeres campesinas, mujeres que viven a kilómetros de los servicios de salud y con caminos muy difíciles de transitar”.

En septiembre de 2023, se organizó un encuentro entre el MCC, CDD y la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (DNSSR), con la presencia de Valeria Isla, directora en ese momento de dicha repartición. El evento tuvo lugar en la radio comunitaria “Radio Pueblo”, en una de las localidades del norte cordobés, donde también funciona una extensión de la escuela para adultos destinada a la terminalidad de la secundaria, y participaron promotoras de diversas localidades del norte de la provincia ―como Deán Funes, El Tuscal y Mansilla del departamento Ischilín―, así como miembros del MCC de los departamentos de Cruz del Eje, Minas y Traslasierra.

Con la necesidad planteada de seguir articulando esfuerzos para consolidar la garantía de derechos en todos los territorios rurales de Córdoba, el trabajo conjunto entre el MCC y CDD se intensificó durante 2024. Las acciones buscan asegurar el acceso a métodos anticonceptivos, la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y la promoción de la salud sexual y reproductiva en comunidades rurales y barriales que, históricamente, han estado excluidas del sistema de salud pública.

El 2 de noviembre, se llevó a cabo en la sede del MCC en Cruz del Eje ―en el barrio La Rinconada― una campaña de colocación de implantes subdérmicos, producto de la articulación con Católicas por el Derecho a Decidir y la Fundación CIGESAR de Buenos Aires, jornada en la que se colocaron 50 implantes y se ofreció consejería a las mujeres de la zona. También se realizó en Ciénaga del Coro, incluyendo a comunidades cercanas como Tosno, Guasapampa y La Higuera. En total, se colocaron 49 implantes y, además, se ofrecieron consejerías sobre salud sexual y reproductiva a las participantes.

Otra de las campañas tuvo lugar en Cerro Colorado, donde, por cuarto año consecutivo, se realizó una jornada de salud sexual integral que incluyó consejerías, testeos de ETS y la colocación de implantes. Realizada en articulación con el MCC, Redes Cuidadas del Norte, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el colectivo de mujeres del norte, se recibieron más de 40 consultas que fueron acompañadas de manera personalizada y se llevó a cabo un taller titulado «Desdibujando violencia», abierto a la comunidad, donde se buscó reflexionar sobre la violencia de género y las herramientas para erradicarla.

Finalmente, a finales de noviembre, se llevará a cabo otra campaña en Los Pozos, que incluirá un taller de prevención y erradicación de la violencia de género, así como un espacio dirigido a las infancias para promover un entorno libre de violencia.

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Imagen: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

Las promotoras de salud, ese fuerte hilo conector

Jesica Otazua es militante del MCC de la Ciudad de Cruz del Eje. En la ciudad del norte cordobés, existen nueve barrios populares donde la organización trabaja con el equipo de feminismo: «Desde el inicio de las experiencias barriales en el año 2018, nos inclinamos a la formación de promotoras de género y en acompañamiento de IVE/ILE en articulación con los organismos estatales. Actualmente, con la presentación de un proyecto político de desmantelamiento del Estado, los derechos conquistados se fueron achicando y las legislaciones vigentes se relegaron a las voluntades políticas de quienes gestionaban la salud y al acompañamiento de las organizaciones sociales”, historiza. 

Las campañas internas, puestas al servicio de la comunidad, dice Jesica, se vaciaron de contenido cuando los recursos del Estado dejaron de llegar a las comunidades y barrios. “Y ahí es donde nos seguimos organizando para poner parches a la desregulación. Un entramado de redes construidas históricamente desde nuestro movimiento es lo que legitima hoy, un proceso del cual depende el acceso a la salud de nuestras comunidades campesinas y barrios populares”, sostiene Otazua y afirma: “El acceso a los métodos anticonceptivos y a consejerías, en barrios donde el acceso a la información y donde la economía familiar está denunciando la emergencia alimentaria, son inherentes. Y, sin embargo, están siendo recursos que el poder político plantea como un despilfarro, carente de respaldo. El derecho a la anticoncepción gratuita no está siendo rentable para el interés económico”. 

La campaña de Cruz del Eje, asegura Jesica, “dejó en evidencia la importancia de la jornada para una ciudad que cuenta con numerosos centros de salud y un hospital regional a donde no llegan recursos suficientes. Así, entendemos que la organización colectiva es la respuesta en estos tiempos. Apelar a las redes tejidas y a los feminismos como construcción política nos garantiza una vida más digna”.

Ana Morillo señala que, para estas últimas dos campañas de colocación de implantes, se coordinó, por primera vez, con las promotoras: «Ellas se involucraron en la captación de las mujeres, en que llegaran allí… Por ejemplo, en Ciénaga del Coro, las fueron a buscar casa por casa para que estuvieran. Bueno, esto fue una articulación muy fuerte y un hermoso encuentro con las compañeras, para lograr que mujeres y jóvenes de esos barrios llegaran a obtener el método anticonceptivo”.

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Imagen: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

Las promotoras de salud, como Carina Reynoso y Yamila Nieto, tienen un papel fundamental en el acompañamiento y educación de las mujeres en las zonas rurales. Ambas son productoras campesinas y hacen el famoso dulce de leche de cabra que se vende en el local Monte Adentro en la ciudad de Córdoba.


Carina trabaja en la comunidad de Piedrita Blanca, en el departamento Minas. La promotora destaca el impacto que han tenido los servicios médicos del programa Familia Rural Sana: «Los médicos rurales, en nuestras zonas aledañas, son muy importantes, tanto para adolescentes y jóvenes como para mujeres mayores, porque se pudo lograr llegar a los métodos de anticonceptivos, como así también los PAP. También a los controles y al llenado de fichas médicas para que cada niño cuente con su control. Visitamos periódicamente las viviendas y, entre charlas, vamos hablando sobre lo importante que es estar sanos. Comer bien y hacer actividades físicas. Para mí, es una gran oportunidad para que, como comunidad, vivamos mejor en el campo”. 

Yamila, de El Duraznal, cuenta cómo el MCC comenzó a trabajar en salud comunitaria desde principios de los años 2000. «Comenzamos aprendiendo a tomar la presión, a colocar inyecciones, todas esas cosas que hacía por ahí un grupo de médico y enfermero… Y también se empezó a plantear el tema de la salud integral de la mujer y, después, se pudo llevar a cabo venir con algunos de los equipos médicos y hacer PAP. Allá, en los primeros años, se usaba un botiquín comunitario acá, donde se conseguían anticonceptivos y se podían repartir a las mujeres. También otra cosa para decir es que, ahora, se han logrado un montón de cosas, las mujeres de acá, de la zona rural. Las promotoras podemos sacar un turno y, de ahí, dirigirse hacia el hospital Aurelio Crespo y poder hacer el circuito de la mujer, todo en un solo día, así que fueron logros y cosas que se fueron avanzando”, concluye Nieto.

*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imágenes: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

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Palabras claves: Católicas por el Derecho a Decidir, Feminismo popular, Movimiento Campesino de Córdoba, mujeres campesinas, Salud Comunitaria, salud sexual y reproductiva

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