Villa Páez: un desborde estructural
La emergencia sanitaria y ambiental del barrio cordobés parece una novedad, pero no lo es. A pesar de que mucha gente se enteró hace unas semanas de las condiciones sanitarias del barrio, lxs vecinxs de la zona viven así hace mucho tiempo y de manera permanente. El Centro Vecinal junto a vecinxs e investigadores de la UNC están estudiando la situación en la zona. Compartimos algunos detalles y voces de quienes están afectadxs.
Por Redacción La tinta
Desde comienzos de octubre, Alberdi y Villa Páez, barrios de la Ciudad de Córdoba, están colapsados y conviviendo con ríos de cloacas desbordadas que salen de los conductos, las veredas e incluso del interior de las viviendas. Decenas de familias perdieron casi todas sus pertenencias por las inundaciones de los líquidos cloacales y otras tantas tuvieron que ser evacuadas, por no poder permanecer en sus hogares o por problemas de salud generados por la delicada situación sanitaria. El municipio afirmó que se debió a la rotura de la red cloacal ocasionada por una obra privada no habilitada y declararon la emergencia sanitaria.
Pero los sectores bajos de los barrios cercanos al río están en emergencia hace años: cuando colapsa una cloaca aguas arriba, o cuando llueve demasiado en poco tiempo, estas zonas se ven afectadas. Consecuencia de la falta de planificación y de un mal desarrollo de urbanización, entregada a las especulaciones inmobiliarias.
Desde los centros vecinales de Pueblo Alberdi (Centro Vecinal de Villa Páez, de Alberdi y Alto Alberdi La Toma), se han expresado mediante un comunicado, en el cual solicitan la conformación de una “Mesa permanente de trabajo por una solución definitiva al problema de inundaciones y desbordes cloacales en Pueblo Alberdi”, con la participación de áreas pertinentes de la Municipalidad de Córdoba, la Provincia de Córdoba y Nación, equipos de la Universidad Nacional de Córdoba y centros vecinales.
“Venimos planteando desde hace años la situación anacrónica de los servicios de la red de cloacas como así también el de los desagües pluviales y la reiteración de microbasurales. Décadas de abandono, falta de mantenimiento y desinversión. Vivimos en emergencia permanente y nuestro reclamo para solucionar el drama de los desbordes cloacales y las inundaciones lleva años y muchas acciones: Notas, Reuniones, Explicaciones Técnicas, Informes, Cortes, Manifestaciones”, manifestaron en el comunicado.
El equipo de ingeniería de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales (FCEFyN) de la UNC trabaja hace 2 años en Villa Páez por demanda y en conjunto con el Centro Vecinal de Villa Páez. Se encuentran estudiando la situación en la que se encuentra el barrio, involucrando a vecinxs en esta etapa. Este año, el centro vecinal también está trabajando en conjunto con estudiantes de quinto año de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la UNC en el marco de la práctica académica de Intervención pre profesional. Los equipos de ambas facultades desarrollaron, en conjunto con el centro vecinal, un relevamiento para conocer mejor las problemáticas de inundaciones y desbordes cloacales del barrio.
En un comunicado publicado desde la FCS, afirman que el problema de los desbordes cloacales en la zona es estructural y denuncian que se “debe a falta de planificación por parte del Estado y un favorecimiento de los intereses inmobiliarios en la ciudad de Córdoba. Hace años estas familias se encuentran expuestas a líquidos cloacales en las calles y en sus casas con importantes consecuencias para la salud de sus habitantes, como gastroenteritis, erupciones en la piel, exposición a plagas como ratas y alacranes, ansiedad, angustia, etc.”.
Dada la topografía de la zona, el barrio se encuentra expuesto a riesgo de inundaciones por lluvias locales (en la ciudad de Córdoba) y por crecidas del Río Suquía, situación agravada por los desbordes de líquidos cloacales debidos a diversos motivos. Durante las inundaciones, los líquidos fluviales y pluviales se juntan y no pueden escurrir hacia afuera porque esa zona está deprimida geográficamente. Además, se suman los desbordes cloacales (que no suceden solo cuando llueve).
Respecto al problema de la red cloacal, las estudiantes que están trabajando en la zona expresaron que “lo que se sabe hasta ahora es que las redes cloacales de la ciudad tienen aproximadamente entre 40 y 60 años, desde aquel entonces, no han sido ampliadas y no existe el mantenimiento preventivo (por ejemplo, reemplazar caños viejos antes de que se rompan), sino solo correctivo (ir a destapar cuando se obstruye o desborda)”.
Según relevaron, al menos a 20 de las 33 viviendas encuestadas les ingresan líquidos cloacales desde el inodoro o rejillas dentro de la casa, desde antes del 12 de octubre, fecha del reciente desborde, que afectó a familias que nunca habían tenido el problema de manera estructural y a otras que sí. Se viene estudiando una “solución” provisoria a corto plazo que es la colocación de válvulas de retención en las casas, que son unos dispositivos que se colocan entre la vivienda y una salida a la calle, pero en algunos casos eso no resuelve.
Las estudiantes realizaron entrevistas a personas que habitan la esquina de Muñiz y Gorman, donde hay varias bocas de tormenta y una boca de registro que desborda literalmente todo el día, todos los días del año. Está siempre algo levantada, de ahí siempre brotan líquidos cloacales. Todos los días, en diferente intensidad, pero constantemente. Los relatos están cargados de malestares, impotencia, indignación, hartazgo y una interminable espera ante una solución definitiva.
“Ahí tenemos justo la boca de tormenta para todos, ahí se nos juntan todo, ratas, alacranes, bichos. Se me metió una rata por debajo (de la puerta de entrada) y me rompió hasta el lavarropas. Al estar toda la basura, toda el agua viene en bajada y viene hacia acá, y es cuando empiezan a taparse las bocas de tormenta. Y si se tapa esta, fuimos. La última vez, se me inundó hasta acá arriba (señala a la altura de la mesa)”, detalla una de las vecinas.
Los problemas de salud que afectan a las personas que viven en la zona son múltiples y permanentes: “Te salen esos granos, gastroenteritis todos cada dos por tres. En el verano… olvidate, todo el tiempo acá viven con dolor de cabeza, es horrible. Convivimos las 24 horas del día con el olor. Nos da dolor de cuerpo y un poco flojita de panza, mucho dolor de cuerpo, no sé si será por eso, pero no me podía levantar del dolor. La bebé desde chica que sufre de gastroenteritis por el agua también. Estuvo como, sin mentirte, más de quince días internada”.
Lxs vecinxs hacen hincapié en que desde el gobierno prometen, pero no cumplen. “No hacen nada. Vienen arquitectos, viene este, viene el otro, que van a romper, desde que empezó el quilombo y no hacen nada. Primero, te dicen ‘no porque es la (calle) Igualdad, porque es la Zanni’. Yo hace 16 que vivo acá, desde que tengo noción, siempre vivimos con el mismo problema”, dice una de las lugareñas.
“El día que estuvo Martín Llaryora, hablé cara a cara con él en el Centro Vecinal, le expuse mi problema porque todos iban con su problema. Espere que terminen, le mostré los videos y fotos. Nosotros también tenemos el mismo problema y no es de ahora. Mis hijos estuvieron con gastroenteritis, yo quedé internada con gastroenteritis. Me tomó los datos y la dirección, dice ‘ya voy para allá’; todavía lo estoy esperando, debe ser que no encuentra la calle (irónicamente)”, se expresa otra vecina.
Las entrevistadas enfatizan en que por cada boca siempre ha salido líquido cloacal. “Da mucha bronca y sí.. bronca, uno no puede estar pagando un alquiler y que pase esto. Esto pasaba siempre desde que mi mamá vivía acá, mi mamá es nacida acá en Villa Páez, mi mama tiene 75 años y ha pasado esto de que salga cloaca de la mesada de la cocina… Hay veces que nos levantamos y sentimos olor, y hay que levantarse la madrugada, y está todo acá adentro, no sabés lo que es estar a la madrugada sacando hasta el otro día y que no pare de salir”, se comparte en uno de los testimonios.
Hoy, los centros vecinales y la organización comunitaria trabajan en resolver el problema inmediato, ayudando a los responsables de entregar alimentos, agua, elementos sanitarios y de brindar seguridad a las familias. Exigen que se normalice lo más rápido posible el servicio. Esta crisis sanitaria y ambiental se agudiza en un contexto de crisis económica.
El problema es para rato y la solución deberá ser estructural y mancomunada. “Cuando el último vecino o vecina recupere su vivienda, la calidad ambiental y sus pertenencias, tendremos que estar trabajando para una solución de fondo para que no se vuelva a repetir un desastre como este. Necesitamos que la energía que movilizó la emergencia continúe hasta materializar las obras que nuestra ciudadanía está demandando”, explicitan en el comunicado de Pueblo Alberdi.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Ezequiel Luque para La tinta.