COVID 2021: la llegada del otoño, la cepa Manaos y la segunda ola
El viernes por la tarde, la Ministra de Salud ratificó lo que el día anterior el Presidente había comunicado en cadena nacional: la segunda ola es una posibilidad concreta y cercana. Los países vecinos tienen sus sistemas de salud llegando a sus límites y, en algunos casos, comenzaron a tomar medidas más estrictas. Científiques argentines elevaron al Gobierno un comunicado que pone el eje en el control de las fronteras.
Por Redacción La tinta
Seguimos en pandemia y las imágenes que venimos viendo de países europeos son preocupantes. El escenario latinoamericano también lo es: el inicio del otoño y la inminente llegada a estas latitudes de la segunda ola pone nuevamente en el centro del debate cuáles son las medidas necesarias en orden a lo preventivo. La escasez de vacunas, su inequitativa distribución en el mundo -que configura un nuevo escenario geopolítico de poder- y la aparición en Manaos de la variante denominada P1 complejizan un panorama que se prevé complicado.
“En las últimas semanas, mientras avanza lentamente el programa local de vacunación, observamos una situación alarmante, definida no solo por un aumento de casos en nuestro país, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil, sino también por el surgimiento de variantes nuevas de SARS-CoV-2 que se caracterizan por su mayor transmisibilidad, la mayor gravedad de los cuadros clínicos que ocasionan y, particularmente, por su capacidad de evadir la inmunidad protectora que confiere tanto la previa infección como algunas de las vacunas que actualmente se están administrando”, expresaron con contundencia científiques y especialistas en un comunicado que publicaron la semana pasada.
«La segunda ola es una posibilidad concreta en la Argentina», dijo Carla Vizzotti en conferencia de prensa desde Casa Rosada el viernes. La Ministra de Salud expresó que la intención es minimizar el ingreso de nuevas cepas y que se está trabajando en un corredor seguro para las personas que ingresan al país, y recordó que «las fronteras para extranjeros siguen cerradas» desde fines de diciembre.
La nueva cepa en Brasil y las decisiones gubernamentales de Bolsonaro llevaron a que el país fronterizo esté sufriendo un colapso sanitario en el que, en los últimos cinco días, superan los 2.400 fallecidos. En 25 de los 27 estados, la ocupación de las camas en las unidades de cuidados intensivos es crítica, llegando al 80% o más, y la falta de oxígeno sigue siendo parte del escenario devastador del país vecino. Algunas personas comienzan a hablar de colapso humanitario, superando los momentos más críticos de la primera ola en Estados Unidos o Italia. A comienzos de marzo, personalidades de la cultura e intelectuales de Brasil (Chico Buarque, Dilma Rousseff, Leonardo Boff y Zeila Duncan, entre otres) publicaron un Carta Abierta a la Humanidad en la que expresan que Brasil grita por socorro y finalizan diciendo: “Nos hemos convertido en una cámara de gas a cielo abierto. El monstruoso gobierno genocida de Bolsonaro dejó de ser una amenaza sólo para Brasil y se volvió una amenaza global”.
En Paraguay, el ministro de Salud dejó su cargo a comienzos de marzo tras las polémicas por su gestión que derivó en el colapso sanitario. El país transita por su peor momento desde que comenzó la pandemia con un brusco aumento de contagios. Las camas de terapia intensiva están colmadas, hay desabastecimiento de medicamentos y suministros para los pacientes con COVID, y un desbordamiento de los servicios hospitalarios públicos y privados. En un contexto de hartazgo, el pueblo salió a la calle con intensas protestas contra el presidente Abdo Benítez por la pésima gestión de la crisis sanitaria que atraviesan y un plan de vacunación polémico, lento y escaso.
Por su parte, Chile anunció, a fines de la semana pasada, el endurecimiento de las medidas en la capital y en otras ciudades, con cuarentenas para los fines de semana en algunas zonas y confinamiento total en otras. Con un plan de vacuna que lleva más de 5 millones de vacunas aplicadas, el país vecino trasandino tenía, el miércoles pasado, 3.088 camas de cuidados críticos ocupadas por COVID: 2.133 corresponden a unidades de cuidados intensivos (UCI), lo que deja un saldo de sólo 188 camas críticas disponibles en el país.
Bolivia y Argentina vienen siendo la excepción por el momento. Especialistas de nuestro país están pidiendo medidas más estrictas y el control de las fronteras como la clave en esta nueva etapa. “Las y los abajo firmantes solicitamos a las máximas autoridades nacionales imponer el cierre de nuestras fronteras, en particular, para personas provenientes de Brasil, y el control estricto tanto de las fronteras con el resto de nuestros países vecinos como de los vuelos internacionales. Este control estricto debe incluir el cumplimiento de un confinamiento obligatorio por un lapso de 14 días para todos aquellos que reingresen a nuestro país, en hoteles o centros previamente asignados a esta tarea. Estas medidas deberían ser independientes de los estudios diagnósticos que los viajeros acrediten, atendiendo a que los mismos son incapaces de descartar la existencia de un proceso infeccioso incipiente. Evitar o al menos demorar la circulación comunitaria de la variante P1 en el país, mientras avanza la vacunación, podría significar salvar miles de vidas”, afirman en el documento presentado.
“Lo que estamos viendo en la mayoría de los países limítrofes es realmente preocupante”, escribió Rodrigo Quiroga, uno de les científiques con más actividad en divulgación y redes. “No estamos planteando la medida de manera indefinida, sino hasta que logremos vacunar a los mayores de 60. Una vez logrado esto, toda ola de contagios tendría un efecto de mortalidad muy reducida o, al menos, eso esperamos por lo observado en Israel, por ejemplo. Cancelar los vuelos hacia y desde Brasil no es ´la solución´, por supuesto. El tema es que, al menos, hay que intentar retrasar lo más posible la transmisión comunitaria de P1. Lo mismo con los que regresan al país: con cuarentena obligatoria en hoteles sería un gran avance”, aclaró ante algunas críticas que recibieron les científiques.
El Doctor en Ciencias Químicas y bioinformático de la UNC reforzó la importancia de advertir que todo se va a complicar, y de la continuidad de los cuidados colectivos. “Ahora, algo que no sé si todos entendimos: medidas preventivas adecuadas y tomadas a tiempo, aunque costosas, evitan tener que tomar medidas aún más costosas en el futuro. Aunque no logremos evitar la circulación comunitaria de P1, sino sólo demorarla, igual estaremos salvando vidas y posiblemente evitando la necesidad de volver a implementar cuarentenas estrictas, como hoy tienen Chile y Brasil, o cerrar escuelas, como ocurre en Uruguay”, expresó.
El docente explicó que, durante el 2020, en Manaos, se había infectado el 75% de la población, habiendo fallecido 3.500 personas. En noviembre, comenzó a circular la variante P1 y, en diciembre, esta cepa ya representaba el 50% de los casos totales. La variante se esparció por todo Brasil y, en enero, el porcentaje subió hasta 85% y, hasta febrero, fallecieron 4.000 personas. “El gran problema de la cepa de Manaos parece ser la capacidad de infectar personas que ya tenían anticuerpos contra las variantes ´comunes` de COVID y que, cuando empieza a circular comunitariamente, es casi como empezar una nueva pandemia de cero”, agregó el químico cordobés.
La semana pasada, se detectó la variante de Manaos en cinco viajeres y aún no ha sido diagnosticada en contagios comunitarios. Quiroga dice que esto es posible por algo llamado sobredispersión. “Llamamos sobredispersión al hecho de que el 70% de los infectados con COVID no contagian y unos pocos contagian muchísimo. ¡El 15% de los infectados genera el 85% de los contagios! Debido a este fenómeno, con un poco de suerte, pueden volver 10-20 personas infectadas con P1 y no respetar la cuarentena, y aún así seguir sin transmisión comunitaria. Por supuesto, mientras más viajantes infectades regresan, sube la probabilidad de que arranque”, argumenta el investigador.
La conclusión no es nueva: hasta que estemos todes vacunades, la forma de cuidarnos sigue siendo la misma que desde hace un año. Ventilación cruzada y barbijo bien puesto, sobre todo, ahora que empiezan los fríos.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La tinta.