Oliva: el feminismo en todas partes

Oliva: el feminismo en todas partes
24 agosto, 2020 por Redacción La tinta

En la última década asistimos al estallido feminista, se multiplicaron los activismos a lo largo y ancho del territorio. Desde 2012 un puñado de mujeres crearon lo que hoy es la «Fundación Oliva Contra la Violencia de Género«, que  reúne a más de 60 personas. Conversamos con ellxs sobre su camino, el contexto actual y los próximos desafíos.

Por Redacción La tinta

En la provincia de Córdoba existen 431 localidades. En muchas las instituciones y grupos tradicionales conviven con espacios que, identificados con el feminismo, accionan creativamente para avanzar en cuestiones fundamentales donde el Estado no llega. La Fundación Oliva Contra la Violencia de Género se crea en 2012 al calor de la lucha por el femicidio de Elisa Inamorato.

Alexander, Pamela, Micaela y Mirna integran el espacio que nuclea a vecinxs de la localidad. En conversación con La tinta nos cuentan que la marcha Ni Una Menos de 2015 fue el puntapié para crecer y consolidarse. “Hubo una manifestación histórica en Oliva, de gran magnitud y a partir de ahí comenzamos a trabajar más con la gente, con talleres en escuelas, a través de la escritura, la fotografía, en relación a la Educación Sexual Integral, al lenguaje inclusivo y realizamos capacitaciones de perspectiva de géneros para los medios de comunicación”, rememora Micaela.

Oliva es ciudad cabecera del departamento Tercero Arriba y tiene una población aproximada de 12 mil habitantes. “El interior es un mundo aparte de las ciudades. Al comienzo había palabras que no se podían decir, como ´feministas´ o ´aborto´, porque generaban mucho rechazo”, explica Mirna y narra que tardó en sumarse por su trabajo, “soy psicóloga y no sabía cómo acomodarme entre lo privado y lo público hasta que lo hice y esto es como el feminismo, cuando te metés no hay vuelta atrás, no volvés a ser la misma”.

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(Imagen: Oliva contra la Violencia de Género)

Alexander se unió en 2019. “Soy de perfil muy bajo y de un año al otro soy un chico trans y soy el único acá, entonces empecé a recibir una atención que no esperaba y el grupo me contuvo mucho”, nos cuenta y enfatiza la importancia de encontrar “personas que estén ahí y luchen por algo que nos beneficia a todxs”.

Durante la entrevista se percibe buen clima, se escuchan atentxs y se alientan para hablar. Pamela dice que es “una chica trans y siempre mi lucha fue silenciosa, porque en un pueblo chico este tipo de organizaciones no existían, solo estaban en la ciudad. Acá la gente no se quiere hacer visible por miedo a que los señalen”. Uno de los motivos por los que se unió al grupo fue la lucha por derechos “negados y cascoteados”.

En el grupo hay mujeres amas de casa, profesionales y personas de todas las edades, que trabajan de forma voluntaria y autónoma. Explican que es amplio, “muchas son feministas por práctica no por lectura” y conviven las tres generaciones: hijas, madres y abuelas. Si bien las “caras visibles” de la organización son un número reducido, adhieren decenas de personas que realizan distintas tareas.


El señalamiento y el prejuicio son pesados en los pueblos chicos. Sin embargo, lxs cuatro entienden que es algo a superar. “Quizá ese prejuicio lo tuvimos todas en un comienzo, el tema es atravesarlo y cuando ya estamos adentro empezamos a acomodarnos y negociar”, cuenta Mirna.


“Hay un imaginario invisible sobre lo que son las feministas, como unas aborteras que hacen lío, pero nosotras nunca le tiramos un huevo a nadie. Sí cuando tuvimos que decir las cosas las dijimos y eso acá puede ser chocante, pero cuando una mujer y una compañera del colectivo LGTB+ se da cuenta que no está más sola y que hay un grupo que puede ayudar o contener, se hace más fácil la participación”, afirma Micaela.

Después de ocho años de trabajo y con el tema en agenda, las instituciones ya no las ignoran. En diciembre último tuvieron un gran logro: la inclusión en la Carta Orgánica Municipal del Cupo Laboral Trans. Aunque se aprobó con un porcentaje menor al propuesto, entienden que es por la falta de capacitación y perspectiva en géneros y diversidad de los funcionarios, y que “es un trabajo de insistencia y permanencia”.

“En Oliva tenemos una denuncia por violencia de género por día, a veces más. El 28 de mayo la policía informó que llevaban 31 denuncias, 70 restricciones, 5 botones antipánico que se suman a los 45 que ya hay. En el pueblo existen las críticas, pero también saben que si estás con un problema de violencia machista o necesitás estar acompañada en lo que sea, nosotras vamos a estar”, afirma Micaela.

En pandemia

En las últimas semanas hubo brotes sucesivos de Covid-19 en la localidad. Esto obligó a cambiar las actividades y comenzaron a asistir a personas en situación de violencia de género potenciadas por el aislamiento, a mujeres con coronavirus y al colectivo trans de la ciudad. Micaela cuenta que hablaron con quienes “hacían acciones solidarias para que recuerden que la población trans necesita porque no están trabajando, no tienen ingreso y la estaban pasando muy mal”. Explican que el brote evidenció con crudeza la situación de vulneración y pobreza de mujeres y diversidades.

En este contexto, el desborde de situaciones complejas, el trabajo de asistencia las 24 horas y no poder reunirse para apoyarse las dejó en una situación difícil. Hoy la transmisión del virus disminuyó considerablemente, pero entienden que se profundizó la feminización de la pobreza, y lo económico y habitacional es un eje central a trabajar.

Las tareas que siguen son afianzar más el grupo, ampliar el proyecto y conseguir un espacio físico para las actividades, “eso es fundamental, hasta el momento no nos impidió hacer todo lo que hacemos, pero es necesario, tal vez, un gobierno con más perspectiva de género que nos escuche”, concluye Mirna.

“La esperanza hoy está en no sentirnos más solas, saber que hay un grupo que se sostiene codo a codo y que no permitirá que a ninguna mujer o persona diversa le falte nada, que hará todo lo que pueda”, expresa Micaela.

Cuando decimos que el feminismo es un movimiento que llegó a todas partes, estamos diciendo justamente eso: estamos en todos lados, también en Oliva.

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(Imagen: Oliva contra la Violencia de Género)

*Por Redacción La tinta / Imágenes: Gentileza Oliva contra la Violencia de Género.

Palabras claves: cordoba, feminismo, Oliva, Violencia de género

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