24M: no hay pandemia que mate la memoria
La cuarentena hizo que el año 2020 sea el primer aniversario del terrorismo de Estado en que el pueblo cordobés no salió a las calles. Pero la memoria no está en cuarentena: en ventanas y balcones, en cantos que retumbaron entre los edificios, en pantallas que lograron traspasar las paredes, retumbó una historia y una lucha compartida que dice Nunca Más cada 24 de marzo, estemos donde estemos.
Por Redacción La tinta
Hoy, el silencio suena diferente en el barrio. Hoy, las calles vacías están más vacías. Hoy, la tristeza no sabe a pandemia, sino a injusticia. Porque, como cada 24 de marzo, recordamos las torturas y asesinatos cometidos por el terrorismo de Estado hace 44 años. Porque, como cada 24 de marzo, la ausencia de lxs 30 mil desaparecidxs se nos hace carne. Porque, esta vez, faltan nuestros cuerpos dando pasos y gritos por la ciudad para recordarlxs, y para traer al presente ese mundo que todavía soñamos.
La cuarentena impuesta por el coronavirus hizo que el año 2020 sea el primer aniversario del inicio de la dictadura cívico-militar-eclesiástica en que el pueblo cordobés no salió a las calles. Calles que, desde la vuelta de la democracia, han sido testigos del crecimiento del movimiento por los derechos humanos en nuestro país: desde aquellas primeras manifestaciones que ocupaban media cuadra en un país destruido por el terrorismo de Estado hasta la última de 2019 con la participación de más de 150 mil personas.
Pero, como dijo Liliana Herrero, y como demostraron miles de personas desde sus casas, la memoria no está en cuarentena. Por eso, ahora, floreció en ventanas y balcones, en cantos que retumbaron entre los edificios, en pantallas que lograron traspasar las paredes. En emociones de una historia y una lucha compartida que, más acá y más allá de la virtualidad, dice Nunca Más cada 24 de marzo, estemos donde estemos.
Desde La tinta, hicimos un recorrido por las redes sociales para escuchar a quienes, año a año, salen a acompañar el reclamo por Memoria, Verdad y Justicia, recogimos las voces de algunas de las tantas personas que, año a año, organizan y participan de esta convocatoria y que, esta vez, marcharon desde sus casas, y seguimos junto a muchxs más el documento leído por los organismos de Derechos Humanos a través de las pantallas.
Redes contra el olvido
“La memoria no está en cuarentena, la memoria aparece aunque no queramos. ¿Quién dijo que no vamos a marchar? Vamos a marchar porque vamos a escuchar los pasos que hemos dado siempre, a oír las canciones que hemos cantado siempre, vamos a pronunciar las consignas que hemos pronunciado siempre. Eso es la memoria. La memoria no está en cuarentena. La marcha se hace aunque no se haga, porque está en nosotros para siempre”, dice la cantante Liliana Herrero con una enredadera a sus espaldas mientras se saca sus lentes rojos para saludar con su mirada profunda al pueblo de Córdoba.
Convocadxs por la Mesa Provincial De Derechos Humanos de Córdoba, artistas, militantes, periodistas, vecinxs, funcionarios y referentes de la cultura enviaron videos como el de Liliana para manifestarse desde sus casas unidxs por el hashtag #24MarchoEnCasa. Juan Falú, Rally Barrionuevo, León Gieco, Eugenia Almeida, Piñón Fijo, Vivi Pozzebón, Doña Jovita, María Teresa Andruetto son solo algunas de las tantas personas que ayer ocuparon las calles virtuales de estos tiempos y se expresaron en las redes sociales sobre el nuevo aniversario del golpe, que se dio bajo la consigna “Los pueblos tenemos memoria. La patria exige justicia”.
A ellas, se sumaron otros cientos de posteos con fotos de pañuelos blancos y flores improvisadas con tela, papel o servilletas, banderas y carteles hechos con sábanas o afiches, algunas de las tantas estrategias con que mucha gente ha adornado sus ventanas y balcones para sumarse a la convocatoria de marchar en casa.
Cuando ya son casi las seis de la tarde, horario de inicio de la marcha, Luciana Rochietti, trabajadora del Archivo Provincial de la Memoria, mira las flores rojas y el pañuelo de H.I.J.O.S. que colgó desde su terraza, y reflexiona: “Se siente muy fuerte la falta del abrazo y los afectos cercanos con los que siempre nos encontramos el 24, se siente hasta en la piel. Y, sin embargo, creo que esta situación excepcional también ha generado y movilizado muchas emociones, ideas y creatividad de muchas personas que se pusieron en marcha para encontrarnos de alguna manera, aunque sea desde la virtualidad, pero sabernos cerca”.
“Todo lo que se está viendo hoy en las redes sociales es una forma nueva de expresar la afectividad y de hacer política. Quizás es hasta más fácil que una persona que no hubiera ido a la marcha esté al tanto de la conmemoración del 24 por las redes, porque la virtualidad tiene ese alcance. Aunque, sin duda, no hay nada como la calle y encontrarnos hombro con hombro”, agrega Luciana.
“Este contexto de pandemia nos encuentra a todos encerrados en nuestras propias casas, pero haciendo estallar la memoria. Es increíble la cantidad de mensajes, fotos, videítos de toda la sociedad que han llegado a las redes en este momento, es una demostración de que no hay pandemia que mate la memoria”, dice, del otro lado del teléfono, Gustavo Tisera, presidente de Familiares de Desaparecidos y Detenidos Políticos por Razones Políticas de Córdoba y uno de los coordinadores de la Mesa Provincial De Derechos Humanos.
Desde su casa, que tiene una verja cubierta de punta a punta con pañuelos y flores, y ubicado en el barrio que habita desde hace años, Gustavo cuenta: “Hoy, acá, en frente una vecina que siempre nos apoya, puso sus flores y pañuelos. Entonces, se le paró una viejita que venía del súper y le dijo: gracias. ¿Quiere llevarse una flor?, le pregunto mi vecina. Sí, le respondió la señora. ¿Usted tiene algún pariente…? Sí, tengo mi marido desaparecido. Y no pudo seguir hablando, se fue llorando. Era una vecina que no sabíamos que estaba viviendo acá y tiene a un familiar desaparecido, una persona más para acercarnos…”.
Recordar desde casa
Detrás de una ventana con rejas de la que cuelgan tres pañuelos blancos, Sonia Torres, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba, nos habla de frente:
“A las cinco de la tarde, mentalmente, recorreré las calles de Córdoba llevando la pancarta de mis hijos, con esas fotos que quedaron congeladas en el tiempo. En una mano, los 30 mil desaparecidos y, en la otra mano, los 500 niños que nos robaron”.
Sobre una maceta cubierta de alegrías del hogar, agrega: “Hay un poema que dice ‘No guardes tu pena, elévala como una bandera al viento’. Eso es lo que hacemos las Abuelas de Plaza de Mayo en cada 24 de marzo”.
Por su parte, Sara Waitman, de la Asociación de Ex Presos Políticos por la Patria Grande, recupera una imagen de lo que vivió un día como hoy hace exactamente 44 años: “Recuerdo que vi por televisión con el Nona el comunicado número 1 de la Junta Militar, cuando se produjo el terrorismo de Estado”. Después, deja que la memoria siga corriendo por su voz del otro lado del teléfono: “Yo sufrí la desaparición de mi novio, Carlos Alberto D´Ambra, el Nona. Le decíamos así porque, en el IPEF, tenía canitas, ahí lo conocí yo: en el Profesorado de Educación Física. Nos detuvieron juntos un 20 de noviembre del 76 en la Terminal de Ómnibus vieja. Estuvimos unos días en Campo la Ribera y, ahí, él me silbaba la Zamba para Olvidar, porque nos gustaba esa zamba, y, por debajo de la venda, lo pude ver en el sector de los calabozos. A él, lo identificaron como parte del PRT y a mí me dicen a van a averiguar mis antecedentes. Fui torturada varios días hasta que me derivan a la cárcel de San Martín, el penal estaba lleno y yo quedo en la UP1 incomunicada, sin saber qué había pasado con el Nona. Después, tuve una visita que me permitió acordar con mi familia que me enviaran una bombacha amarilla para avisarme que el Nona estaba vivo. En los dos años que estuve detenida, nunca la recibí…”.
Después, Sara vuelve al presente: “Hoy, a pesar de que no podemos marchar, estamos juntos, los ex presos, las madres, todos los compañeros que luchamos por un mundo con más justicia para todos, como lucharon los 30 mil. Y también para recuperar a los nietos y recuperar los cuerpos de nuestros compañeros desaparecidos, que es una tarea que le corresponde a todo nuestro pueblo”.
Sin clases, pero con memoria
“Ahora, tendríamos que estar marchando, pero, como no se pudo, me la pasé decorando y, por suerte, mi familia me acompaña con esta lucha”, cuenta Soledad en la tarde de este 24 de marzo. Ella es estudiante del IPEM 169 Rafael Escuti e integrante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), una de las tantas organizaciones que acompaña las marchas cada año. “En mi cole, hacemos plantaciones de árboles para recordar a todos los desaparecidos, les pedimos a los chicos que escriban lo que piensan del 24 de marzo en carteles, hacemos murales, cine debate. Para mí, es muy importante marchar por Memoria, Verdad y Justicia”, dice y agrega que, esta vez, también invitaron desde la UES a lxs estudiantes a que se expresen en sus redes sobre el 24M.
Los reclamos de hoy
Cecilia Correa, integrante de H.I.J.O.S., hace una pausa entre los mensajes y videollamadas con sus compañerxs para sentirse cerca en este día, y nos cuenta algunos de los principales reclamos que hoy mantienen los organismos de derechos humanos, a pocos meses del fin del macrismo en el gobierno: “En cuatro años, fuimos para atrás, sobre todo, en la parte del Poder Judicial porque se vació de personal, como todo el Estado que se fue achicando, entonces, hay muchas causas demoradas por eso. Es significativo que el último juicio grande fue la Megacausa La Perla y han quedado pendientes muchas causas que estamos tratando de que salgan”.
También destaca otro reclamo que tuvieron que defender en estos días: “A causa del coronavirus, muchos genocidas pidieron la prisión domiciliaria y, desde H.I.J.O.S. y Familiares, presentamos una nota. Por suerte, se logró que no se entreguen domiciliarias por la pandemia”.
Viviana Alegre también puso un pañuelo para hacer presentes a lxs 30 mil: “Ahora, voy a poner la foto de Facu y la banderita de Abuelas”, aclara. Ella es otra de las personas que, cada 24 de marzo, sale a caminar las calles de Córdoba y le sobran los motivos: cuando tenía diez años, en plena dictadura, desaparecieron a su hermano y a su cuñada, embarazada. Cuando tenía 45 años, en plena democracia, desaparecieron a su hijo, Facundo Alegre. Ahora, ya lleva ocho años reclamando justicia para Facundo y uniendo su voz a la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil, otra de las organizaciones que participa en cada aniversario del golpe. Marchando desde su casa, Viviana pide que continúen los juicios por lesa humanidad contra todos los responsables, militares, pero también civiles y eclesiásticos. Y destaca la importancia de seguir buscando a lxs nietxs, entre quienes también se encuentra su sobrinx.
Desde su teléfono, Viviana agrega otro de los reclamos que se hace escuchar en Córdoba cada 24: “Es memoria no solo por los 30 mil, sino también memoria y justicia por los desaparecidos en la democracia y por los pibes asesinados por gatillo fácil, que, a veces, directamente, le cierran las causas. Todos buscamos la verdad: yo quisiera encontrar dónde está mi hermano, mi cuñada y dónde esta Facundo».
«Memoria, verdad y justicia por los desaparecidos de ayer y de hoy, que se pueda continuar la búsqueda y que, a nivel jurídico, se avance con todas las medidas que se tengan que hacer, sin divisiones”.
Pasado y presente
El aislamiento en el que hoy nos encontramos también desata nuevas preguntas y reflexiones en relación a los valores que acompañan esta fecha y a los aprendizajes que, a lo largo de las últimas décadas, hemos logrado como sociedad en la defensa de la justicia y la libertad. Preguntas y reflexiones que este 24 también resuenan en las casas, como un diálogo indispensable entre pasado y presente, como un ejercicio más de la memoria:
“Este momento de aislamiento es una oportunidad para reflexionar sobre el cuidarnos entre todos, el trabajo colectivo, de hermanarnos y expresar los lazos de solidaridad que hay entre argentinos, y también entre la patria grande latinoamericana. Un momento para volver a tejer el entramado social colectivo, porque la dictadura también destruyó lazos de lo colectivo e hizo que desconfiáramos del otro”, dice Cecilia, de H.I.J.O.S.
“Hoy, estamos viviendo una pandemia y, al igual que los 30 mil desaparecidos por los que pedimos justicia, también tenemos que pedir justicia por toda la gente que está muriendo, que está enferma. Esto es producto de la avaricia del hombre y del neoliberalismo. Esto nunca más puede suceder, como nunca más el terrorismo de Estado, nunca más la manipulación de los gérmenes que enferman y matan a nuestros hermanos”, expresa Gustavo, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos Políticos.
“Es una situación nueva, distinta y extraña en relación al rol del Estado y las fuerzas de seguridad. Creo que nos alerta y siempre estamos atentos a que un cuidado no puede obturar la libertad, en el sentido amplio de la palabra, del cumplimiento y la garantía de todos los derechos, entonces, siempre hay que estar alerta a que el accionar de las fuerzas de seguridad sea en el marco de lo que corresponde y el respeto de los derechos”, dice Luciana, del Archivo Provincial de la Memoria.
“Entiendo el aislamiento y la cuarentena, pero así como controlan y vigilan a la sociedad civil, controlen a las fuerzas de seguridad también, porque se le está dando un poder y una impunidad grande, ¿qué soluciona que se lleven presa a la gente? Estamos en el límite, hay una línea muy finita que es cuidar, controlar, y la otra que es reprimir, maltratar, porque tienen un poder fuertísimo”, expresa por su parte Viviana Alegre. Y agrega: “El tema acá son los derechos humanos y también es el derecho a la salud: hay que reforzar la salud pública porque, hoy, es esta pandemia, pero, mañana, ¿qué va a hacer?”.
Ahora y siempre
“30 mil desaparecidos ¡PRESENTES! Ahora ¡Y SIEMPRE!”. Las voces suenan igual que siempre, entre el bullicio y los tambores: a través de un video trasmitido a las 19 horas por Canal 10 y las redes sociales, nos llega el eco de alguna de las tantas marchas que presenciamos en Córdoba. Después, sobre un fondo blanco y con una flor roja en el pecho, Lilian Luque, abogada en juicios de lesa humanidad, toma la palabra y comienza a leer el discurso elaborado por la Mesa Provincial De Derechos Humanos de Córdoba, ese que cada año escuchamos cuerpo a cuerpo frente al escenario: “Otro 24 de marzo llegó. Este 24 es distinto a todos los demás, por primera vez desde la vuelta democrática, no podemos encontrarnos y abrazarnos en las calles. Tomamos la decisión de no marchar porque somos coherentes con la historia de nuestra lucha: la vida de todos y de todas es lo primero. Una decisión tomada con tristeza porque, como toda la sociedad cordobesa, teníamos muchas ganas de salir a mirarnos a la cara un nuevo 24”.
A su lado, Martina Novillo, de la agrupación H.I.J.O.S., continúa el discurso con un pañuelo blanco al cuello: “Mirarnos, abrazarnos, recordar juntos y compartir la emoción de saber que, a 44 años del golpe cívico militar que planificó miseria y que se llevó a 30 mil compañeras y compañeros, no nos han vencido”. “La crisis sanitaria que estamos viviendo hoy nos da la posibilidad de mostrar que somos un pueblo unido y organizado, y, aunque no podamos estar en la calle, nos hacemos sentir”, agrega Liliana.
Sus voces remarcan, entonces, que el golpe cívico-militar fue llevado adelante por los genocidas y los grandes grupos económicos de Argentina “con el único fin de desmantelar el tejido social e implantar un sistema económico, político y cultural basado en el saqueo, el endeudamiento y la impunidad”, y que aún falta juzgar a los responsables civiles.
Después, llega el reclamo de justicia: que los genocidas estén presos en cárcel común, perpetua y efectiva; que aparezcan todxs lxs nietxs y vuelvan al abrazo de sus Abuelas; que todxs, en nuestro país, tengan alimentos, tierra, techo, educación y trabajo; que no mueran más mujeres por violencia de género; que el aborto sea legal, seguro y gratuito; que a ningún pibe se lo detenga o asesine por pertenecer a una barriada popular; que se valoren las culturas de los Pueblos Originarios; que la información y la comunicación dejen de manejarse como un negocio.
La preocupación por la situación de América Latina también se hace presente y, repasando las realidades que se viven hoy en Bolivia, Brasil y Chile especialmente, los organismos remarcan: “Rechazamos toda intervención imperialista en América Latina. Nunca más un Plan Cóndor”.
El discurso termina, el video se funde a negro. Y, otra vez, nuestras casas y, otra vez, la cuarentena. Hasta que el silencio que, desde hace días, suena en el barrio se rompe: “30 mil compañeros desaparecidos…”, lanza alguien desde alguna ventana. “¡PRESENTES!”, gritan otrxs tantos desde las suyas. Las voces suenan distinto a siempre, como un eco de otro tiempo o de otro lugar. Las palabras, sin embargo, son las mismas: “Ahora”, “¡Y SIEMPRE!”, “Ahora”, “¡Y SIEMPRE!”.
*Por Redacción La tinta / Imágenes: La tinta