Detrás de la macroeconomía, estamos nosotres
Por Redacción La tinta
Desde el territorio cordobés, donde aún muchas personas siguen prefiriendo a Mauricio Macri y a su manera de gobernar, estamos nosotres que no lo queremos ni un poquito. Sus decisiones representan el capitalismo neoliberal que nos lleva a mujeres y disidencias a la pobreza estructural.
Desde aquí, desde el territorio más conservador de Argentina, enviamos un grito feminista, una voz contrahegemónica al cordobesismo y al macrismo local, un grito urgente para desarmar las narraciones económicas especulativas, abstractas, con sus fórmulas distantes a nuestras realidades.
Es necesario visibilizar que los impactos económicos más crueles son en los barrios, en la economía popular, en el aumento de los trabajos precarizados y en las economías de les no asalariades.
Aumenta el dólar, a nosotras el dolor
Detrás del precio del dólar, estamos nosotras, les trabajadores precarizades y afectades, día a día, por el aumento del precio de los alimentos y del costo de vida. El modelo económico que viene implementando el macrismo encarna al capitalismo neoliberal que tiene en la mira a los cuerpos y las vidas de las mujeres y disidencias, un dispositivo que nos precariza y nos obliga a la obediencia de la incertidumbre laboral. Aumenta la pobreza.
Detrás de la baja de las acciones de las empresas argentinas en la Bolsa de Nueva York, estamos nosotras, las que conocemos sobre la brecha laboral sexista, la que nos lleva a ganar 27% menos que los varones, quienes, muchas veces, también están empobrecidos porque no son los varones empresarios preocupados de arriba. Aumenta la desigualdad de clase.
Detrás del supuesto “efecto” de las PASO, estamos nosotres, les jóvenes que buscamos empleo, condenades por el sistema capitalista y patriarcal a tener más posibilidades a dedicarnos al trabajo no remunerado del hogar. Aumenta el hambre.
Detrás del “vayan a dormir” de Mauricio Macri, estamos las que no podemos ir a dormir, porque tenemos que salir a la calle. Estamos las travas y trans sin laburo formal y cada vez más empobrecidas. Aumenta el transodio.
Inflación, contracción del Producto Bruto Interno, expectativas del mercado, predicciones del Fondo Monetario Internacional y muchas otras variables son las que el gobierno de Mauricio Macri, con sus políticas económicas neoliberales, nos hizo volver a escuchar y padecer.
Alerta feminista
Algunes creyeron que “el mejor equipo de los últimos 50 años” sabía cómo cumplir las falsas promesas realizadas durante la campaña electoral del año 2015. Hoy, demuestran que sabían cómo no perder ellos, los poderosos que se insertan y enriquecen con el capitalismo financiero. A ellos les importa una economía desregulada, inserta en la bicicleta financiera mundial. Por eso, Macri insiste tanto con una Argentina inserta en el mundo.
Doña Rosa sabe que la guita que antes entraba ya no alcanza para comprar lo mismo. Claudina sabe que no llega a fin de mes, pero no qué relación tiene con las variables económicas de un país. Para nosotres, la mayor preocupación es la incertidumbre del rumbo de la economía familiar.
Desde los feminismos, estamos tensionando y cuestionando todo lo que nos afecta por las jerarquías patriarcales y capitalistas. Aún, viviendo en una sociedad capitalista, podemos incidir en las decisiones económicas de un país que piense en nosotres, con políticas públicas para cada parte y para todo el colectivo porque somos les precarizades, las putas, travas y trans, las desempleadas, les explotades, las que dependemos económicamente de los que nos cagan a palos.
Queda poco tiempo para las próximas elecciones nacionales, hay esperanza de sacar a Macri y, gane quien gane, las políticas públicas para mujeres y disidencias deberán ser urgentes. Más allá de la alianza que gobierne a partir del próximo año, a nosotres nos queda la dignidad y la lucha feminista que ha demostrado que TODO tiene que cambiar.
Hace tiempo que venimos revolucionando la vida cotidiana, nuestras casas, camas y familias. En los barrios y en las calles, nos organizamos. Volvimos al trueque, a colectivizar nuestras economías populares, a pensar en redes solidarias de consumo. A Macri le hicimos el primer paro económico con el Paro Internacional de mujeres y al FMI le decimos: “Nos queremos vivas, libres y desendeudadas”. No estamos dispuestes al disciplinamiento que nos quieren imponer.
*Por Redacción La tinta.