“Lo único que puede salvar el mundo, hoy, son los reencuentros humanos”

“Lo único que puede salvar el mundo, hoy, son los reencuentros humanos”
26 diciembre, 2018 por Redacción La tinta

Los días 15 y 16 de diciembre en el territorio Cochatalasacate, en la región de punilla centro de la provincia de Córdoba, se realizó el Encuentro por la Tierra. Organizado por la Comunidad Ticas del Pueblo Comechingón y la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo de Punilla, se compartieron las distintas experiencias regionales en la recuperación de la identidad en los territorios.

Por Ecos Córdoba

“Trabajamos un mensaje entre los presentes como parte de un encuentro que nos acercó en este fin de 2018, para compartir el espacio común, el monte, en la Comunidad Ticas del Pueblo Kamichingon. Y se fueron construyendo saberes y mensajes existentes que se transformaron en La Resistencia, porque ‘lo único que puede salvar el mundo, hoy, son los reencuentros humanos'», mensaje de los guardianes del Monte.

Tal lo expuesto, entre tantas palabras que volaban como mariposas, que se transformaban, algunos sostenían que nos debíamos a la acción de la Minga, entre espacios que se fueron uniendo, ladrillo a ladrillo, los debates fueron claros, sin discusiones. En un año donde sentimos la consecuencia directa de distintas formas de violencias, “hemos respetado el valor de la palabra”, hermanados.

La participación nos descubre y, en ella, aprendimos que “no somos iguales, somos diversos. Nutridos desde el respeto. Nos escuchamos, debatimos, con una energía cordial”, todas características propias de lo que necesitamos para sostener la vida. En un año de repetidas costumbres en el accionar de muchos sectores de nuestra sociedad y de los propios gobiernos que nos distancian, hubo una mirada reconciliadora para los territorios. ”No estamos solos, hay tribus de pertenencia. Energías que nos complementan y nos encuentran en sintonía con más frecuencia”. Y es así como se siente muy adentro, muy profundo en “tiempos de intercambio para generar riquezas”.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Particular agradecimiento a quienes sostienen la confianza y buscan encontrarse, para aprender y escucharnos. Y porque lo expresaron: “No somos el territorio, somos parte de él”. Y se podrá discutir nuestro origen, pero jamás desconocer que “todos somos uno, todos somos nativos”. En ese eje que gira y nos lleva lejos y nos acerca, ”nosotros somos la tierra, en expansión de conciencia”. Una gratitud al espacio por seguir tejiendo redes y un sentido empoderamiento femenino para aquellas mujeres que siembran y cosechan nuestro alimento.

Nosotros somos el territorio que se mueve. Y, en este solsticio de verano, las semillas están latiendo, para poder rever la casa, para lograrlo juntos. Recuperar la tierra en acción, dejar el plano aéreo para elevar nuestra mirada y soltar la visión que nos piense con respeto. Un tiempo multidimensional: donde la presencia de otros seres y el crecimiento en el silencio nos escucha sin prisa y, por sobre nuestra voz, las raíces, las semillas, los sonidos del monte.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

La semilla antigua nos trae una memoria celular, sentimos que a esto ya lo vivimos. Y es la voz de los ancestros. Es una gran oportunidad para nutrirnos con la naturaleza, para ser uno. Necesitamos recuperar la simpleza de nuestro ser. Me voy del espacio donde habito con la posibilidad de “reexistir”.

Gratitud, sinceridad, transparencia, relatos intensos no deben dejar de acompañar ni faltar en nuestra mesa. El camino a seguir, el reconocer los senderos, nos llevan al lugar que necesitamos. Cuando hay conocimiento, hay sanación y no siempre hay enfermedad, pero la tierra llora. Y, en ese largo camino, las distancias se achican reconociendo los derechos a la Tierra y a usar su suelo con acuerdos colectivos, para alimentos.

Es importante lograr constancia y compromiso para transformar la realidad que nos toca de cerca y que vemos reaccionar de lejos. “El monte se nutre con estos reencuentros” y está abierto para sentirlo propio, sin dañarlo.

Agradecidos a quienes se organizan, a quienes están visibles y a los que no. A quienes nos convidan su alimento, reciben el agua, a quienes custodiaron el fuego, Gratitud por la voluntad que sopla hacia un accionar en la confianza, de un construido respeto. Abrimos la puertas de la casa para brindar, con lo que tenemos. Armonía, Respeto y UNIDIVERSIDAD para los años venideros”.

Por Ecos Córdoba / Imágenes: Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: Comunidad Paravachasca de Comechingones, Córdoba, La Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo, Punilla, tierra y vivienda

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Amenazas y usurpación a la Comunidad Diaguita Anconquija

Amenazas y usurpación a la Comunidad Diaguita Anconquija
17 noviembre, 2020 por Redacción La tinta

Los comuneros y comuneras, autoridades, delegados de base, miembros de los consejos de la Comunidad Originaria Diaguita Anconquija denuncian amenazas, usurpación y violación reiterada a la propiedad comunitaria indígena y a los protocolos sanitarios para el ingreso a la provincia de Catamarca.

Por Redacción La tinta

Habitantes de Chavarría-Alumbrera y el pueblo en general denuncian que sus delegados de base “están en riesgo de vida (…) debido al accionar impune e inescrupuloso de Luis Roberto Miranda, alias Coqué, oriundo de Tucumán, conocido por hacer su riqueza del robo de animales de los pobladores a partir de la usurpación de tierras en las Cumbres de Narváez”, explican en un comunicado público.

Puntualizan en los hechos ocurridos durante el primer fin de semana de noviembre, cuando Miranda habría ingresado “con arma de fuego después de romper el cartel comunitario, apacheta, y alambrado, hasta cercanías del puesto del delegado de base”.

Señalan como agravante que, por la pandemia, se ve limitada la posibilidad de que otras autoridades y comuneros vayan hacia el lugar. “Dicho sujeto y compañía están violando nuestra propiedad comunitaria indígena, leyes y controles, al circular por caminos entre Alpachiri y Escaba, y entre ambas provincias por nuestro territorio comunitario, generando un gran riesgo que se extiende hasta la ciudad de Andalgalá, a la que llegan a vender animales de dudosa procedencia”, señalan.

Solicitan control de los registros de circulación a la fecha, que se informe al pueblo sobre la situación y se restrinja el movimiento de estas personas “que, por su ambición ciega, amenazan y arriesgan nuestra vida, la de nuestros mayores y nuestros seres queridos”.

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(Imagen: ANRed)

Los y las comuneras denunciaron situaciones similares en 2019 y 2020, en Anconquija y Andalgalá, provincia de Catamarca, y en Alberdi, provincia de Tucumán, “y ante la inacción de la justicia, responsabilizamos y exigimos la intervención urgente de las autoridades competentes: COE, policía de Aconquija y de Alberdi”, señalan. 

Esperan que intervengan los organismos de Derechos Humanos provinciales, nacionales y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, y que el Intendente y Gobernador hagan respetar los derechos de la comunidad.

“En el mes de nuestros antepasados y con su protección, seguiremos con la voz en alto, en la defensa de nuestro territorio ancestral con la verdad y por la justicia”, concluyen.

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Comunidad Originaria Diaguita Anconquija, comunidades indígenas, Diaguitas, pueblos originarios, Tucumán

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