Hay más de dos derrames por día en la Cuenca Neuquina

Hay más de dos derrames por día en la Cuenca Neuquina
16 noviembre, 2018 por Redacción La tinta

Fueron contaminadas entre el 2015 y el 2016 por contingencias hidrocarburíferas 15 hectáreas menos que en el último derrame de YPF. La gran mayoría de las contingencias son de escasa peligrosidad. En los últimos cuatro años el número de episodios asciende a 3.368. El 2018 es el año más crítico del período.

Por Matías Del Pozzi para Río Negro

El blowout en Bandurria Sur sin dudas fue el derrame más importante de Vaca Muerta de la última década, no solo por la cantidad de crudo y lodos que salieron a superficie sin control, sino por la cantidad de hectáreas que se afectaron. Sin embargo, no fue el único hecho que se registró en el año.

Acorde a los datos oficiales de la subsecretaría de Ambiente de la provincia de Neuquén a los que accedió Río Negro, en los últimos cuatro años, hubo 3.368 incidentes ambientales producto de la industria del Oil&Gas. Vale aclarar que aproximadamente el 80% de las contingencias son provenientes de los yacimientos maduros (desarrollos convencionales), de la Cuenca Neuquina.


Si bien los números fluctúan año a año, solo en los primeros 10 meses de 2018 se identificaron 934 incidentes en Vaca Muerta, el número más alto desde 2016. Los de este año se ubican en 95 yacimientos, aunque el 70% del total se concentraron únicamente en 13. Los antecedentes indican que en 2015 hubo 863 contingencias ambientales repartidas en 33 yacimientos, 868 al año siguiente, también en 33 áreas, y en 2017 el número se redujo a 703, aunque, la cantidad de yacimientos problemáticos ascendió a 68.


En los últimos dos informes se segregan los incidentes como mayores y menores sin brindar más información. Particularmente, en 2017 el 89% son considerados menores, mientras que el restante 11% fueron mayores. En 2018 la brecha es más angosta aún, el 95% de las contingencias ambientales fueron catalogadas como menores y solo el 5% restante como mayores.

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Entre 2015 y 2016 la provincia tiene discriminados 1.163 derrames de crudo y 433 de agua de producción utilizada en los procesos de extracción. En el informe se considera derrame de crudo a cualquier vertido con concentraciones de hidrocarburo mayores a 0%.

La magnitud de Bandurria

La cantidad de contaminaciones en actividades vinculadas a la industria hidrocarburífera de los últimos cuatro años son estadísticas elocuentes desde cualquier punto de vista.


Un dato que sobresale del resto es que el derrame del mes pasado en el pozo Lcav-26, en Bandurria Sur, contaminó más hectáreas que en todo 2015 y 2016 juntos. Según la última información oficial el derrame de YPF cubrió 47 hectáreas en total entre la superficie alcanzada por el spray, las canaletas y las piletas. Y el área afectada de los dos años juntos fue de 31,51 hectáreas.


Específicamente en el 2015 la superficie afectada por los hechos de estas características abarcó 12,35 hectáreas, y el volumen de suelo contaminado que se retiró fue de 5.515 metros cúbicos (m3). Al año siguiente, el área afectada fue aún mayor, cubrió 19,17 hectáreas y el volumen de suelo retirado fue de 13.091 m3.

Hoy la mirada y las inversiones de las principales firmas que operan en Vaca Muerta está puesta 2.500 metros bajo tierra donde aguardan los no convencionales.

Si bien los incidentes en estos desarrollos solo representan el 20% de las contingencias de los últimos cuatro años, Bandurria demostró que ser minoría no es lo trascendental, sino, el grado de impacto.

La cantidad de afectaciones ambientales está directamente vinculada con el atareado nivel de actividad en el sector. Las estadísticas muestran que año tras año Vaca Muerta crece y sus límites aún no se cuantifican. Indudablemente cada vez quedará más expuesta. La corrosión interna de los materiales es la falla más común. Esto se debe a la constante exposición al agua, cloruros y contaminantes del gas.

En números


934 es el número de incidentes ambientales que se registraron en los primeros diez meses de este año.

47 contingencias ambientales fueron catalogadas por la Provincia como incidentes importantes. Es el 5% del total.
Las fallas más comunes son mecánicas y materiales


De acuerdo con los informes de contingencias ambientales de la provincia, los hechos más reiterados se deben a problemas mecánicos y fallas materiales, aunque hay un gran porcentaje de contingencias que no están detalladas.

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Entre el año 2015 y 2016, hubo 1731 incidentes, de los cuales 1093, es decir el 63,27%, fueron causados por fallas mecánicas o problemas en los materiales.

Esto sucede porque las propiedades intrínsecas de los materiales, luego de mucho tiempo de uso, terminan cediendo frente a los líquidos altamente corrosivos a los que son sometidos. Se dañan ductos, líneas de conducción e instalaciones de superficie.


El 19,35% de las contingencias fueron causadas por errores de operación, fenómenos climáticos, vandalismo, causas operarias y cortes de energía. Y el 17,38% restante aparecen englobados como hechos con causantes sin identificar, por lo que un gran porcentaje queda fuera de análisis.


Con respecto al 2017 y los primeros 10 meses del 2018, los informes provinciales no presentan ningún tipo de detalles sobre los incidentes. Frente a estos hechos la subsecretaría de Ambiente sugiere una serie de trabajos de mantenimiento, en casi todos los procesos de producción, con el fin de evitar futuras reincidencias.

Acorde a los informes de los últimos cuatro años, los incidentes en los yacimientos más críticos se han reducido, pero aún siguen registrando un alto número de fallas ya mencionadas en documentaciones antiguas.

*Por Matías Del Pozzi para Río Negro

Palabras claves: Conflictos Ambientales, contaminación, Vaca Muerta, YPF

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Organizaciones trabajan en red por la salud sexual y reproductiva de comunidades rurales de Córdoba 

Organizaciones trabajan en red por la salud sexual y reproductiva de comunidades rurales de Córdoba 
26 noviembre, 2024 por Soledad Sgarella

El trabajo del Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) es fundamental ―desde hace 25 años― en la lucha por una vida digna en el campo, abarcando aspectos como la tierra, la educación y la salud. En alianza con Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), desde 2021, se han potenciado acciones en torno a garantizar los derechos sexuales y reproductivos, especialmente, en zonas rurales invisibilizadas. “Contar con redes ayuda a entender que la salida siempre es colectiva y con organización”, sostiene Camila Recalde, médica y militante del MCC.

Desde hace 25 años, el Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) trabaja por el acceso a una vida digna, enfocándose en derechos fundamentales como la salud, la educación y la tierra en las comunidades rurales. La articulación y el trabajo colaborativo con la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), a partir del 2021, fortaleció el plan de acción orientado al acceso a derechos sexuales y reproductivos de mujeres y personas del colectivo LGBTQ+ que habitan la ruralidad. En esta nota, integrantes de las organizaciones reflexionan sobre los avances alcanzados y los desafíos que aún persisten en la construcción de un futuro más justo.

Camila Recalde es militante del Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) e integrante de los equipos de Salud y Feminismo. En diálogo con La tinta, comparte la experiencia de su organización, que lleva un cuarto de siglo de trabajo territorial en el norte y noroeste de la provincia de Córdoba. La médica destaca que el MCC se ha enfocado en visibilizar a lxs campesinxs y en luchar por el acceso a la tierra y a una vida digna en el campo. Hablar de «vida digna» abarca aspectos fundamentales del desarrollo humano, como la salud, la educación, la producción, el acceso al agua potable, la tierra y el trabajo.


«En todo el recorrido, hemos visibilizado y trabajado sobre el rol de las mujeres en el campo, una multiplicidad de acciones que ahora podemos poner bajo la bandera del feminismo campesino indígena popular, pero que, en aquellos tiempos, ni siquiera hablábamos sobre feminismo”. 


Entre las múltiples iniciativas, destacan las campañas de papanicolau, el acceso a métodos anticonceptivos, jornadas de atención sanitaria, espacios de formación para mujeres, promotoras de salud, promotoras territoriales contra la violencia de género, escuelas populares de género, talleres sobre economía feminista “y muchas otras acciones que, a lo largo de este tiempo, demuestran que la constancia del trabajo organizado genera que las políticas que se piensan o se articulan con el Estado y ONG puedan llegar de manera oportuna a los territorios”. 

Camila hace énfasis en que, desde el MCC, siempre tuvieron en claro que son una organización social y que el Estado es quien debería encargarse de gestionar la política pública para el sector. “Pero como ha sido un sector históricamente invisibilizado, hemos estado ahí para señalarlo, reivindicarlo y no dejar de demandar nunca lo que nos corresponde”, dice la médica y celebra como una victoria del movimiento que exista un programa como Familia Rural Sana, donde se ha podido pensar, construir y sostener conjuntamente políticas públicas de salud para una parte del campesinado cordobés, sabiendo y reconociendo que queda mucho territorio por cubrir.

“Contar con estas redes generadas en el contexto que estamos viviendo ayudan a entender que la salida siempre es colectiva y con organización”, agrega la militante. A lo largo de estos 25 años, explica, el MCC ha ido encontrándose con otros actores que reconocen su trabajo y que apoyan la lucha campesina y la mirada feminista, como CDD.

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Imagen: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

Tejer las redes para una vida digna

Ana Morillo, coordinadora del área Salud de Católicas por el Derecho a Decidir, relata que la articulación con el MCC ya tiene varios años, más precisamente, desde el 2021. Con apoyos institucionales, planificación de acciones concretas o encontrándose como activistas feministas y trabajadoras de la salud en la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir ―para la implementación integral de la Ley n.° 27.610 IVE―, ambas organizaciones tienen un trayecto recorrido en conjunto que potencia y fortalece el trabajo.

Morillo destaca una actividad que realizaron en coordinación con la UNC: «Hicimos un mapa de Córdoba plasmando en papel una georeferenciación de servicios y de organizaciones que atendían y acompañaban mujeres que habían decidido interrumpir el embarazo ―u otras cuestiones de salud reproductiva, pero, principalmente, de IVE-ILE―. Marcamos con puntos verdes donde había servicio para la atención. Y, después, decidimos hacer puntos violetas para los lugares donde existían organizaciones que acompañaban… Y ahí, en ese mapa, se vio, hermosamente, cómo las sedes donde había organización de mujeres campesinas del Movimiento daban acompañamiento donde no había verde. Eso fue una foto muy importante para pensar ―aún más― en el fortalecimiento de las organizaciones acompañando a las mujeres y, más que nada, a las mujeres campesinas, mujeres que viven a kilómetros de los servicios de salud y con caminos muy difíciles de transitar”.

En septiembre de 2023, se organizó un encuentro entre el MCC, CDD y la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (DNSSR), con la presencia de Valeria Isla, directora en ese momento de dicha repartición. El evento tuvo lugar en la radio comunitaria “Radio Pueblo”, en una de las localidades del norte cordobés, donde también funciona una extensión de la escuela para adultos destinada a la terminalidad de la secundaria, y participaron promotoras de diversas localidades del norte de la provincia ―como Deán Funes, El Tuscal y Mansilla del departamento Ischilín―, así como miembros del MCC de los departamentos de Cruz del Eje, Minas y Traslasierra.

Con la necesidad planteada de seguir articulando esfuerzos para consolidar la garantía de derechos en todos los territorios rurales de Córdoba, el trabajo conjunto entre el MCC y CDD se intensificó durante 2024. Las acciones buscan asegurar el acceso a métodos anticonceptivos, la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y la promoción de la salud sexual y reproductiva en comunidades rurales y barriales que, históricamente, han estado excluidas del sistema de salud pública.

El 2 de noviembre, se llevó a cabo en la sede del MCC en Cruz del Eje ―en el barrio La Rinconada― una campaña de colocación de implantes subdérmicos, producto de la articulación con Católicas por el Derecho a Decidir y la Fundación CIGESAR de Buenos Aires, jornada en la que se colocaron 50 implantes y se ofreció consejería a las mujeres de la zona. También se realizó en Ciénaga del Coro, incluyendo a comunidades cercanas como Tosno, Guasapampa y La Higuera. En total, se colocaron 49 implantes y, además, se ofrecieron consejerías sobre salud sexual y reproductiva a las participantes.

Otra de las campañas tuvo lugar en Cerro Colorado, donde, por cuarto año consecutivo, se realizó una jornada de salud sexual integral que incluyó consejerías, testeos de ETS y la colocación de implantes. Realizada en articulación con el MCC, Redes Cuidadas del Norte, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el colectivo de mujeres del norte, se recibieron más de 40 consultas que fueron acompañadas de manera personalizada y se llevó a cabo un taller titulado «Desdibujando violencia», abierto a la comunidad, donde se buscó reflexionar sobre la violencia de género y las herramientas para erradicarla.

Finalmente, a finales de noviembre, se llevará a cabo otra campaña en Los Pozos, que incluirá un taller de prevención y erradicación de la violencia de género, así como un espacio dirigido a las infancias para promover un entorno libre de violencia.

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Imagen: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

Las promotoras de salud, ese fuerte hilo conector

Jesica Otazua es militante del MCC de la Ciudad de Cruz del Eje. En la ciudad del norte cordobés, existen nueve barrios populares donde la organización trabaja con el equipo de feminismo: «Desde el inicio de las experiencias barriales en el año 2018, nos inclinamos a la formación de promotoras de género y en acompañamiento de IVE/ILE en articulación con los organismos estatales. Actualmente, con la presentación de un proyecto político de desmantelamiento del Estado, los derechos conquistados se fueron achicando y las legislaciones vigentes se relegaron a las voluntades políticas de quienes gestionaban la salud y al acompañamiento de las organizaciones sociales”, historiza. 

Las campañas internas, puestas al servicio de la comunidad, dice Jesica, se vaciaron de contenido cuando los recursos del Estado dejaron de llegar a las comunidades y barrios. “Y ahí es donde nos seguimos organizando para poner parches a la desregulación. Un entramado de redes construidas históricamente desde nuestro movimiento es lo que legitima hoy, un proceso del cual depende el acceso a la salud de nuestras comunidades campesinas y barrios populares”, sostiene Otazua y afirma: “El acceso a los métodos anticonceptivos y a consejerías, en barrios donde el acceso a la información y donde la economía familiar está denunciando la emergencia alimentaria, son inherentes. Y, sin embargo, están siendo recursos que el poder político plantea como un despilfarro, carente de respaldo. El derecho a la anticoncepción gratuita no está siendo rentable para el interés económico”. 

La campaña de Cruz del Eje, asegura Jesica, “dejó en evidencia la importancia de la jornada para una ciudad que cuenta con numerosos centros de salud y un hospital regional a donde no llegan recursos suficientes. Así, entendemos que la organización colectiva es la respuesta en estos tiempos. Apelar a las redes tejidas y a los feminismos como construcción política nos garantiza una vida más digna”.

Ana Morillo señala que, para estas últimas dos campañas de colocación de implantes, se coordinó, por primera vez, con las promotoras: «Ellas se involucraron en la captación de las mujeres, en que llegaran allí… Por ejemplo, en Ciénaga del Coro, las fueron a buscar casa por casa para que estuvieran. Bueno, esto fue una articulación muy fuerte y un hermoso encuentro con las compañeras, para lograr que mujeres y jóvenes de esos barrios llegaran a obtener el método anticonceptivo”.

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Imagen: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

Las promotoras de salud, como Carina Reynoso y Yamila Nieto, tienen un papel fundamental en el acompañamiento y educación de las mujeres en las zonas rurales. Ambas son productoras campesinas y hacen el famoso dulce de leche de cabra que se vende en el local Monte Adentro en la ciudad de Córdoba.


Carina trabaja en la comunidad de Piedrita Blanca, en el departamento Minas. La promotora destaca el impacto que han tenido los servicios médicos del programa Familia Rural Sana: «Los médicos rurales, en nuestras zonas aledañas, son muy importantes, tanto para adolescentes y jóvenes como para mujeres mayores, porque se pudo lograr llegar a los métodos de anticonceptivos, como así también los PAP. También a los controles y al llenado de fichas médicas para que cada niño cuente con su control. Visitamos periódicamente las viviendas y, entre charlas, vamos hablando sobre lo importante que es estar sanos. Comer bien y hacer actividades físicas. Para mí, es una gran oportunidad para que, como comunidad, vivamos mejor en el campo”. 

Yamila, de El Duraznal, cuenta cómo el MCC comenzó a trabajar en salud comunitaria desde principios de los años 2000. «Comenzamos aprendiendo a tomar la presión, a colocar inyecciones, todas esas cosas que hacía por ahí un grupo de médico y enfermero… Y también se empezó a plantear el tema de la salud integral de la mujer y, después, se pudo llevar a cabo venir con algunos de los equipos médicos y hacer PAP. Allá, en los primeros años, se usaba un botiquín comunitario acá, donde se conseguían anticonceptivos y se podían repartir a las mujeres. También otra cosa para decir es que, ahora, se han logrado un montón de cosas, las mujeres de acá, de la zona rural. Las promotoras podemos sacar un turno y, de ahí, dirigirse hacia el hospital Aurelio Crespo y poder hacer el circuito de la mujer, todo en un solo día, así que fueron logros y cosas que se fueron avanzando”, concluye Nieto.

*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imágenes: Diana Hernández para Católicas por el Derecho a Decidir.

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Palabras claves: Católicas por el Derecho a Decidir, Feminismo popular, Movimiento Campesino de Córdoba, mujeres campesinas, Salud Comunitaria, salud sexual y reproductiva

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