«La agricultura familiar produce alimentos sanos y somos el sector más postergado»
En el marco de la movilización nacional de la CTEP, se realizó en la plaza de Villa Dolores, Traslasierra, una feria y una ronda de intercambio de opiniones para exigir políticas públicas y articular las acciones a futuro.
Por Tomás Astelarra para La tinta
En el marco de una jornada de movilización a nivel nacional, las organizaciones que conforman la CTEP en Traslasierra realizaron una concentración y feria en la Plaza Mitre de Villa Dolores para mostrar la presencia de la agricultura familiar campesina y denunciar políticas desfavorables contra el sector. Si bien la convocatoria no fue masiva y la ronda de productores y puestos de la economía familiar parecían perderse en la plaza, la reunión fue el puntapié inicial para empezar a tejer alianzas entre las distintas organizaciones campesinas, funcionarios de distintas áreas y también los medios comunitarios que se acercaron al evento de Fm El Grito de Los Hornillos, FM Sierras de San Pedro y Fm Las Chacras.
“Existe el mito de pensar que es el agronegocio el que alimenta a la población, pero los grandes productores exportan. Los que producen y alimentan a las ciudades y los pueblos son el sector de la agricultura familiar campesina. Ese es el principal motivo para que el Estado tiene que garantizar las condiciones para que esos sectores se desarrollen”, explica María Ordoñez del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). “Yo hace años vengo trabajando y me doy cuenta que los intermediarios es pan para hoy y hambre para mañana. Por eso he decidido hacer venta directa en ferias y a través del reparto de bolsones de verdura. Es importante que el consumidor sepa que en ese tipo de espacios la plata va directa al productor”, aclara Domingo Gómez, también del MTE.
Por su parte Andrés Grande del Colectivo de Trabajadores Organizados (CTO) aclara: “Estamos exigiendo políticas públicas para nuestro sector que viene siendo históricamente postergado y es el sector más vulnerable de trabajo en el campo. Somos el único sector que produce alimentos sanos. Necesitamos una política diferenciada para poder trabajar cuestiones de comercialización, de acceso a la tierra y la tecnología”.
Además de los productores, más cerca de representar a los excluidos del gobierno que a aquellos que determinan sus políticas, se acercaron algunos trabajadores del estado, funcionarios que fueron parte de la revitalización y a veces hasta origen de las políticas públicas en torno a la agricultura familiar. “Acá somos poquitos pero en otras ciudades hay mucha gente que estamos preocupados con todo lo que veníamos trabajando estos últimos años con los sectores de la pequeña producción, campesinos y pueblos originarios, que se están viendo amenazados. Sentimos que tenemos que pararnos firmes para que no se vuelva atrás. Nosotros tenemos la ventaja que estamos en los territorios. Por lo que más allá de los recursos, vamos a seguir trabajando. Pero es importante que se exijan políticas del Estado”, aclara Matías Fernandez del SENASA.
“Consideramos que a nivel nacional hay que reforzar las políticas activas para apoyar este segmento de la producción agropecuaria argentina que es el que básicamente nos proporciona alimentos saludables y que está sumamente comprometida con el cuidado de los recursos naturales, la conservación de los suelos y el bosque nativo”, coincide Cesar Gramaglia del INTA.
“Todos estos son reclamos que los estamos viendo desde hace tiempo, que se están agudizando y hacen cada vez más complicada la situación del sector. Hay una transferencia de recursos de los sectores populares a la gran empresa y los sectores capitalistas. En eso nos solidarizamos como trabajadores. El modelo productivo que se propone en el mundo es un sector del agronegocio que aleja cada vez más a la familia del campo de los consumidores, y a estos de los alimentos soberanos y sanos”, explica Facundo Sarry de la Secretaría de Agricultura Familiar y ATE. En este sentido agrega: “Por otra parte desde ATE estamos con una preocupación muy grande como trabajadores del Estado por los dichos desde el ministerio de Modernización del Estado, que en realidad es un apriete para abaratar la mano de obra, el trabajo humano. Y de alguna manera meter miedo para que los trabajadores estemos pensando en salvarnos individualmente y no organizarnos colectivamente contra esto. Entiendo que la salida es colectiva y en la calles. No hay una salida individual ni mágica”.
*Por Tomás Astelarra para La tinta.