“El juicio ha terminado”
Esa fue la última frase que el juez Jaime Díaz Gavier pronunció al finalizar la lectura de la sentencia a 43 represores en la «Megacausa La Perla-La Ribera”. Crónica de un hito judicial histórico, que movilizó a miles de personas y enfrentó cara a cara a represores y familiares y compañeros de muertos y desaparecidos de la última dictadura cívico-militar argentina.
Tras un proceso de casi cuatro años (o 40 años según cómo se lo mire), la Justicia Federal de Córdoba dictó este jueves sentencia a 43 imputados en la «Megacausa La Perla-La Ribera”.
De esos 43, el Tribunal integrado por Jaime Díaz Gavier, Julián Falcucci y José Camilo Quiroga Uriburu penó con cadena perpetua a 28 represores, otorgó cinco absoluciones y diez represores tuvieron penas de dos a 14 años de prisión.
“Olé, olé, olé, olá, como a los nazis les va pasar, adonde vayan los iremos a buscar”, comenzaron a cantar los familiares de detenidos al finalizar la lectura de la sentencia. Con emoción y lágrimas en sus ojos les gritaron “asesinos” siguiendo con su mirada a los imputados que se retiraban de la sala y alzaron las fotografías de los familiares y compañeros muertos y desaparecidos.
Sin ninguna señal de arrepentimiento (tal como venían demostrando durante todo el juicio) algunos represores contestaron con amenazas y puños en alto hacia quienes los enfrentaban verbalmente.
Sin remordimientos
“Los vamos a secuestrar», se escuchó gritar al represor condenado a prisión perpetua, Arnoldo López, dirigiéndose al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, cuando se retiraba de la sala.
Arnoldo José López (63 años) conocido como “Chubi” fue personal civil de Inteligencia durante la última dictadura cívico-militar argentina y estuvo prófugo de la justicia.
En este juicio fue imputado en nueve causas por privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados y homicidio calificado.
Al ser consultado por la prensa, el gobernador cordobés restó importancia a las amenazas: «Me tiene sin cuidado el insulto de López”.
«Hemos juzgado a la dictadura genocida juzgando a los represores de Córdoba», aseguró antes de quebrarse en llanto al recordar a una compañera desaparecida.
Para marcar cartón lleno, se hizo presente en Tribunales Cecilia Pando, para acompañar a los represores imputados.
Pando calificó al proceso como «un circo» y dijo: «Queremos pedir justicia para los dos lados. Hubieron más de 17 mil víctimas que nunca tuvieron justicia ni verdad ni memoria».
#YoVoyAlaSentencia
En las inmediaciones de Tribunales se calcula que unas 10 mil personas, entre ellas integrantes de organismos de derechos humanos, sindicatos, partidos políticos, alumnos de escuelas secundarias, estudiantes universitarios y familiares de desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado, acompañaron con aplausos y cánticos la lectura de la sentencia que se proyectó en una gran pantalla instalada en un escenario sobre la calle del edificio judicial.
Los condenados
Unos 28 represores fueron condenados a prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua como funcionario público.
Entre ellos se encuentra el excomandante del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, acusado por 331 casos de homicidios calificados. “Cachorro” suma 14 condenas (12 de ellas cadenas perpetua) por delitos de lesa humanidad. Fue condenado en Córdoba, Tucumán, La Rioja y San Luis por diferentes causas.
Ayer no fue una condena más para el excomandante militar. «Es histórico porque también se lo juzgó por el robo de bebés», explicó Sonia Torres, titular de Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba. A Luciano Benjamín Menéndez se lo condenó, entre otros delitos, por la desaparición de un menor de 10 años, el hijo de Silvina Parodi y de Daniel Francisco Orozco (ambos desaparecidos), el nieto de Sonia Torres que aún no recupera su identidad y se encuentra también desaparecido.
También se escucharon (y aplaudieron en las inmediaciones) las sentencias de prisión perpetua de los ex jefes de interrogadores de La Perla, Ernesto Barreiro (acusado de 264 casos de homicidios calificados) y Héctor Pedro Vergéz (por 161 casos de homicidios calificados). Para Barreiro es la primera sentencia a perpetua en estos juicios de crímenes de lesa humanidad y también se le atribuye la desaparición forzada del nieto de Sonia Torres. Se hizo Justicia.
Vergéz por su parte ya cumple prisión en la cárcel de Bouwer por causas anteriores. Su última resonancia mediática fue cuando en febrero de este año, en medio de una audiencia, apareció con una foto de Mauricio Macri y Juliana Awada enmarcada, y se puso a coserla en un paño azul que puso sobre su falda.
También la única mujer procesada en Córdoba por delitos de lesa humanidad, la ex policía Mirta Graciela Antón y su hermano Herminio Jesús Antón recibieron prisión perpetua.
Además fueron condenados a cadena perpetua: Luis Santiago Martella, Jorge Eduardo Gorleri, Jorge González Navarro, Luis Gustavo Diedrichs, Jorge Exequiel Acosta, Carlos Enrique Villanueva, Miguel Ángel el «Gato» Gómez, el ex integrante del Comando Libertadores de América, Alberto Luis Lucero, Luna, Calixto Luis Flores, Juan Molina, el ex miembro del Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba, Carlos «Tucán» Yanicelli, Yamil Jabour, Eduardo Grandi, Héctor Romero, José “Chubi” López, Ricardo Alberto Lardone, Vega, Oreste Padován, Arnoldo López, Carlos Díaz, José Herrera, Héctor Hugo Chilo, Alberto Luis Choux.
Muchos de ellos ya computaban varias condenas de prisión perpetua por otras causas anteriores y se encuentran encarcelados.
Entre los imputados absueltos se encuentran Antonio Filliz, Ángel Corvalán, José Idelfonso Vélez, Francisco Melfi y Juan Carlos Cerutti. Muchos de ellos porque ya cumplieron parte de su sentencia.
Además, diez represores fueron condenados con penas de dos a 14 años de prisión.
(*) Por María del Mar Job para La Tinta. Fotografía: Colectivo Manifiesto y Goyo Rotelli.