Jugar sin límites ni edades (una bandera que diga)

Jugar sin límites ni edades (una bandera que diga)
28 febrero, 2020 por Redacción La tinta

Futbolistas organizadas de Córdoba exigieron respuestas frente a la sede de la Liga Cordobesa de Fútbol. La entidad quiere acotar el límite de edad para futbolistas y la medida dejará a más jugadoras sin competencia. Con más prohibiciones, sin recursos para acondicionar las instalaciones deportivas a sus necesidades, sin la posibilidad de profesionalizarse, sin la obligación para que los clubes cuenten con planteles, la pregunta es: ¿Qué pretende Córdoba para el fútbol femenino?

Por Redacción La tinta

«Ni Megan Rapinoe ni Marta podrían jugar desde este año en la Liga Cordobesa de Fútbol». Con gran acierto, la periodista Sofía Carlopio logró sintetizar tamaño absurdo que comenzó a circular dentro de los pasillos de la entidad que organiza el fútbol local: acotar las edades máximas y mínimas que habiliten a futbolistas a poder participar de los torneos de primera división del femenino.

Carlopio es integrante de Futboleras Organizadas de Córdoba, la agrupación de hinchas, futbolistas, trabajadoras y amantes de la pelota que vienen trabajando desde hace más de un año en la construcción de un espacio que permita discutir las condiciones en las que se desarrolla este deporte en Córdoba y proponer acciones de visibilización y de cambio. Es por eso que, ante lo que consideran un nuevo gesto de retroceso en el fútbol femenino por parte de la Liga, se manifestaron en estado de alerta y exigieron, este jueves, respuestas oficiales en la sede de la Liga Cordobesa de Fútbol, sobre calle 9 de Julio 660.

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(Imagen: La tinta)

«No jugamos en las mismas condiciones que los varones. No tenemos liga infantil ni reserva, empezamos a competir tarde. No es obligatorio para los clubes tener equipos femeninos -dice el flyer que convocó a la manifestación- QUEREMOS POLÍTICAS DE DESARROLLO PARA EL FÚTBOL FEMENINO».


La idea de la Liga es modificar los límites de edad. Sería más restrictivo. Para 2020, la categoría más joven habilitada para jugar pasaría a ser la 2004, es decir, jugadoras de 16 años. Hasta el año pasado, el límite era de 14. Para las más grandes, la categoría máxima pasaría a ser la 1988, es decir, jugadoras de 32 años (con posibilidad de contar con tres integrantes de hasta 35 años por plantel), mientras que la edad límite hasta la temporada pasada fue de 41 años. En tanto las arqueras quedarían excluidas de estos requisitos.


Con la presencia de al menos 50 personas, las puertas de la Liga apenas se abrieron ayer por la tarde para decirles a las manifestantes que no iban a recibir la nota en la que exponían su preocupación. Tampoco obtuvieron respuesta alguna. Les exigieron la firma de un club para avalar el escrito o el pedido explícito a través de la Agencia Córdoba Deportes.

Según Futboleras, la medida dejaría sin competencia a muchas jugadoras que integraron los distintos planteles hasta el año pasado y les cerraría las puertas a nuevas futbolistas en medio de un contexto de claro crecimiento de la disciplina en todo el país.

Sin inferiores, muchas jóvenes seguirán a la deriva sin instancias formativas ni espacios de contención y con menos acceso al deporte más popular. A su vez, aquellas que comenzaron a jugar a la edad en la que el masculino ya debuta en primera, se verán obligadas a un retiro prematuro e injustificado. Todas pierden. ¿Quién gana?

Una historia que se repite

«Todos los años, se están tomando medidas en detrimento del fútbol femenino en Córdoba», dice Carlopio. Esa es la realidad que perciben desde Futboleras Organizadas. En 2018, luego de que un grupo de jugadoras manifestara en un medio de comunicación la necesidad de exigir igualdad de condiciones respecto al masculino, la Liga Cordobesa respondió eliminando la obligatoriedad que exigía a cada club contar con un plantel femenino: “Si las mujeres piden igualdad, la van a tener”, advirtió el por entonces presidente Emeterio Farías.

Sin esta obligación desde 2019, muchos clubes decidieron abandonar la competencia y eliminar sus planteles. En esto, también colaboró la exigencia que la Liga le aplicó a las instituciones para que contaran, de la noche a la mañana, con instalaciones básicas para las futbolistas. «Las mujeres van a tener que involucrarse y trabajar para que el club donde ellas juegan pueda cumplir», le dijo el propio Farías a La tinta.

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Emeterio Farías, histórico mandamás de la Liga Cordobesa de Fútbol. (Imagen: La tinta)

Si de trabajo hablamos, mientras AFA comenzó a dar señales para encaminar un proceso de semi-profesionalización, la entidad que hoy preside Alejandro Fernández, informó a través de su boletín, en abril del año pasado, que «la actividad de la Liga Cordobesa de Fútbol es estrictamente amateur» y, por esa razón, «si alguno de los clubes que participa en AFA desea profesionalizar a sus jugadoras, deberá dejar de competir en esta Liga».

Con límites de edad más acotados, sin recursos para acondicionar las instalaciones deportivas a sus necesidades, sin la posibilidad de profesionalizarse, sin la obligación para que los clubes cuenten con planteles, la pregunta que surge es la más básica y elemental: ¿Qué pretende la Liga Cordobesa para el fútbol femenino?

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Alejandro Fernández, titular de la LCF, declara a la prensa, ante la mirada de las futbolistas. (Imagen: La tinta)

¡Salí del off-side!

Podría ser el grito desesperado de una DT a una delantera que no deja de caer en fuera de juego. Pero no, es el grito de una realidad que Córdoba parece no querer escuchar. Todo un estadio lo ve. Todo el fútbol femenino se lo muestra.

Así como Megan y Marta no podrían jugar en nuestra Liga Cordobesa con sus 34 años de edad, tampoco lo pudo hacer Martina Raspo, de 9 años, en la Liga Regional de San Francisco. El estatuto solo permite a varones jugar en partidos oficiales. El reclamo de sus padres y entrenadores llegó hasta el INADI: «Creemos que el derecho a jugar es constitutivo de cada niño, niña, niñe y que hay que defender a las niñas para que puedan hacer realidad estas ganas que tienen de jugar al fútbol«, dijo Victoria Donda, titular del instituto.

Las prohibiciones se pueden observar dentro de los clubes y en los torneos oficiales. Pero también aparecen obstáculos en los espacios de recreación y encuentro, como sucede desde enero en las canchas de alquiler ubicadas en el colegio Santo Tomas de Aquino, en plena zona céntrica de la ciudad. «Hace unos días, nos enteramos que en esas canchas no estaban dejando jugar ni a mujeres ni a grupos mixtos». El mensaje que llegó a La tinta está acompañado de una captura de pantalla de un chat de Whatsapp en el que se puede leer: «Por cuestiones de seguridad y organización del colegio, solo pueden ingresar los que vayan a jugar (no pueden ingresar acompañantes, niños ni mujeres). Los equipos que jueguen deben ser varones. No se permiten grupos mixtos«. La novedad se compartió entre varios grupos mixtos que ratificaron a este medio la insólita medida.

Mientras tanto, y pese a todo, el fin de semana pasado, el Club Atlético Belgrano fue sede del Segundo Encuentro Nacional de Áreas de Género de Clubes. Durante dos jornadas, integrantes de organizaciones feministas que habitan los clubes del país abordaron temas como: la necesidad e importancia de la creación de áreas de géneros en los clubes; la aplicación de protocolos de acción ante hechos de violencia de género; la experiencia que han dejado algunos protocolos que ya se aplican; la necesidad de desarrollar instancias de formación en materia de género para laburantas y laburantes de los clubes; entre otros.

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(Imagen: La tinta)

Soledad Ceballos, integrante de la Red Feminista Belgrano y participante del encuentro, resaltó que «tener una política con perspectiva de género no es solo cumplir con un cupo», la formación es necesaria para toda la comunidad de un club. «Entendemos que es necesario encontrarnos a pensar en qué estamos cada uno de los clubes en materia de géneros y así conocer cuáles son los obstáculos que se presentan dentro de las instituciones deportivas».

Por la aplicación sistemática de esos obstáculos es que el fútbol femenino en Córdoba se organiza y se moviliza. Las trabas y prohibiciones no se ponen solas en el camino. Hay dirigentes con nombres y apellidos que siguen tomando decisiones en detrimento de este deporte. Hay instituciones, como la Liga Cordobesa de Fútbol, que deberían empezar a abrir sus puertas a las verdaderas protagonistas de la pelota. A aquellas que vienen discutiendo y luchando por lo que desean: jugar sin límites.

*Por Redacción La tinta

Palabras claves: Emeterio Farías, Fútbol Femenino, Futboleras Organizadas de Córdoba, Liga Cordobesa de Fútbol

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