El latido del pueblo por el agua
El gobernador Rodolfo Suárez anunció en conferencia de prensa que derogará la Ley 9209, la cual habilita la megaminería contaminante en Mendoza. Hoy, el pueblo movilizado espera con desconfianza corroborar el anuncio del mandatario. Un recorrido por los intensos 15 días de una “inmensa mayoría” que siguió este domingo con un banderazo histórico que ha unido el Valle de Uco y Mendoza.
Por Eduardo Latino para La tinta
La madrugada del jueves anidaba los tambores que aún sonaban en la plaza Independencia, corazón de la capital mendocina. Un círculo interminable de personas que hicieron de la sonrisa y el baile la forma de habitar una noche que quedará viva en la retina del pueblo. La convocatoria surgió un día antes, 400 tambores, todos juntos. Un llamado que podía ser al Rey Momo y su carnaval. Algo de eso hay. Se trata del agua, de las tierras áridas de Mendoza y la conciencia que crece en una provincia donde hay historia respecto a la protección del agua. Un jueves que arrancó con una fría conferencia de prensa del gobernador y terminó con fiestas populares en la ciudad capital, Alvear, Malargüe, San Carlos y Uspallata. El latido de la tierra, el latido del pueblo, fue decisivo para que el gobernador Rodolfo Suárez tuviera que retroceder tras sus propios pasos y, el viernes cerca de las 21 horas, anunciara el envío de un proyecto de derogación de la ley 9209, que, tan solo una semana antes, salía, en tratamiento express, aprobada por ambas cámaras legislativas. Este domingo, las banderas se unieron de pueblo a pueblo en el Valle de Uco para trazar la nueva ruta de la dignidad.
Víctor Jara nos recuerda: “La luna es una explosión/que funde todo el clamor/el derecho de vivir en paz”. El latir del pueblo chileno resuena en las venas de la Cordillera de Los Andes en un solo canto, en una sola voz. Es que la búsqueda de vivir en paz está en la memoria de un inconsciente colectivo que emerge como agua de la vertiente, como señal de un presente que dice que “no hay licencia social para la megaminería”, que Mendoza es pueblo que abraza la tierra. Una semana que tuvo todo desde el acuerdo de sectores dominantes del Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR) casi en bloque, junto a gran parte del Partido Demócrata (PD) para modificar la Ley 7722, que prohíbe el uso de sustancias tóxicas en el proceso de lixiviación en la minería y que se constituyó en el mayor obstáculo para las multinacionales que han intentado avanzar en estas tierras desde hace más de una década.
Nuestra América despierta, es domingo y las banderas se desplegaron en cada punto de la provincia en un solo canto. Todas las voces todas, enseñó el gran Armando Tejada Gómez. Todas esas voces no callan y hasta meditan por la tierra alrededor del lago del parque San Martín. Así se multiplican charlas, abrazos, sonrisas, que son el encuadre perfecto de una foto que trasciende banderas, nombres y sentidos. Una semana que amontonó corazones que han mostrado que el latir del Valle de Huentota sigue vivo y rebelde en tierras donde los cerros Aconcagua y Barauca siguen vigilantes.
De la sanción al principio del ocaso
Una semana. Tan solo siete días fueron suficiente para que quedase marcado a fuego que, en Mendoza, la megaminería es inviable porque no tiene consenso social. Una semana marcada por acuerdos a escondidas y el pueblo mendocino que reaccionó en cada rincón para dejar en claro que “el agua de Mendoza no se negocia”.
El viernes 20 de diciembre último, hubo sesión especial en ambas cámaras del Poder Legislativo para tratar un solo proyecto: el de modificación de la Ley 7722, la llamada ley “guardiana del agua” por las asambleas socio-ambientales, y que ya tenía su suerte echada. En un rápido tratamiento, en horas de la tarde, se sancionó la nueva ley que modificó varios artículos, en particular el primero, que era el que prohibía el uso de sustancias tóxicas como el cianuro, el ácido sulfúrico, el mercurio, entre otros.
Un acuerdo del PJ, con Guillermo Carmona, Anabel Fernández Sagasti, Omar Félix y Alejandro Bermejo a la cabeza; junto a la UCR, con el propio gobernador al frente, acordaron la reforma de la ley y el avance de los emprendimientos megamineros en la cordillera. Dos nombres claves: Rodolfo Gabrielli, ex-gobernador y la pieza fundamental en el armado de la unidad del justicialismo; el otro el diputado del PD, Guillermo Mosso. Este último fue la figura central y voz dentro del recinto de la Legislatura de las empresas mineras y un nombre conocido para el propio Gabrielli, ya que había sido funcionario durante su gestión al frente del ejecutivo provincial. Incluso, paralelamente al debate de la reforma de la 7722, Alberto Fernández mantuvo una reunión con gobernadores radicales, donde quedó cerrado el acuerdo respecto a la modificación de la ley guardiana del agua.
La mira del presidente estaba fija en las modificaciones de las leyes de Mendoza y Chubut. El resultado: un PJ dividido y costos políticos elevados para varios sectores. El único que salió a despegarse inicialmente fue Guillermo Carmona, presidente del PJ local, para que, luego, solo a partir de un comunicado de prensa en los últimos días, cambiaran de postura orgánicamente desde el partido y pidieran en bloque dar marcha atrás y avanzar en la derogación.
El gobernador Suárez había enviado, el 10 de diciembre, el proyecto de ley de reforma al Senado, el cual había sido redactado por la cartera de ambiente de la provincia en la gestión de Alfredo Cornejo como gobernador. El nombre que se repite es el de Humberto Mingorance, quien fuera el Secretario de Ambiente en la gobernación anterior y que conservó su puesto. El otro funcionario que fue fusible en este acuerdo es Emilio Guiñazú Fader, que es otro de los funcionarios que mantuvo su cargo con Suárez y que es quien lidera la Subsecretaría de Energía y Minería.
Guiñazú fue el encargado, durante el gobierno de Cornejo, de llevar adelante la Mesa de Diálogo Minero, la cual el propio Eduardo Sosa, quien fuese por esos tiempos Jefe de Gabinete de la Secretaría de Ambiente, señaló: “La Mesa de Diálogo Minero fracasó. Por un lado, es un documento que reflejó solo una parte de la sociedad y no tuvo en cuenta al resto, por eso ahora se llama a una nueva mesa de diálogo. Incluso hasta desconociendo el propio gobernador lo que se hizo durante el gobierno anterior. Por otro lado, es una reinvención de una gran estafa porque el informe final, que está publicado y que está en la web como resultado de las conversaciones, dice bien claro que se va a hacer minería respetando la 7722”. Tanto Mingorance como Guiñazú son los alfiles y voceros del gobierno provincial en materia de minería y fracking desde la gestión de Cornejo; además de ser de los pocos funcionarios de primera línea que han conservado sus cargos y han mantenido la agenda política trazadas desde la gestión pasada.
El sábado, posterior a la sanción, Autoconvocados de San Carlos llamó a una gran marcha que partió de Eugenio Bustos, uno de los puntos históricos de la lucha contra la megaminería sobre la vertebral Ruta Nacional 40. El nombre de la convocatoria: “La Marcha más grande de la historia de Mendoza”, como un guiño a las convocatorias de rebeldía en las concentraciones en la Plaza de la Dignidad en Santiago de Chile. Partieron a pie y en distintas movilidades desde la terminal de esa localidad del Valle de Uco hasta las puertas de la casa de Gobierno en la Ciudad de Mendoza. Las vallas y los efectivos policiales, apostados en el perímetro de la histórica casa donde habita el sillón de San Martín, fue un parámetro que mostraba que el ejecutivo provincial no tenía en sus planes moverse ni un centímetro de la decisión de promulgar y reglamentar la nueva ley. Cerca del mediodía, la represión de parte de Infantería de la Policía de Mendoza avanzó sobre decenas de miles de personas movilizadas en ese lugar y la represión continuó, nuevamente, en horas de la siesta en el nudo vial, lugar donde se habían realizado las concentraciones en los últimos tiempos, en lo vinculado a temas ambientales, en el Gran Mendoza.
Desde Organismos de Derechos Humanos, salieron a denunciar el operativo policial y la represión que comandó el propio Ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Levrino. El Centro Legales y Sociales (CELS) salió a cruzar al gobierno provincial vía Twitter, al denunciar que “las balas de goma pueden causar lesiones muy graves» y «su uso no está permitido para dispersar manifestaciones”. Las movilizaciones, pese a las represiones, se mantuvieron durante toda la tarde y culminó con una nueva multitudinaria marcha hasta cerca de la una de la madrugada, por las distintas calles del microcentro, y que se desconcentró pacíficamente en la Legislatura. Mientras tanto, en Uspallata y Alvear, se mantenían cortes totales de ruta y, por la noche, las manifestaciones se multiplicaban en departamentos como Tunuyán, Tupungato, San Martín, Lavalle, La Paz, San Carlos y San Rafael.
El viento habla en navidad
El martes 24 de diciembre amaneció con la promulgación, desde la gobernación, de la nueva ley que lleva por número 9209 y que adoptó en la calle el nombre de “la ley minera”. La estampa legal en la publicación del Boletín Oficial mostró el rumbo invariable del gobierno. Ni siquiera el viento ni la promulgación de la ley detuvieron las manifestaciones. Al contrario, se multiplicaron una tras otras, ya a esta altura con convocatorias espontáneas. La más colorida fue la fiesta de navidad por el agua pura en el km0. Bandas locales sonaron al compás de las danzas. Cientos de personas vibraron contra el gobernador Rodolfo Suárez y los gritos entre cantos fue por la derogación de la nueva ley. El miércoles 25 fue una especie de tregua festiva, mientras comenzaba a latir el sonido colectivo de los tambores, al pasar el eclipse que cierra el año.
El abuelo viento se acercó a la puerta para señalar el horizonte. Es el tiempo del aguador que persiste en la fuente de vida. Es tiempo de reconocer que “somos hijos e hijas de la tierra”. Entre la cultura china, el viento expresa agitación, locura. Esa carta del loco que salta al vacío para hacer la propia historia, el camino de un pueblo que reconoce el legado de la tierra en la defensa del agua.
El 24 de diciembre, luego de “la Marcha más grande de la historia de Mendoza”, la tierra se manifestó con un fenómeno físico y meteorológico poco frecuente: proceso adiabático. Se trata de una masa de aire que suplanta bruscamente a otra por una acción física relacionada con el cambio de masa de aire de calor a frío por acción física de la presión. En este caso, el viento zonda se hizo presente una vez más y, a pocas horas de las doce, de una navidad que nada tendría que ver con un festejo tradicional, una masa de viento frío ingresó a la provincia y la nube de tierra anunció que la bisagra entre el 24 y 25 de diciembre sería una nueva historia. Una foto en altura muestra la ciudad de Mendoza en el preciso momento que ingresaba la masa de aire frío junto a una nube de polvo que cubrió toda la provincia.
Un festejo navideño que encontró a cientos de personas en el km 0 de la ciudad capital en un festival donde la música y el baile corroboró que las calles son una fiesta, que la danza es la forma de encuentro y de reclamo por el veto, por esos tiempos, de la nueva ley.
El brindis se alzó a medianoche mientras la música seguía su camino y las intersecciones de avenida San Martín y Garibaldi multiplicaban la alegría. En Uspallata, un grupo de papá noel se subieron a un camión a regalar agua pura por la Ruta Internacional 7. Alvear festejó también en las rutas. Un festejo de 24 a la noche que preanunciaba los días que vendrían.
Ni suspensión ni violentos, acá manda el pueblo
Ya era jueves y la mesa estaba servida. El cuarto piso de la Casa de Gobierno preparada y la rueda de prensa, más que rodar, giraba en un polígono de cuatro lados. La cara de preocupación del gobernador era evidente. Algo se comenzaba a evidenciar roto en el gobierno provincial. Luego de señalar como violentos y fundamentalistas a los militantes socio-ambientales, Suárez anunció: “Voy a suspender la reglamentación de la ley. No la voy a reglamentar, o sea, no va a estar vigente hasta que se reglamente y vamos a hacer una gran convocatoria al diálogo y la información de la gente. Que la gente se informe. Por lo cual estoy haciendo un pedido a esa gente que se expresa anónimamente en las redes que den información genuina”.
La reacción no se hizo esperar.
La indignación creció a través de las redes, como si fuese un búmerang que se vuelve encima de las palabras del gobernador en la conferencia. La convocatoria estaba hecha desde el día anterior. La tregua fue un río de tambores que empezaban a sonar en la mente de quienes se dieron cita a la marcha. La suspensión de la reglamentación no aseguraba que se frenara el avance de los proyectos megamineros en la provincia.
Incluso la Directora de Protección Ambiental, Miriam Skalany, de la cartera de Mingorance, salió a confirmar por esas horas que Minera San Jorge ya había hecho las presentaciones formales para que avanzara en la autorización para la explotación del proyecto San Jorge en Uspallata. Esas declaraciones de la directora ambiental tuvieron la inmediata reacción del pueblo uspallatino, que salió en horas de la tarde-noche a la ruta internacional a una asamblea que resultó en un nuevo corte y marcha.
Algunas voces contra la suspensión de la 9209
Federico Soria, integrante de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Uspallata, declaró: “Es puro circo y está tratando de confundir. Está generando (el gobernador Suárez) una confusión porque dice que está hablando de una suspensión genérica, cuando, en realidad, está suspendiendo solo la reglamentación. La ley está vigente. Incluso la directora de Protección Ambiental, Skalany, anunció que se inició el procedimiento para habilitar Minera San Jorge”. En tanto, desde el Valle de Uco, Karina Castañar, de la Asamblea de Tupungato por el Agua Pura, afirmaba que “este anuncio es para engañar al pueblo. Quiso engañar a la población y han circulado audios por todos lados de abogados, técnicos y asambleístas advirtiendo esto. Buscaban que no estuviéramos más en las calles y así ganar tiempo para gestionar el avance de las mineras. Si ese fue su objetivo, no funcionó y salió con más bronca el pueblo”. Nora Moyano, parte de la Coordinadora por los Bienes Comunes, afirmó: “En realidad, es falaz lo del freno, porque, una vez que está promulgada en el Boletín Oficial, independientemente que la reglamente o no, está en vigencia. Él no puede suspender una ley, la promulgó y no la vetó. Por lo tanto, es un discurso como para tranquilizar a las mineras”.
En tanto, algunas voces legislativas también mostraron preocupación por el anuncio de la suspensión, en un contexto donde la oposición había presentado a través de la Cámara de Diputados un proyecto de derogación de la nueva norma. Lautaro Jiménez es Senador provincial por el Frente de Izquierda (FIT) y expresó: “Por un lado, han quedado expuestos todos esos dirigentes y partidos políticos como el PJ, la UCR, el PRO, que se excusaban diciendo que no había otra que aceptar la reforma de la Ley 7722. Con este retroceso, ha quedado expuesto que han mentido. En segundo lugar, se ha conformado a partir de distintas organizaciones la Coordinadora provincial en defensa del agua”. En tanto, desde el Frente de Todos, el Diputado Gustavo Majstruk, señaló: “No convenció para nada el discurso del gobernador diciendo que no la va a reglamentar. El gobernador, lo que tal vez no sabe, y quisiera creer que no hay mala intención, es que la 7722 es una ley muy clara y, por eso, nunca se reglamentó. Entonces, que nos diga que es una especie de garantía que no va a reglamentar la 9209, la verdad es que no nos genera ninguna tranquilidad. Lo que sí le estamos pidiendo al gobernador, y lo hicimos a través de un proyecto de ley, es que la derogue”. De manera más enfática, el Senador por Protectora, Marcelo Romano, dijo: “Todo es una mentira, es una falacia. Necesitan tiempo para que nos vayamos a casa y no nos vamos a ir de acá. Vamos a estar en la calle”.
El latir de los tambores junto al pueblo unido
La convocatoria giraba como un trompo a través de las redes y del boca en boca. En tan solo 24 horas, creció un fuego que predestinaba una caldera de colores por las calles del microcentro mendocino. Cuatrocientos tambores todos juntos. Gaitas, quenas y flautas se sumaron a la convocatoria. Parado en un punto fijo, significaban 40 minutos de marcha de edificación a edificación de muchedumbre y algarabía. Los carteles pasaban uno a uno y los cantos no paraban. De 400 tambores a cerca de 100 mil personas marcharon desde el km0 hasta la plaza Independencia, que se vio colmada y el sueño de aquellos y aquellas que imaginaron alguna vez que todo el pueblo mendocino se sumara en la defensa por el agua, se cumplió. Adriana Corvalán es parte de la Asamblea Popular por el Agua del gran Mendoza, quien, en medio de una fiesta popular, dijo:
“Esto es una montaña rusa. Realmente ver la cantidad de gente que se ha reunido. Esto es pueblo, esto es historia para nosotros. Creo que es el resultado de una larga lucha y un trabajo a conciencia en las bases. Un trabajo de pocos cuerpos, pero que le hemos dado permanentemente la lucha para que no se modifique la 7722, para que no entre el fracking, para defender el agua pura”.
La música duró hasta bien entrada la madrugada. Eran las tres de la mañana y todo se confundía entre bailes, skaters y ensambles que caminaban hacia el amanecer. Lucía Salmerón, una de las tantas jóvenes que se han movilizado a lo largo y ancho de la provincia, expresó: “Es una locura, algo buenísimo. Aparte Mendoza, que es como re conservadora. Esto me ha llamado la atención. Todos juntos: de todas las índoles, de todos los colores, unidos por la misma causa”. Sin dudas, el entramado de colores se hizo uno solo; las voces, una sola en la diversidad; los tambores, un latir colectivo que reflejó la convicción de quienes, durante casi dos décadas, gritaron a los cuatro vientos que “el agua no es una mercancía”. La plaza colmada, la fuente encendida y el agua que brindaba su turística danza, esta vez, con la bandera que dice: “la 7722 no se toca”, que oficiaba de escenografía de una obra teatral habitada y creada por el sueño de una Mendoza libre de megaminería.
Sin grietas y con derogación latente
La jornada del viernes comenzó con una mesa de diálogo entre sordos. Autoconvocados de San Carlos se acercó a la Casa de Gobierno y planteó, en la cara del gobernador Rodolfo Suárez, que no estaban dadas las condiciones para el diálogo y se retiraron. Rápidamente, difundieron un comunicado de prensa en el cual le dirigieron las siguientes palabras al gobernador: “Es una vergüenza que llame a esta mesa por seguridad o preocupación porque sus hijos no pueden salir a la calle tranquilos, cuando tiene a miles de mendocinos en la calle, con sus hijos”. Según allegados a la familia del gobernador, se habría dado una discusión interna en el núcleo de su familia por la cual sus hijos estaban en contra de la medida que había tomado. A la vez, según fuentes de la propia Casa de Gobierno, el mismísimo Alfredo Cornejo le habría soltado la mano a Suárez y, por ello, salió con todo su equipo a pleno a la conferencia de prensa.
La convocatoria estaba lista: el domingo, banderazo en el Valle de Uco y en cada rincón de Mendoza. El malestar crecía y las exigencias de la derogación avanzaban desde distintos sectores. Cerca de las 21 horas, Suárez apareció nuevamente en conferencia de prensa, esta vez, con todos sus ministros, para anunciar que “evidentemente esa licencia social no existe en la provincia de Mendoza (…) Después de escuchar a los intendentes, he decidido mandar a la Legislatura la derogación de la ley”.
La desconfianza ha permanecido durante el fin de semana y las alertas se han sostenido. Las convocatorias han estado vigentes y el anuncio de derogación ha comenzado a perfilar una sonrisa final.
Banderazo de la dignidad
El domingo amaneció con aires de verano, de esos días donde el calor y las nubes hacen pensar en la posibilidad de la lluvia tan esperada en estas tierras cuyanas. Igual el sol resistió y jugó con el paso constante y acompasado. Las banderas se multiplicaron mientras los pueblos se unían en un abrazo. Veintisiete kilómetros de bandera celeste y blanca que unía Eugenio Bustos con el centro de Tunuyán, por un lado. Por otros rumbos, otra bandera que se contorsionaba como cauce de río bravo, que unía Tupungato con Tunuyán. Un triángulo que señaló el amor a la tierra, el sentido profundo del agua. El principio de los tiempos, donde nació el latir contra la megaminería, el Valle de Uco, unida por la dignidad de un pueblo que nunca bajó los brazos.
El banderazo de la dignidad. La dignidad de los nadies, la dignidad de un pueblo que marca una bisagra para la política provincial y nacional. Edith Corvalan es parte de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Tunuyán y la emoción se percibe en su solo hablar: “Es impresionante, increíble. No sé de dónde salió tanta gente. El fenómeno social que esperábamos se dio, pero, en realidad, nos ha sorprendido, nos ha desbordado. La emoción de ver a tantas personas conocidas que una se cruzaba y que sentía que iban a salir cuando tuviesen que salir, hoy salieron y eso te llega a lo más profundo del corazón”.
Resulta imposible calcular la cantidad de personas movilizadas en el Valle de Uco hasta casi la medianoche. Yasmina Abraham es integrante de Autoconvocados de San Carlos y se sienten los mismos registros de emoción que desbordan cada palabra: “Emoción a flor de piel, orgullo de saber y sentir que Mendoza está despierta , consciente, organizada. Mendoza informada y empoderada permitió patear el tablero, para hacerle saber a los dirigentes serviles a las corporaciones que no hay licencia social y que esta provincia no abrirá las puertas a la megaminería contaminante , saqueante y secante. Siento orgullo y felicidad plena de mi pueblo, el agua tapó la grieta. La gente volvió a mirarse a los ojos y sonreír”.
Mientras tanto, en Mendoza capital, la movilización, una vez más, fue multitudinaria y terminó en una nueva fiesta en la plaza Independencia.
Pasada la medianoche, la fiesta continuaba en víspera de un día histórico este lunes por la mañana, cuando la Legislatura provincial, en sesión especial, revierta la reforma al derogar la ley 9209, sancionada hace apenas diez días.
Víctor Jara resuena en los oídos: “Es el canto universal/cadena que hará triunfar/el derecho de vivir en paz”. Una paz que se construyó a lo largo de los años y, hoy, da sus frutos como en tiempos de vendimia. Frutos que son cosecha de una dignidad que se multiplica y contagia en una noche que anuncia nuevos tiempos donde el agua une las grietas históricas.
*Por Eduardo Latino para La tinta. Imagen de portada: Aisha Maya Bittar