En Chile para todo, también la pelota
Finalmente, la final de la Copa Libertadores no se jugará en Santiago, epicentro de las manifestaciones multitudinarias que se desarrollan en todo Chile desde el 18 de octubre. Desde aquella fecha, el fútbol profesional está parado. El sindicato de jugadores decidió no reanudar los torneos el próximo fin de semana: «El Gobierno y la ANFP quieren retomar el fútbol para calmar a la gente, pero no estamos de acuerdo», dijo Esteban Paredes, figura del Colo-Colo.
Por Redacción La tinta
El fútbol también tuvo que parar en Chile. El estallido social, que ha llenado de manifestantes las calles de las principales ciudades del país trasandino, lo ha atravesado todo y de manera transversal.
La pelota no fue la excepción. Hace tres fines de semana que no hay fútbol profesional en Chile. Los clubes «grandes» quieren volver al juego, los jugadores quieren mantener el paro. La final de la Copa Libertadores que iba a disputarse en el Estadio Nacional de Santiago, fue dada de baja este martes. Referentes de la Selección masculina que más logros a conseguido con La Roja, han opinado y apoyado abiertamente las protestas, sin temor a exponer sus opiniones políticas y sus críticas al modelo económico chileno.
La pelota se mancha
El pasado 30 de octubre el presidente Sebastián Piñera anunció la cancelación del foro de la APEC y de la reunión climática COP25. Ambas cumbres internacionales, a la que iban a asistir Trump, Xi Jinping y Putin, significaban una apuesta del mandatario para alimentar su liderazgo regional. Sin embargo, pese a esto, la posibilidad de jugar la final de la Copa Libertadores en Santiago permaneció con vida una semana más. Las cumbres internacionales son importantes para el lobby político. Pero el fútbol es importante para intentar domar el humor social.
«Tenemos toda la confianza y convicción del presidente de la Conmebol y del presidente Sebastián Piñera. Más allá de la APEC y la COP25, el deporte nos une. Vamos a tener un evento que hace mucho esperábamos y haremos los esfuerzos para que resulte lo mejor posible», dijo ese mismo día la nueva ministra de Deportes, Cecilia Pérez.
Piñera sabe de la importancia del fútbol para construir y sostener poder. Es por eso que se convirtió en el principal accionista de la Sociedad Anónima Deportiva que privatizó a Colo Colo en 2005. No le importó ser hincha de Universidad Católica. «Hermanito, si querés ser Presidente, tenés que ser colocolino», le supo aconsejar su hermano. Cinco años más tarde, fue electo con el 51,6 % de los votos.
Finalmente, Conmebol anunció ayer el cambio de sede de la primera Final Única de la Copa Libertadores. No fue el Gobierno chileno quien lo decidió, como sí ocurrió con las cumbres: «La elección del nuevo escenario se apoya en el ofrecimiento del gobierno del Perú, y en las garantías de seguridad que ha dado», informó el organismo sudamericano de fútbol. «Deseamos al pueblo chileno y sus autoridades paz y buena voluntad», finalizó el comunicado oficial.
Horas antes, el ex-árbitro internacional Javier Castrilli había criticado duramente a ambas partes de la organización: “Increíble que el gobierno de Chile haya cancelado encuentros internacionales con presidentes del mundo, que el fútbol hace ya tres semanas se encuentre suspendido y que insistan (gobierno y CONMEBOL) en jugar la final en Santiago… ¡cuando hay muertos de por medio!». Como en la final de 2018, la insensibilidad de los dirigentes del fútbol y la incapacidad de las autoridades políticas quedaron expuestas: «Sólo por respeto a las vidas perdidas debería suspenderse», agregó Castrilli.
Clubes vs futbolistas
Será un mes sin fútbol si el parate de las competencias continúan una fecha más. Ya son tres fines de semana en los que no hubo partidos, desde aquel 18 de octubre en el que se anunció el aumento al transporte público que derivó en las protestas populares.
Los clubes más grandes de Chile ya comenzaron a impacientarse. Si el show no continúa, la ruleta de la fortuna también se detiene. Colo-Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica comenzaron a presionar a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) -sobre la que tienen suficiente injerencia- para retomar la actividad. «Esto no va contra las legítimas demandas sociales, por el contrario, hay mucha gente que vive en torno a nuestra actividad y que va a quedar sin su fuente de sustento».
Sin embargo, el Sindicato de Futbolistas Profesionales ratificó este martes mantener la suspensión del fútbol y no jugar el próximo fin de semana. Pese a que el Gobierno y la ANFP expresaron que están dadas las condiciones para reanudar la competencia, el gremio continúa firme hasta que «estén las medidas de seguridad adecuadas para los asistentes e hinchas, y luego para todos los trabajadores del fútbol».
“Hemos tomado la decisión de no jugar este fin de semana, principalmente porque adherimos a las movilizaciones sociales desde el primer día. Y bajo las actuales circunstancias no podemos estar ajenos al dolor y al sufrimiento de nuestros compatriotas“, dijo el presidente del SFP, Gamadiel García.
Esteban Paredes, figura de Colo-Colo, fue aún más contundente: «El Gobierno y la ANFP quieren retomar el fútbol para calmar a la gente, pero no estamos de acuerdo».
La postura del sindicato refleja una posición que han adoptado los jugadores del fútbol chileno, que en muchos casos también han alzado la voz a través de sus populares redes sociales, amplificando y visibilizando las protestas ciudadanas, pese a no estar en su país. Muchos integrantes de la generación bicampeona de América se expresaron desde el primer día: Gary Medel, Charles Aranguis, Clauido Bravo, son algunos casos.
Jorge Valdivia, otro de los ídolos de la selección, pidió dar por terminado el torneo de Primera División. En diálogo con Radio Cooperativa, el volante de Colo Colo expresó: «el campeonato no es tan relevante por lo que vive el país. Si se decide jugar, vamos a estar al medio de lo que está pasando en el país».
El Mago, fue uno de los deportistas que se expresaron abiertamente su apoyo a la candidatura de Sebastián Piñera en 2017. Hoy, el mediocampista se muestra como un “decepcionado” de la actual gestión.
«Son decisiones difíciles, siento que sería contradictorio después de que todo el apoyo expresado y que aparezcamos jugando. El apoyo se demuestra no jugando. es super fácil salir hablando de empatía, pero después apareces jugando. O estamos o no estamos«.
*Por Redacción La tinta
