Tierra para quien la habita: entregan lotes a vecinxs de Parque Esperanza
A más de un año del violento desalojo que dejó a 120 familias en la calle y a 12 personas detenidas, lxs vecinxs de Parque Esperanza de Estación Juárez Celman se reunieron este lunes con el gobierno provincial y lograron que se les asignen 19 lotes. Después de años de lucha exigiendo que se reconozca el acceso a la tierra como un derecho, celebraron este paso, aunque sostienen su reclamo por una vivienda digna para todxs.
Por Redacción La tinta
El 1 de junio de 2018, el barrio comunitario Parque Esperanza de Juárez Celman sufrió un violento desalojo, que terminó con un saldo de 12 personas detenidas y 120 familias en la calle. Después de más de un año, en el que varias de las familias tuvieron que vivir en condiciones de hacinamiento en la capilla municipal, el gobierno provincial les entregó 19 lotes para construir sus hogares. Durante la reunión realizada este lunes entre lxs vecinxs e integrantes de la Dirección de Hábitat de la Provincia de Córdoba, se firmó la autorización de ingreso al loteo ubicado en Barrio Los Gigantes Anexo.
“Nos parece un paso importante. Celebramos que esta sea un principio de una nueva forma de relacionarse con el Estado provincial”, dijo a radio La Ranchada Andrés Villalba, el presidente de la Cooperativa 12 de Junio, constituida en 2014 por vecinas y vecinos que, ante la necesidad apremiante de un techo, se organizaron en aquel momento para tomar posesión de un predio abandonado y concretar así el sueño de un hábitat digno frente a la ausencia del Estado.
Dado que los lotes otorgados por la Provincia no son suficientes para la cantidad de familias desalojadas, desde la cooperativa, también indicaron que, en los terrenos que les fueron asignados, se instalarán una mayor cantidad de personas que las previstas, para que todxs puedan construir su casa y así hacer frente a la falta de vivienda de manera colectiva y organizada.
De cualquier manera, remarcan su reclamo para que el Estado les garantice el acceso a una vivienda digna. “Vivir en espacios reducidos por tendencia es una lógica neoliberal a la que nos negamos”, advierten lxs vecinxs en un comunicado y remarcan también su derecho a la tierra y a tener un espacio para producir sus propios alimentos.
Este sábado, las familias realizarán una jornada de participación comunitaria para empezar a realizar mediciones y proyectar las construcciones en el predio asignado junto a estudiantes de las facultades de Ciencias Sociales y Arquitectura.
“Luego de tantos sinsabores en este proceso de defensa y reivindicación de los derechos humanos, de haber peleado con el cuerpo y el corazón todos los tipos de violencias recibidos por parte del Estado en sus tres niveles, estamos justo en el inicio de una etapa de renacimiento”, expresaron desde la cooperativa.
Además, subrayaron que la problemática habitacional no solo afecta a Juárez Celman, sino que viene aumentando en todo el país, ya que se trata de una demanda estructural de nuestra sociedad que afecta a los sectores más vulnerables.
“Las medidas tomadas por nuestros jefes de gobiernos no alcanzan, quedan por fuera de este acuerdo decenas de familias que no resolvieron su problema con el acceso a la tierra, muchos menos, el acceso de la vivienda. Nos preguntamos, entonces, hasta qué punto las calles son los hospedajes transitorios de lxs nuestrxs”.
El desalojo y después
El 1 de junio de 2018, se efectuó el violento desalojo de más de un centenar de familias en Estación Juárez Celman, una situación que marcó la memoria colectiva por tratarse de uno de los hechos más violentos ocurridos en la última década en la provincia de Córdoba en torno al conflicto por tierra y vivienda. La voluntad política de gobernantes y la orden de desalojo emitida por la Cámara Sexta permitió, en aquel momento, que las topadoras arrasaran con Parque Esperanza.
El día más frío del año, efectivos de la Policía de Córdoba, Infantería, ETER, el Escuadrón de Caballería y Gendarmería cercaron el barrio y cerraron todos los accesos. Con el respaldo de varias topadoras, las fuerzas de seguridad empezaron a desalojar a las familias de casas más humildes -hechas de madera- mientras otro grupo de uniformados improvisaba un cordón humano como barrera para impedir el paso a los periodistas de los medios de comunicación que se acercaron a cubrir.
Antes de aquel episodio, las familias tuvieron que resistir trece intentos de desalojo en cuatro años, hasta que, un año atrás, las topadoras pasaron por encima de las casas, los sueños y los derechos, dejando a su paso escombros, llantos e impotencia.
El predio en el que vivían las 120 familias fue desalojado para avanzar en la construcción de las calzadas, colectoras y banquinas del proyecto de Autovía que comprende el tramo entre la Av. Circunvalación de la ciudad de Córdoba y el distribuidor de empalme con la Ruta 9 norte. El mensaje fue claro: el uso prioritario de la tierra en Córdoba es para inversión y desarrollo urbano de carácter privado antes que para la grave crisis habitacional que atraviesa la provincia.
Durante el año que siguió al desalojo ordenado por la intendenta de Juárez Celman, Myrian Prunotto, varias de las 120 familias, cuyas viviendas fueron incendiadas por la Policía de la Provincia o destruidas por las topadoras, continuaron viviendo en condiciones de hacinamiento en la capilla municipal, sin agua ni luz.
Mientras tanto, en este tiempo, han realizaron diversas protestas y reclamos para exigir la entrega de los 33 lotes inicialmente prometidos por el gobierno. Finalmente, esta semana, lograron que, al menos, una parte de la tierra cordobesa pase a manos de quienes la habiten.
*Por Redacción La tinta. Imagen de portada: Colectivo Manifiesto.
