Verde, el color prohibido en los colegios católicos
Llevar un pañuelo, cinta o cualquier prenda verde a un colegio católico hoy puede ser motivo de sanción o despido. Alumnas de nivel secundario denunciaron amenazas y persecución por parte de compañeros, profesores y directivos de las escuelas a las que asisten.
Por María del Mar Job para La tinta
“Yo a esas les pegaría trompadas y las mataría”, dijo un alumno y el docente a cargo del curso asintió la moción. “Esas” son sus compañeras de curso que están a favor de la despenalización y legalización del aborto. La frase se escuchó la semana pasada en el aula de sexto año del Instituto Parroquial Santo Cristo de la ciudad de Córdoba.
Quienes lo cuentan son Laura y María*, alumnas de esa institución y blanco de múltiples amenazas por parte de compañeros que no apoyan la ley de interrupción voluntaria del embarazo, pero también (y más grave aún) de la inacción y complicidad de los profesores y profesoras, y los directivos de la misma.
“Los profesores nos dan, a veces, el espacio para debatir y decir lo que pensamos, pero, luego, los chicos nos dicen asesinas o ‘a estas feminazis hay que matarlas’ y la profesora que está al frente dice: sí, sí, eso está bien”, sostiene Laura con gran valentía frente a un grupo de mujeres que la escuchan atentas en una sala de audiencias de la Legislatura de Córdoba.
“Ella era abanderada de la bandera papal, pero cuando se enteraron de su posición a favor del aborto, veía que siempre la atacaban y la atacaban, entonces yo, una vez, dije que yo también pensaba igual y ahí es donde todos empezaron a llamarnos asesinas abortistas feminazis”, contó la alumna.
“Cómo va a venir con algo verde, se tiene que ubicar dónde está. Si viene alguien con algo verde, ya sabemos, se tiene que ubicar, es un colegio católico”, contaron las alumnas que los profesores de la institución dicen.
Una alumna del Instituto León XIII, con el pañuelo verde atado en su muñeca, tímidamente, tomó la palabra y contó que un compañero le envió un mensaje privado por Facebook amenazándola con “cagarla a trompadas”. Cuando Micaela denunció el hecho en el colegio, los directivos sostuvieron que no podían hacer nada porque no tenían injerencia en las redes sociales. Sin embargo, cuando una compañera abanderada del colegio posteó en su cuenta privada de Instagram una foto suya con el pañuelo de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, el colegio la citó para amenazarla con quitarle la bandera.
“Nos amenazan con amonestaciones si llevamos algo verde, a una compañera de segundo año la amenazaron varias veces con amonestaciones por tener un pedazo de bolsa de supermercado verde atada en la mochila. Nos persiguen constantemente, manejan fotos privadas nuestras, inclusive los profesores tienen reuniones privadas para saber qué hacen con estas alumnas para poder encarrilarnos”, contó Micaela.
En la audiencia, también se hicieron presentes alumnas del Colegio Manuel Belgrano. Pese a no ser católico, denunciaron que los directivos quisieron echar a las alumnas que participaron de la toma que se realizó el día que se votó media sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
“Pese a que estamos en un colegio que tenemos otras condiciones para poder expresarse o discutir determinadas cosas, igualmente, hay un nivel de influencia que tiene la Iglesia Católica no sólo en los colegios católicos, sino también en nuestro colegio”, indicó Cecilia, quien agregó que, con motivo del Encuentro de Educación Sexual Integral que se iba a realizar en el colegio, la Arquidiócesis de Córdoba envió un comunicado para solicitar a las autoridades que no se realizara, lo que fue fuertemente rechazado por los alumnos y alumnas de la institución.
En la audiencia, también se hizo presente Lourdes, una ex alumna del Colegio Santa Teresa de la ciudad de Córdoba. Su testimonio fue conmovedor.
“Yo no pude egresar como tendría que haber egresado, ya que me echan una semana antes, me prohibieron la entrada a la institución y me enviaron al (Hospital Psiquiátrico) Morra para que yo sacara un certificado de que yo estaba apta para entrar a la institución. Y cuando llevé el certificado, me dijeron que sólo podría entrar al acto de colación”, contó Lourdes, quien explicó que el conflicto fue a partir de que le prohibieran juntarse con sus amigas debido a su orientación sexual.
“Tenía una orden de restricción con ciertas personas, no podía abrazar a mis compañeras porque pensaban que si lo hacía, se volvían homosexuales, no podía juntarme con chicas más chicas de tercero o segundo año”, contó la ex alumna.
“Yo la vi llorar muchas veces a ella por la persecución que sufría de la Madre Superiora, una vez, le dijo a ella que el colegio era solamente para señoritas y que ahí tenía la puerta, que no era el modelo de alumna que ellas querían dar”, contó su compañera.
Todas las alumnas de los colegios representados en la audiencia coincidieron en que en esas instituciones no se dicta Educación Sexual Integral (ESI) y que contadas veces se realizaron charlas en relación a alumnas que quedaron embarazadas, o visitas del legislador y co-fundador del Portal de Belén, Aurelio García Elorrio.
Pese a las amenazas, la violencia, la discriminación, las pibas de 15, 16 y 17 años dan pelea, con sus “pañuelos prohibidos” en sus mochilas, en sus muñecas y cuellos; y si no es el pañuelo de la campaña, será una cinta, una bufanda, una prenda de vestir, pero el verde sigue ahí para reclamar por la libertad de decisión de las mujeres sobre su cuerpo, por el aborto legal, seguro y gratuito, y para demostrar que, pese a todos los intentos, no podrán callarlas.
Docentes que no se callan
La docente Romina Molina tomó la palabra en la audiencia y contó que la Madre Superiora del Colegio Santa Teresa de Jesús es ahora la titular de las horas del espacio curricular Formación para la Vida y el Trabajo de la que fue despedida a principio de mes.
“Si bien la institución aduce que es por reestructuración de personal, estos últimos días, ha llevado adelante una inspección el Ministerio de Trabajo en la institución y se ha confirmado que esa reestructuración no fue tal, sino que se ha nombrado como docente de ese espacio curricular, que es Formación para la Vida y el Trabajo, a la Madre Superiora”, indicó Romina y agregó: “Sin dudas, es una de las prácticas que estas instituciones confesionales llevan adelante para prohibir e, incluso, para cercenar la posibilidad de que hablemos de nuestros derechos reproductivos”.
“Esto marca, claramente, cómo la Iglesia y estas instituciones confesionales están avanzando contra nuestros derechos. En este caso, contra mi derecho laboral y mi libertad de expresión, pero también contra el derecho a esos contenidos necesarios y obligatorios que la propia currícula establece”, indicó la docente.
En la audiencia, también estaba presente la docente Florencia Vega Clavero, despedida del Colegio Tránsito de María de Villa Cura Brochero por habilitar el debate sobre el aborto legal en el curso.
“Los directores, en la primer reunión de personal en febrero, habían dicho que no se podía hablar del tema de la legalización del aborto, algo que intenté sostener durante un tiempo, pero las chicas más grandes pedían, pedían que se hablara y les dije que no se podía hablar del tema y se enojaban. Un día, entro al aula y les habían hecho hacer un trabajo en otra materia sobre el tema, y una estudiante me dice que por qué en una materia se podía y en otra no”, contó Florencia y allí comenzó el debate entre los alumnos.
“Yo sé en el colegio que estaba, pero también sé que soy docente y me debo a mis alumnos. Otra profe me dijo ‘vos sabés que los padres mandan a los chicos ahí porque quieren que sean educados así’, pero yo no estaba educando a los padres, estaba educando a esos estudiantes, que no son la misma generación que sus padres y que piden debatir”, indicó la docente, quien aseguró que los profesores que siguen allí y la apoyan tienen miedo por la censura que rige en la institución.
La audiencia pública, este encuentro sororo de mujeres, fue convocada el martes 31 de julio por la legisladora del Frente de Izquierda, Laura Vilches, junto a Docentes D-Base y la Agrupación Pan y Rosas en la Sala I de la Legislatura de Córdoba.
* Por María del Mar Job para La tinta. Periodista y comunicadora social – Imágenes: Colectivo Manifiesto
/ Los nombres de todas las alumnas citadas aquí son ficticios, ya que sus identidades fueron resguardadas debido a posibles reprimendas por parte de las instituciones.
