Finalmente, Argentina tiene su primera ley de Cannabis medicinal
El Senado argentino aprobó por unanimidad este martes la primera ley de cannabis medicinal del país que, pese a los testimonios y las evidencias brindados por usuarios y especialistas a lo largo del proceso legislativo, deja como gran tema pendiente la regulación definitiva del cultivo personal, solidario y colectivo.
Por Revista THC
Los senadores ratificaron de esta manera el proyecto que meses atrás había votado de forma unánime la Cámara de Diputados. Se trata de la primera legislación que reconoce las propiedades terapéuticas del cannabis y propone que se impulse su investigación a través de la creación del «Programa Nacional para el estudio y la investigación del uso medicinal de la planta de cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales», que quedará en la órbita del Ministerio de Salud.
La ley contempla la autorización para cultivar cannabis por parte del Conicet y el INTA con fines de investigación médica y/o científica. Además, se fomentará la producción de cannabis medicinal y derivados a través de los laboratorios públicos pertenecientes a la ANLAP.
Entre los objetivos que figuran en el «Programa Nacional» también se encuentran la capacitación de profesionales de la salud en el uso del cannabis medicinal y la entrega gratuita de marihuana de parte del Estado a todas las personas que se inscriban en dicho programa.
Sin embargo, en cuanto al acceso a la planta y sus derivados, la ley aprobada es incompleta,
dado que no autoriza abiertamente el cultivo personal, colectivo o solidario de cannabis,
siendo las principales vías de aprovisionamiento para los usuarios medicinales.
En ese sentido, el testimonio de usuarios y familiares que comenzaron a ser escuchados en los diferentes debates previos a la votación del proyecto hizo que diputados incluyeran y aprobaran, con una redacción sumamente confusa, un registro «nacional voluntario a los fines de autorizar en virtud de lo dispuesto por el artículo 5 de la Ley 23.737 la inscripción de los pacientes y familiares de pacientes», lo que, de hacerse efectivo en la reglamentación, sería una herramienta de amparo para las personas o familiares que cultivan su propio cannabis con fines medicinales.
Entre los presentes en la votación, se encontraban las agrupaciones de madres y familiares de niños y niñas que usan cannabis medicinal para tratar diversas enfermedades. Valeria Salech, miembro de Mamá Cultiva destacó la importancia de la nueva ley. «En muy poco tiempo se generó mucho consenso social alrededor del tema y eso es maravilloso», dijo a THC.
Con la vista puesta en los debates por venir, Salech remarcó que «la satisfacción de alcanzar esta ley es tan grande como la responsabilidad que tenemos por delante, hay que luchar por un cambio de consciencia: es mejor educar y acompañar que prohibir y castigar, por eso esta ley es un paso hacia una sociedad más adulta».
Por su parte, Ana María Nicora, presidenta de Cannabis Medicinal Argentina (CaMedA) observó que pese a las limitaciones se trata de «una ley de comienzo». Y consultada por THC aclaró: «Partimos del peor escenario que es la prohibición y trabajamos para que se conozca uno de los aspectos del cannabis que es el medicinal, logramos algo importante porque creamos conocimiento y de ahí una ley, y lo hicimos por el bien de todos». Respecto a la situación del cultivo de la planta, Nicora rescató que «durante las sesiones ya empezó a quedar en claro que el autocultivo es muy importante, hay que seguir trabajando».
«Como todo primer paso, no alcanza, pero marca una dirección», coincidió el senador Juan Manuel Abal Medina en diálogo con THC. «La limitación es que no se legisla el autocultivo, pero con la aprobación se está enviando un mensaje claro a los responsables políticos, a la Justicia y a las fuerzas de seguridad: estamos en un nuevo escenario, el cannabis medicinal es un derecho de los argentinos».
La senadora tucumana por la Unión Cívica Radical dentro del bloque Cambiemos María Cristina del Valle Fiore Viñuales, presidenta de la comisión de Salud y miembro informante del proyecto, señaló en conversación con THC que «de acá en más hay un marco legal para investigar todas las propiedades medicinales del cannabis y garantiza a las madres que puedan obtenerlo de forma gratuita de parte del Estado».
«No es una ley ideal, somos parte de un tren muy largo y vamos a seguir luchando hasta que pase el último vagón», Valeria Salech.
Ante la indiscutible necesidad que atraviesan los usuarios medicinales, el Senado votó también una declaración para solicitar que se proceda a la urgente reglamentación de la ley por parte del Poder Ejecutivo Nacional a fin de establecer de forma urgente un marco legal para la investigación médica y científica del cannabis.
A su vez, ante las evidentes carencias de la ley aprobada, en dicha declaración se insta al Poder Ejecutivo a que «coordine con las diferentes asociaciones y/u organizaciones que cultivan cannabis medicinal» para «garantizar que en ningún caso sea interrumpida la provisión de dosis necesarias para cada tratamiento durante el lapso que transcurre desde la sanción de la ley hasta su efectiva implementación». En ese sentido, se busca evitar allanamientos y detenciones como las que hoy padecen cientos de cultivadores de cannabis medicinal.
«Queremos que la gente que está cultivando pueda seguir haciéndolo», aseguró visiblemente emocionada, María Laura Alassi, miembro de CaMedA. Ella fue la primera madre que consiguió que el Estado la autorizara la importación de aceite de cannabis desde los Estados Unidos para su hija Josefina, quien padece un cuadro de epilepsia refractaria. «Hoy estamos pensando en cultivar para Jose porque para ella y para mucha gente el cannabis es vida».
* Por Revista THC