Escena y Memoria: un espacio de resistencia
El ciclo Escena y Memoria consta de una semana de encuentros que buscan poner obras de teatro, a los y las artistas, en situación de diálogo con los Sitios de Memoria. Es una acción colectiva, una manifestación artística y política en relación directa con la construcción de la memoria.
“El arte como herramienta imprescindible para accionar la memoria. El arte como mecanismo colectivo para saber de dónde venimos. Para entender que los actos de los seres humanos no son fenómenos de la naturaleza. Somos lo que somos, porque hemos sido lo que hemos sido. No llegamos a un lugar por mero juego del tiempo. Hemos construido esto. Pensar en esa construcción es una de las tareas sustanciales”.
Por Ana Reales para La tinta
Mientras en la plaza San Martín sucedía la Concentración de los barbijos de la mano de las fuertísimas Madres de Barrio Ituzaingó Anexo, en el Archivo Provincial de la Memoria preparaban los espacios que haríanlas veces de salas de teatro para las funciones programadas para la tarde. Durante el segundo día del Ciclo Escena y Memoria, sucedía allí mismo el diálogo entre la historia pasada y la presente y me contaron sobre la actividad inaugural de este año; había sido al mediodía del domingo 19, en una plaza de Barrio Juniors. Con las palabras de Viviana Alegre, mamá de Facundo Rivera Alegre, joven desaparecido hace 5 años, y de Alberto y Leo Santillán, papá y hermano de Darío Santillán, militante asesinado el 26 de junio de 2002 en la estación Avellaneda en Buenos Aires.
Eran las 18 hs, tardé en reparar que asistir al armado previo de las actividades sería toda una revelación: muchas personas involucradas con el espacio y el ciclo, se encontraban en evidente unidad y con toda su atención puesta en cada detalle para que las funciones sean aprovechadas, fieles al espíritu convocante. Ubicaban las luces, acomodamos las sillas, preparaban el sonido, compartíamos mates, puchos, pequeñas charlas al pasar. Sentí la ansiedad de todos ellos ante lo que estaba por suceder. Me dijeron que “el Escena y Memoria es una expresión artística colectiva desde donde se aborda la memoria ubicándola en la escena pública”, en este caso, un sitio de la memoria.
En medio del armado pude hablar con Roberto Martínez, integrante del Archivo Provincial de la Memoria, y del ciclo Escena y Memoria. “Desde sus inicios, el ciclo está producido por el Archivo y el grupo Zeppelin Teatro, y un montón de personas vinculadas al arte, a la comunicación y la cultura que se sienten persuadidos desde el espacio y participan desde diferentes lugares y acciones”, señaló en la antesala de la obra KyS. Comentó además, que aprovechan marzo porque por un lado asisten personas que de otra manera, no entrarían al sitio de memoria y por el otro, encuentran interesante proponer otra manera de acercarse mediante el arte.
Nos paramos desde el presente por lo que los intereses y las urgencias son otras. Construimos un documento del ciclo que se lee al inicio de cada actividad, y en ese documento además de hablar de la importancia de llenar los sitios, de nuestra historia reciente, de caminar siempre con los y las 30 mil, acompañándonos, se habla de Milagro Sala, del desempleo, del gatillo fácil.
Pasadas las 19.30 dieron sala. Se llenó de gente muy rápido, se quedaron muchas personas sin poder entrar. El clima se volvió íntimo y pudimos ver a Maxi Kosteki y Darío Santillán contándonos una historia, un hecho sucedido hace 15 años, un momento profundo en la identidad de quienes sabemos que al mundo hay que cambiarlo y hacerlo más justo y más digno. Y ahí adelante, Alberto y Leo Santillán presenciandolo todo: una invitación a unir el pasado de la última dictadura cívico-militar-clerical, con la Masacre de Avellaneda en 2002 y el presente del oscuro narcoestado policial cordobés. Todo junto, todo parte de nuestra historia como pueblo, todo latente como memoria activa.
Al terminar la obra esperé con mucha ansiedad al director, Jorge Villegas. Realmente no dimensioné la magnitud de lo que había sucedido, solo sentía el cuerpo agitado, el corazón hirviendo. Y me puse a caminar por el Archivo, mas rápido, mas lento, sabiendo todo el tiempo que estaba en un lugar donde la memoria fue y es recuperada, donde la historia está viva y las paredes hablan. Hasta que llegó el momento de charlar unas palabras con Villegas.
Buscamos un lugar a las apuradas porque estaban por dar sala a la siguiente obra que anunciaba la programación del evento, caminamos rápido por el laberíntico ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio, y terminamos frenando en el “tranvía”, donde Jorge me compartió parte de la historia del ciclo Escena y Memoria, en medio de tanta historia viva: “la idea original del ciclo ha ido creciendo y se ha ido aggiornando a las distintas circunstancias políticas que acompañaron el evento en su fecha, los días previos al 24 de marzo. Al inicio éramos un grupo de teatristas que nos íbamos a juntar e invitar a otros colegas que estaban haciendo un teatro con politicidad y que además eran compañeros que veíamos en las calles, que ponían el cuerpo, que compartían la ética del teatro”.
Por un instante mi atención se desvió, me di cuenta que estábamos parados en el tranvía, en el pasillo con bancos donde muchísimos compañeros y compañeras eran mantenidos previa y posteriormente a los interrogatorios mediante tortura; me recorrió un escalofríos, me dolió en todo el cuerpo, y volví mi atención a la entrevista con la convicción de que es fundamental habitar esos espacios. Jorge hablaba concentrado y con la mirada puesta en el presente continuo: en los juicios a los genocidas, en el crecimiento de los organismos de Derechos Humanos, en el acto «profundamente democrático» de condenar social y judicialmente a los colaboradores, torturadores y asesinos del último golpe de estado. Y así llegó hasta hoy, marzo del 2017, donde el neoliberalismo y la derecha están el poder: “desde el ejecutivo tratan a la actividad de los Derechos Humanos como un curro, han manoseado la fecha del 24 buscando restarle su importancia, siendo que tiene tremendo consenso aun desde quienes no hacen una conmemoración de repudio porque son indiferentes, han manoseado los Espacios de Memoria y los han dejado sin presupuesto; el 24 de marzo es un día que en donde acontece una fuerte reunión social que marcha y que repudia al fascismo”.
Supe en ese momento que el Escena y Memoria es un espacio de resistencia. Villegas me comentó que «la idea de que sea colectivo y con preparación previa tiene que ver con que no es un festival de teatro que organizan un par de celebres personajes, sino que es un hecho bien colectivo donde se discute mucho, aún con asimetrías y disparidades en los volúmenes de militancia e instancias en las que cada cual tiene una relación particular con los Derechos Humanos, el teatro, la política y la sociedad. Es un espacio de militancia».
Después de agradecernos por el tiempo y el interés mutuo, al otro lado del pasillo se encontraban Leo y Alberto Santillán, quienes fueron invitados al ciclo. Con mucha emoción ante el homenaje a su hijo, manifestó que “Darío se consideró parte de la sangre de los caídos, de los desaparecidos. Estar acá es ver la historia de los compañeros con los mismo ideales, de querer cambiar el mundo y que se la jugaron; y eso mismo pasó con Darío, lo que pregonaba lo llevó a ese momento en el que decidió quedarse en la estación”.
En el documento del ciclo pudimos escuchar que las acciones pensadas para este año, están íntimamente relacionadas con «la creciente criminalización de la protesta social, como fue el caso de la condena a Milagro (que ya lleva más de un año detenida) y a la legitimación cada vez más creciente de la violencia cometida contra los que luchan por sus trabajos, por sus pares, por sus ideas. Se multiplican los casos de jóvenes muertos por casos de gatillo fácil, de personas desaparecidas en democracia, de la mala vida producto de los desmontes y la prepotencia de los sectores dominantes de una economía anti popular que destruye las fuentes de empleo. Se vulnera el derecho a la salud por el uso de agro químicos que llueven sobre las cabezas de nuestros chicos». La memoria es desde el presente, una construcción continua para atrás y para adelante; la diversidad de temáticas abordadas son muestra de un claro contenido crítico y político de las creaciones que viene sucediendo hace largo tiempo, en la conservadora y a la vez revolucionaria Córdoba.
El ciclo continua hasta el sábado 25 de marzo, todos los días con mas de tres funciones diarias. Este año reúne un conjunto de más de 13 obras teatrales, poéticas y musicales. La mayor parte de las funciones se realizarán en el Archivo Provincial de la Memoria, pero también participarán del ciclo el Centro Cultural de Villa el Libertador, el Parque Integrador de Unquillo, y Casa-Centro Cultural Revolución CC.
Todo el tiempo que estuve allí, me estremecí ante tantos sentimientos evocados colectivamente, lo sentí como algo que se lleva en el pensamiento, en las convicciones, en el corazón, en la sangre; en la indignación y en la dignidad. Esas horas en ese lugar fueron un gran aprendizaje, y por sobre todo una confirmación del poder transformador que tiene el arte para hacernos comprender nuestra historia. Vamos caminando hacia el 24 de marzo, día para la Memoria, la Verdad y la Justicia. Día para repudiar la violencia pasada y presente por parte del Estado, tanto en la dictadura como en la democracia. Día para festejar la vida y honrar a nuestros 30 mil compañeros y compañeras. La lucha de ayer sigue viva en nuestras acciones. Pasen y vean.
*Por Ana Reales para La tinta