Villegas, la Fronteriza e Ivael Mining: cierre de tranqueras para defender territorio
Comunidades mapuche de la precordillera anunciaron que no dejarán pasar a las empresas mineras que pretenden realizar exploraciones en la zona. La memoria de la Campaña al Desierto y de la brutalidad de la Policía Fronteriza late en el rechazo al avance extractivista.
Por Adrián Moyano para En Estos Días
Primer despojo. Al parecer, fue un oficial de las tropas de Conrado Villegas quien, por primera vez entre los wingka, hizo referencia a Mencué. Julio Alva anotó “Mencuenhiho” y, según Rodolfo Casamiquela, el topónimo correspondería a Mencué Niyeo. Si bien el polémico estudioso no arriesgó significado, concedió que se trataba de un vocablo “araucano”, es decir, mapuche. La expedición que integraba Alva arribó al lago Nahuel Huapi el 2 abril de 1881, durante la segunda fase de la Campaña al Desierto.
“Los resultados obtenidos por esta Brigada son los siguientes: 4 indios muertos, un número considerable de heridos ocasionados en un combate glorioso por un cabo y un soldado del Batallón 6 de infantería de línea […] tres capitanejos, 38 indios de lanza entre prisioneros y presentados, 69 de chusma y 1 cautivo, 730 animales vacunos, 1.500 de yeguarizos, 1.476 lanares”, consignó el jefe de la expedición en su informe al inspector y comandante general de armas, general Joaquín Viejobueno.
La columna que integró el propio Villegas se había desplazado por el actual interior rionegrino, desde Valcheta hasta Dina Huapi. Otras dos formaciones atacaron tolderías en la jurisdicción neuquina del presente, “y así es que la 3era Brigada vio en todas direcciones pequeños grupos que anunciaban sus fugas por el polvo que levantaban sin que a su vista se presentara un solo enemigo, lo que daba a entender que el pavor era grande y que sólo trataba de salvar sus familias y haciendas, lo que no han conseguido, pues la mayor parte de esas últimas ha caído en poder de nuestras fuerzas”, se ufanó el subordinado de Julio Roca.
El resultado global de la Expedición al Nahuel Huapi: “44 muertos del enemigo, 3 capitanejos y 45 indios de lanza prisioneros, 92 de chusma y 1 cautivo, debiendo observar que algunos de ellos son presentados; 2.325 animales yeguarizos, 1.717 vacunos y 6.576 lanares, habiendo tenido que lamentar por nuestra parte la pérdida de 7 individuos de tropa muertos en los distintos combates y escaramuzas libradas”, sintetizó.
Algo más de 140 años después, en la zona deliberó un trawün (encuentro) que congregó a las comunidades Amulenche (Mencué), Ragiñ Plang Curra Mew (Blancura Centro), Pilquiniyeu del Limay (ídem), Pulan Lafquen (Laguna Blanca), Newen Ñuke Mapu (Cañadón Chileno), Mariano Epulef (Anecón Chico) y Ancalao (Ñorquinco). Se reunieron “para tratar una problemática realmente preocupante: en plena pandemia durante 2020 y lo que va de 2021, se han presentado en nuestro territorio representantes de empresas mineras pretendiendo entrar a realizar exploraciones y extracción de muestras de rocas y suelo para futuras explotaciones mineras”. Uno de ellos hasta dejó una tarjeta: Javier Gringo, técnico responsable de Logística de Ivael Mining. En redes profesionales que pueden consultarse en Internet, Gringo informa que también se desempeña o desempeñó como supervisor en Pascua Lama para la Barrick Gold por Industrias Geo SA y que, hasta 2013, trabajó para Andes Corporación Minera.
Al término de sus deliberaciones, los mapuche hicieron un llamado a cerrar “tranqueras ante el extractivismo minero”.
No perdonaban nada
Segundo. “La memoria ancestral del territorio tiene una historia de violencia y despojo del Estado hacia nuestro pueblo, con su política de despojo de tierras. En este lugar donde hoy nos reunimos, además, tiene la memoria del horror que la sanguinaria policía fronteriza dejó en la población mapuche para despojar de las tierras más productivas y otorgárselas a los estancieros en la década del 30”, dice el mismo pronunciamiento, que se dio a conocer desde Mencué el pasado 7 de julio.
El párrafo refiere a “la acción represiva de un cuerpo de Policía creado especialmente en octubre de 1930 para llevar adelante en la zona precordillerana de Río Negro una ‘campaña purificadora’, según fue denominada por la Policía, y a la que la gente de los parajes comprometidos llamó la Fronteriza, en referencia a otros cuerpos especiales de Policía que habían operado en la zona cordillerana con anterioridad”, nos dice la investigación que elaboraron Pilar Pérez y Lorena Cañuqueo, historiadora la primera y licenciada en Comunicación Social la segunda.
La renovada arremetida contra los mapuche supervivientes se produjo “poco tiempo después del golpe de Estado que llevó a José Félix Uriburu a la presidencia de la Nación”, cuando “la zona de Mencué fue sistemáticamente atacada por una incursión policial enviada por la gobernación en respuesta a la demanda de seguridad de los vecinos de la zona”, es decir, inmigrantes generalmente europeos, comerciantes o pequeños productores de cierto capital.
Por entonces, gobernaba en el Territorio Nacional de Río Negro Federico Uriburu, sobrino del dictador. En su primer acto de gobierno, “produjo un estado de excepción en los parajes, cuyo blanco de represión fueron los pequeños productores indígenas”, añaden las investigadoras. “Justificados en el estado de sitio y la ley marcial vigente tras el golpe, un cuerpo especial de Policía formado especialmente a los fines del operativo ejecutó un ataque brutal cuyos efectos perduran en la memoria social de los pobladores hasta el presente y se materializan en la distribución territorial actual”. Quiere decir que aquella represión estatal tuvo beneficiarios directos. Los tiene todavía.
La investigación trae a colación el testimonio de Delfina Zunuigual, quien en 1991 compartió sus recuerdos con la lingüista Marisa Malvestitti: “Saben andar disparando (escapando) de la Policía. La Fronteriza arreaba cualquiera, muchacha, señora, hacían perjuicio a la gente. No se sabía dónde lo largaban, lo llevaban por ahí. Alguno dejaban maneado por ahí, moría la gente. Le sacaban todo lo que tenía, las prendas, lo dejaban sin nada. Arreaban los animales. No perdonaban nada. En todos lados andaba la Fronteriza”. En todos lados.
No figuran
¿Tercer despojo? A fines impositivos, Ivael Mining SA denuncia domicilio en la capital de San Juan, emblemático distrito minero de la Argentina gracias a Barrick Gold y sus andanzas en Pascua Lama-Veladero. Societariamente, se constituyó en agosto de 2019 para la extracción de minerales metalíferos no ferrosos, tales como “aluminio, cobre, estaño, manganeso, níquel, plomo, volframio, antimonio, bismuto, cinc, molibdeno, titanio, circonio, niobio, tántalo, vanadio, cromo” y “cobalto”, a excepción de “minerales de uranio y torio”. La nómina no incluye oro y plata.
En abril de 2021, a menos de dos años de su constitución, la Secretaría de Minería de Río Negro publicó en el Boletín Oficial que la empresa solicitó “permiso de exploración” en los cateos Vista Alegre; Yanquihuen; Curva Oeste y Curva Este; Quila Mahuida; Loma Negra; Ojo de Toro; Calvo; María; Marinao Oeste y Ofelia; parajes que están en los “distritos mineros” Jacobacci; Los Menucos y Cordillera.
Cuando las siete comunidades mapuche que se consideran afectadas adujeron que no se cumplió con la Consulta Previa Libre e Informada, el secretario de Minería de Río Negro, Joaquín Aberastain Oro, argumentó que con las publicaciones en el Boletín Oficial bastaba. También esgrimió que las comunidades no figuran en los registros oficiales como ocupantes de tierras y, en declaraciones al diario Río Negro, atribuyó al CODECI (Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas) responsabilidad por la omisión. Nunca quedó tan claro por qué jamás se finaliza con el Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas (RETECI) que dispuso la Ley 26.160 y por qué nunca se entregó título de propiedad comunitaria indígena alguno, aunque se trate de comunidades con presencia -como mínimo- centenaria en los parajes que se pretende catear.
El profesor de mapuzungun, Pablo Cañumil, arriesga que Meñku Güyew -el Mencué Niyeo de Casamiquela- significa Lugar del chincol. El último es el nombre en castilla del pájaro que, en idioma mapuche, se llama meñku. Es más verosímil que otro significado posible, derivado de meñkun: cargar o llevar en la espalda. Por su parte, a instancias del cronista, Vanesa Gallardo Llancaqueo aportó que, en el célebre diccionario de Félix de Augusta, se traduce meñkuwe como tinaja. La discusión lingüística podría estirarse, pero lo que resulta indiscutible es la preexistencia mapuche al Estado en el área que pretende explotar Ivael Mining SA.
Asimismo, es incontrastable la jerarquía jurídicamente superior del Convenio 169 de la OIT (Ley 24.071), en relación al Código Minero que esgrime Aberastain Oro. Las comunidades que se reunieron en Mencué saben que “tanto el Estado Nacional, como el Estado Provincial tienen una deuda histórica con nuestro pueblo Mapuche Tehuelche. El incumplimiento de nuestros derechos legitima estas acciones ante el atropello de nuestra autonomía comunitaria. Las tranqueras estarán cerradas para las empresas mineras que buscan destruir nuestro territorio”. La interminable sucesión de despojos tiene que finalizar de una vez por todas.
*Por Adrián Moyano para En Estos Días / Imagen de portada: En Estos días.
Bibliografía
Casamiquela, Rodolfo (1998): “Estudio de la toponimia indígena de la provincia de Río Negro”. Edición del autor. Trelew.
Pérez, Pilar y Cañuqueo, Lorena (2018): “El secreto del Estado, el estado de los secretos. La policía ‘fronteriza’ del 30 en el Territorio Nacional de Río Negro”. En Delrio, Walter; Escolar, Diego; Lenton, Diana y Malvestitti, Marisa (compiladores): “En el país de nomeacuerdo” Editorial UNRN. Provincia de Buenos Aires.
Villegas, Conrado (1968): “Expedición al Nahuel Huapi”. Editorial Sudestada. Buenos Aires.