Todo cuerpo necesita bienestar: la actividad física como posibilidad
En esta nota, la psicóloga deportiva Carolina Visintini cuenta por qué es tan importante mover estos esqueletos. Todo cuerpo necesita bienestar y la actividad física es una forma de reencontrarnos con nosotrxs mismxs y con nuestras potencias.
Por Redacción La tinta
Carolina Visintini es licenciada en Psicología y especialista en Psicología Deportiva. La cordobesa que vivió en Venezuela, en Neuquén, cursó Artes Visuales en la UNC, es técnica en Natación y practica artes marciales y crossfit, tiene una mirada sobre la actividad física que logró integrar con sus saberes desde la psicología. Nos cuenta que el proceso de formación empezó con ella como deportista y que mucho tuvo que ver con su propia experiencia de practicar deportes y de vivirlos en equipo, a partir de su participación en el equipo femenino de Kendo de Córdoba, uno de los primeros equipos femeninos de Argentina. Visintini es miembro de la Asociación de Psicología Deportiva de Córdoba y dice que “en la agrupación, somos entre 80-90 % mujeres, una mayoría que, para mí, era inesperado, porque generalmente la psicología deportiva estaba asociada al fútbol, pero somos muchas mujeres dedicándonos a esto”.
“Cuando se habla de actividad física, de deporte o de entrenamiento, muchas veces suena muy elitista, como si solamente lo pudiera hacer la gente ‘x’ y no es así. La actividad física, el deporte y el entrenamiento es todo aquello que nos haga movernos y nos haga bien hacer con el cuerpo. Tiene que ver con el cuidado de nosotrxs mismxs y con vernos a nosotrxs mismxs, ver qué es lo que nos hace falta. El bienestar que se genera haciendo actividad física tiene dos componentes: el físico-fisiológico y el psicológico”, afirma Carolina.
Mucho se ha escrito y estudiado sobre cómo el cuerpo en movimiento genera endorfinas, lo que impacta positivamente en el plano de nuestras emociones y bienestar. Como afirma la psicóloga, “practicar actividades físicas está relacionado con la generación de un bienestar vinculado con la percepción de nuestras posibilidades: esto de yo puedo algo que antes no podía o la cuestión social -que si bien, en este momento, conocer a gente entrenando es más difícil por la el contexto-, el ver que hay otras personas que están en la misma y, por ahí, entrar en diferentes grupos donde se realizan diferentes actividades. Desde running, zumba o crossfit, lo que sea, nos ayuda a sentir muchísimo bienestar, sentirnos acompañadxs y salir un poco de la idea de estar solo o sola. Para la sensación de soledad que se genera con el tema del aislamiento, el deporte y la actividad física ayudan muchísimo”, asegura Visintini.
El deporte puede ser un camino interesante para pensar y construir una relación diferente con nuestros cuerpos, desapegada de los mandatos corporales, de rendimiento o de competencia. La licenciada dice a La tinta que muchas personas llegan al consultorio con relatos y experiencias de malestar e incomodidad con los propios cuerpos. Ella, en esos casos, devuelve la pregunta: ¿para qué querés tu cuerpo? Si lo querés para hacer cosas, para disfrutarlo, para mostrarlo… y de acuerdo a la respuesta que unx tenga, será la relación con el cuerpo que se empieza a construir.
“¿Qué es lo que nos permite el deporte? El deporte posibilita, permite, habilita a tener más fuerza, a tener más ganas, más flexibilidad… disfrutar del cuerpo en una actividad, como, por ejemplo, bailar. Hay diferencias entre la actividad física y el deporte en sí, porque no es lo mismo decir ‘me voy a meter a un deporte o a un gimnasio’ -donde siento mucha incomodidad- a ‘hago algo que me gusta’. Siempre doy el ejemplo de bailar porque es algo que, en general, gusta bastante y es algo que unx hace con el cuerpo… o, por ejemplo, salir a caminar, en este momento, se puede hacer trekking. Lo importante es que son actividades que involucran el cuerpo, pero que devuelven un ‘lo que puedo hacer con mi cuerpo’”, expresa la psicóloga.
Por último, le preguntamos a la especialista sobre cómo hacer de este verano pandémico una estación reparadora de tanto estrés anual, quien nos respondió con simpleza: “Descansar. Descansemos de las pantallas, descansemos de la conexión absoluta todo el tiempo, desconectemos un poco y disfrutemos de lo que pasa ahora. El helado que comemos, el sol que nos da en la cara, el no tener que hacer algo por un rato… Digo: y el descanso puede ser tanto porque tenemos vacaciones como la hora donde podemos apagar la computadora, desconectar el celular y tomarlo simplemente para estar. Es súper difícil, parece muy fácil, pero es súper difícil y es un ejercicio. No hay que olvidarse del momento en el que vivimos ahora, que es una frase un poco trillada, pero es muy importante poder saborear el instante, poder vivir el instante como si no hubiera otro. En algunos momentos, no digo que todo el día, pero, por lo menos, descansar y concentrarse en un momento de disfrute del día”, concluye Carolina.
Nos espera un verano donde hay algunas restricciones menos severas respecto del año que pasamos. Salir a caminar, encontrarnos con amigues para caminar por la costanera o dar vueltas a la plaza, ir al club del barrio a pelotear o caminar algún sendero de las sierras son solo algunas de las opciones, más allá de poder pagar un pilates o un gimnasio privado. Mover el cuerpo y tener garantizado el derecho a la actividad física y al ocio (cosa que deberíamos revisar en nuestra provincia y más aún hoy, en el contexto de crisis sanitaria) es parte de pensarnos con salud integral. El deporte debería ser un eje de la salud pública.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: A/D.