Argentina en pandemia: “Tenemos una percepción de riesgo muy baja y las muertes no paran”
Los hospitales están llegando a sus límites y lxs trabajadorxs de la salud no dan abasto. “La situación actual es dramática y los casos van a seguir aumentando y las muertes también, estamos arriba de los 300 fallecidos por día: esto no se puede sostener hasta que esté la vacuna”, afirmó el bioinformático especialista Rodrigo Quiroga, en esta nota para La tinta.
Por Redacción La tinta
Rodrigo Quiroga es bioinformático, docente en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e investigador asistente de CONICET. Desde que empezó el impensado escenario pandémico mundial, Quiroga fue construyendo un lugar en las redes donde se encarga de aportar datos claros desde sus campos del saber, convirtiéndose en referencia para consultar no solo las proyecciones estadísticas, sino también sus respectivos análisis, cruzando las -llamadas- ciencias duras con la política.
La escalada de casos y de muertes no para en nuestro país. Argentina pasó al séptimo puesto de los países más afectados por la pandemia, acumulando 790.818 casos positivos y 20.795 muertes hasta el domingo pasado.
“La situación actual es bien complicada: se da una paradoja muy grande porque tenemos una percepción de riesgo muy baja, sobre todo, en el interior del país, que es donde más se había flexibilizado todo y donde la vida se parecía más a la de febrero; simplemente con algunas personas usando barbijo. Y justamente, comportamientos como esos, son los que hicieron que llegara el virus, que se esparciera tan rápidamente”, dice Quiroga en diálogo con La tinta. El investigador afirma que, justamente, son esas las localidades las que tienen sistemas de salud más precarios o con menor capacidad de atención, y que se han saturado muy rápidamente: “Realmente, son los lugares donde más riesgoso es, en este momento, enfermarse y donde es más riesgoso porque es posible que no tengas la atención médica que necesites. Está muy complicado en ese sentido”.
“La situación actual es dramática y los casos van a seguir aumentando y las muertes también, estamos arriba de los 300 fallecidos por día, esto no se puede sostener hasta que esté la vacuna. Con los casos bajando lentamente en el AMBA o, incluso, estabilizada en esta última semana y aumentando dramáticamente en el interior, significa que los fallecidos van a seguir aumentando. Necesitamos reacción por parte del Estado, sobre todo, porque es un gobierno que tiene como uno de sus conceptos fundacionales a la justicia social” .
Al preguntarle acerca de las decisiones a nivel gubernamental, Quiroga dice que el gobierno nacional, desde que empezó a hablar de responsabilidad individual, abandonó de alguna manera el centro del ring de la pandemia, tanto en lo comunicacional como en gestionar la pandemia. “No se ve una estrategia y plan nacional, sino que han delegado en los gobernadores esa responsabilidad, que, a su vez, han delegado dicha gestión en las autoridades locales. En ese sentido, creo que sólo algunas autoridades locales han intentado alguna que otra cosa, con resultados muy dispares. Por ejemplo, en Gualeguaychú (Entre Ríos), implementaron dos semanas de fase 1 y dos semanas de fase 3 y funcionó muy bien, permitiendo bajar muchísimo los casos. Son la única provincia de la que habían empezado a trazar los casos en julio, que no tiene problemas con el sistema de salud porque los casos bajaron y dejaron de aumentar. En otros lugares, la vuelta a fase 1 no tuvo éxito porque no tuvo acatamiento”, aclara.
Medidas y Fases
Como el docente explica, no todo el mundo tiene la misma posibilidad de cuidarse y de evitar contagiarse, y sabemos que está estrechamente relacionado a nuestra situación socioeconómica, por esto entiende que es urgente un nuevo plan y acciones en la gestión de la pandemia.
En Twitter, Quiroga es claro: nunca hubo inmunidad de rebaño en ningún país del mundo, tampoco en Suecia. Que los casos sigan bajando en AMBA, Suecia o Nueva York, o que suban, sigue dependiendo de las medidas gubernamentales, el comportamiento social y posiblemente de un factor estacional.
“Cuando digo poner manos a la obra, digo que hay que tener en cuenta que, en algunos lugares, la vuelta Fase 3 y Fase 1 es una posibilidad y puede ser necesario para evitar o descomprimir la cantidad de personas que están ingresando al sistema salud con necesidad de respirador y terapia intensiva. Porque cuando se colapsa el sistema de salud es por falta de camas, respiradores o por falta de personal de salud que las atienda, porque realmente la velocidad a la cual se están contagiando es impresionante. Tengo conocidos y amigos en el sistema de salud que realmente están absolutamente agotados física y psicológicamente”, asegura el investigador.
Agrega, además, que la implementación de medidas de Fase 1 y 3, de repente, muchas veces no funciona porque no se hace un completo trabajo de comunicación al respecto: “Muchos gobiernos provinciales o municipales no han comunicado absolutamente nada y, cuando comunican, en general, intentan llevar tranquilidad a la población. Y de repente, tienen el sistema de salud saturado y, cuando intentan volver fase 1 o 3, la gente no entiende nada. Sigue habiendo graves problemas de comunicación de los gobiernos de todos los niveles, nacional, provincial y locales”.
El bioinformático asegura que es importante la vuelta a Fase 3 y Fase 1 como medidas de emergencia, y es posible que estemos ante una situación donde haga falta una medida nivel nacional: las medidas a nivel local no parecen tener demasiado acatamiento la mayoría de las veces y la presencia de la pandemia en los medios de comunicación ha ido disminuyendo a medida que van aumentando lxs fallecidxs.
Quiroga explica que existen muchas medidas que se pueden tomar y que no significarían restringir la circulación ni implicarían un problema económico más grave. Menciona algunos ejemplos: que todos los comercios atiendan en la puerta y no permitan el ingreso al local, que se ventile bien el transporte público, que sea obligatorio la ventanilla abierta.
Apunta sobre las reuniones sociales, de las cuales mucho se ha dicho y analizado. “No tiene sentido prohibir las reuniones sociales al aire libre, porque justamente sabemos que ocurren y necesitamos que sean en las condiciones de menor riesgo de contagio posible. Las reuniones sociales deberían estar habilitadas una vez por semana y hacer entender a la gente que no puede hacerlo más, porque se va a contagiar y va a estar contagiando a otros. Que se hagan una vez por semana, no más de dos veces por semana, al aire libre y con barbijo”, afirma el entrevistado, y remarca que es muy importante que la gente conozca la realidad que estamos viviendo y que sepa que ya tenemos 20.000 personas fallecidas y que, según proyecciones, nos dice que, probablemente a fin de mes, estamos cerca de las 30.000 o más.
“No podemos naturalizar las muertes, necesitamos tomar conciencia a nivel individual y, sobre todo, nuevas acciones desde los gobiernos”, concluye Quiroga.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: EFE.