Presentan el seminario y el libro “Feminismos en el Umbral de la Academia”
Por Gabriela Bard Wigdor para La tinta
El próximo martes 17 de septiembre a las 19 h en Espacio Puerta276, se presentará el libro Feminismos en el Umbral de la Academia, editado por Ana Luisa Muñoz y Catalina Trebisacce Marchand, que incluye escrituras de diversas activistas, investigadoras y docentes de Chile, México y Argentina.
Virginia Cano (la doc torta) y compañerxs de El Telar estarán en diálogo con las autoras, y el evento contará con la poesía y música de Lola Dolores (Les Amorosos) e Iñaki.
«Este aquelarre bastardo tiene la apuesta de compartir un espacio de diálogo, disfrute y conspiración comunitaria en torno a las conquistas, los desafíos y las reflexiones que las luchas feministas nos demandan en las instituciones de educación superior. Compartiremos debates, música, poesía y vino; sobre todo, un espacio de afectividad y cuidados, como consideramos deberían ser los todos espacios de sociabilidad, especialmente nuestras universidades», dijeron desde la organización.
Adelantando algunos de los temas de la presentación a partir del libro, es clave comprender que las editoras parten desde la convicción de que las políticas de género institucionales no son deseables sin el empuje ontoepistémico-político feminista y su activismo. De lo contrario, estamos ante una despolitización de la teoría de género y de las discusiones tan necesarias que estos traen donde irrumpen. De hecho, para irrumpir en los espacios institucionales, los feminismos siempre se encuentran entre umbrales, en palabras de las editoras: «Desde la arquitectura, el umbral es un pasadizo que no tiene función, propósito o significado hasta que no está conectado con otros espacios. El umbral puede ser entrada y/o salida, no es lineal ni definitivo; un lugar con y en movimiento a la base de su existencia».
Así, entonces, los activismos, las teorías feministas y sus aportes siempre se encuentran en periodos de «umbralización», concepto que me recuerda a la célebre frase de Gramsci: «El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y, en ese claroscuro, surgen los monstruos». De esos monstruos se ocupa este libro.
Encuentro de saberes que entran y salen en los espacios universitarios, a veces con estabilidad, otras de manera frágil, para cuestionar lo legitimado o el orden dominante de las estructuras universitarias. Los momentos de umbralización responden a coyunturas políticas, a estado de correlación de fuerzas en las academias y de maduración de nuestros activismos; especialmente de las puertas que abren las universidades, ya que estas no son universos donde se produce teoría objetiva, sino que, al contrario, es un campo de disputa de sentido permanente que responde a intereses diversos.
En el libro, las autoras advierten el modo en que la idea de que la teoría feminista es “mera ideología de género” ha permeado en Argentina y en las universidades de la región. Pero ¿por qué ingresan los discursos feministas y también los de extrema derecha? Justamente porque ―como el libro muestra― la academia no persigue un conocimiento objetivo, sino que se orienta por intereses políticos-económicos (y yo agregaría civilizatorios) que privilegian ciertos cuerpos, discursos, estrategias y, por supuesto, existencia en cada momento histórico.
Por eso, Amador Fernández-Savater habla de «hacer existir» y diría de «hacerse existir», de generar formas en que se hagan deseables otros modos de atención; nos invita a prestar atención, regalar y conceder atención, como el reconocimiento de que otros seres son portadores de atenciones.
¿Quiénes merecen atención en las universidades? Son los modos de vida masculinizados, blanqueados y de sectores ilustrados quienes distribuyen las cuotas de atención entre los cuerpos que circulan en las aulas, pasillos y claustros universitarios.
Y cuando no pueden excluir cuerpos, como el de las mujeres y cada día más a las disidencias sexo-genéricas, entonces, se fagocitan discursos, se trastocan ideas y se las deglute burocráticamente para que no generen conflictos. Es conocida la frase del General Perón: «Si querés que algo no funcione, crea una comisión», o en palabras de varias autoras de este libro, reproducir la palabra género para vaciarla de sentido y que sea una frágil comprensión heterocis normativa que aspire a una igualdad formal (fatiga de género).
También, la neoliberalización hace su canibalismo teórico-práctico del género. El mundo corporativo, como afirma una autora del libro, nos hace correr el riesgo de transformar el enfoque de género en un mero dispositivo de gestión de los cuerpos en contextos de trabajo. Todo conduce a que la fatiga y la administración del género nos produzcan la sensación de que las desigualdades están siendo abordadas o que agote el solo hecho de nombrarlo.
Existe en el libro una especie de supuesto implícito que sugiere que el campo de los estudios de género, riguroso en sus métodos, se torna demasiado distante de sus raíces activistas, lo que afecta el potencial impacto transformador de las estructuras universitarias. El triunfo global del neoliberalismo impacta, además, en la producción de conocimiento ―porque somos personas quienes lo hacemos―, muchas veces como empleo precario, militancia, oficio, pasión o cumpliendo órdenes de las nuevas técnicas o burocracias de género.
Estos temas, entre otros, como el valor del trabajo doméstico, que hacen las mujeres en las universidades, el papel relevante de las mentorías como políticas universitarias poco exploradas o la dificultad para la investigación creativa en el mundo productivista, son abordados en el libro que se presentará para que pueda circular y generar debates, encuentro y reflexiones entre las comunidades locales.
«No puedes evitarlo. El deber de un artista, en lo que a mí respecta, es reflejar los tiempos», decía Nina Simone. Este libro lo lleva a cabo.
*Por Gabriela Bard Wigdor para La tinta.