La película que hizo Luciano Benjamín Menéndez

La película que hizo Luciano Benjamín Menéndez
11 mayo, 2023 por Redacción La tinta

En 1977, el dictador Luciano B. Menéndez se valió de su poder e impunidad para realizar una película propagandística sobre el Operativo Independencia, que los militares llevaron a cabo en contra del Ejército Revolucionario del Pueblo. La muestra titulada «Cámara Seca”, del fotógrafo, artista e investigador cordobés, David Schäfer, expone cómo eso fue posible, a través de un corpus de fotografías de archivo y actuales, documentos de época y otros materiales. Hasta el 16 de junio, se puede visitar en la Sala Farina de Ciudad de las Artes.

Por Fernando Bordón para La tinta

La logística comunicacional de la dictadura cívico-militar es una muestra más del plan y de la violencia sistemática que los militares aplicaron en todo el país. Prueba de ello es la película que hizo el mismísimo Benjamín Menéndez, aprovechando que la Universidad Nacional de Córdoba estaba intervenida y la carrera de cine desmantelada; Así, se apropió del equipamiento y personal para realizar y plasmar su relato sobre lo sucedido en el ataque contra el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) el 14 de febrero de 1975 en la selva tucumana.

En la muestra “Cámara Seca”, recientemente inaugurada, el fotógrafo, artista e investigador cordobés, Schäfer, propone un recorrido a través de diversos materiales históricos, archivos de la época, audios, fragmentos de la película, crónicas periodísticas y hasta la nota que Menéndez envió a la Universidad “pidiendo” que le dé apoyo material y de personal para la realización del film. Todo ese corpus sirve para comprender el contexto histórico.

“Este trabajo no comenzó de una manera independiente, sino que decantó de otra búsqueda del proyecto anterior, Cámara Oscura. Allí trabajé con el archivo fotográfico de la policía de la provincia en el que se registraba a lxs detenidxs en la D2 y en la Jefatura de Policía. En esa investigación, que realicé junto a Alejandro Frola, un día, en una caja que era de marzo del 76, tratando de buscar algún dato, me encontré con las fotos de Liliana, una profesora de cine muy querida”, cuenta Schäfer.

Al tiempo, cuando se reunió con la profesora para contarle con mucha precaución sobre el hallazgo de la imagen, ella le confirmó que, primero, había pasado por la jefatura y que, luego, la habían llevado a la D2, donde la torturaron. También mencionó que, en ese momento, ella no militaba en ninguna organización ni participaba de ningún tipo de actividad política dentro de la universidad, pero tenía una sospecha de quién podría haberla denunciado.

Sobre este relato, Schäfer agrega: “Ella me dijo que no tenía nada que ver y de lo único que sospechaba es de una vez cuando, estando a cargo de una materia, un estudiante se presentó a fin de año a firmar la libreta, pero no tenía notas y nunca había asistido a clases. Al expresarle que no podía firmar la libreta ni aprobarlo, cuenta que el tipo se puso como loco y le dijo un montón de cosas. A los dos meses de ese episodio, la secuestraron”.

La sospecha terminó de confirmarse cuando la profesora, cinco años más tarde de su secuestro, se enteró leyendo un diario de que el alumno con quien había tenido el conflicto trabajaba como fotógrafo para la policía. Ese dato llamó la atención de Schäfer, quien decidió seguir esa pista allá, por 2013, cuando comenzó con su otra investigación, para llegar así a descubrir que ese alumno fue el realizador de la película en cuestión -que, por recomendación del autor de la investigación, no será nombrada para no contribuir a su promoción-.

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La propaganda

La realización de esta producción no fue aislada, sino que se dio dentro de todo un proyecto comunicacional y publicitario que la dictadura montó como estrategia. Uno de los más conocidos y estudiados es el Mundial 78. Si bien el Ejército, para esa época, ya realizaba producciones audiovisuales para uso interno, como material de formación, la película de Menéndez tiene muchas particularidades. Con la universidad pública intervenida, el realizador consiguió cargos full como docente, quedando en sus manos el Departamento de Cine y Teatro, y, por ende, también todo el equipamiento a su disposición. Estando en ese lugar estratégico, llegó “el pedido” de Menéndez para realizar el film.


“Creo que lo singular en esta película es que se haya proyectado en el cine a comienzos de 1978, cuando estaba por cumplirse el tercer aniversario del Operativo Independencia, que se apropian de los equipos de la universidad para hacerlo. Lo que demuestra que era parte de un programa, de un plan propagandístico ideado, no es algo aislado o para uso interno como otras filmaciones», describe Schäfer.


Y agrega: “Quienes conocieron los pormenores del rodaje dicen que los militares tenían un guion de hierro que respetaron a rajatabla, otros dicen que toda la filmación fue improvisada. Sólo se tienen datos certeros de que el montaje se terminó de hacer en unos laboratorios de Buenos Aires muy prestigiosos, donde se hacían la mayoría de las películas argentinas”.

El Operativo Independencia fue ordenado el 5 febrero de 1975 por el ya debilitado gobierno de Isabel Perón, que envió al Ejército y la Fuerza Aérea a reprimir a los combatientes del ERP que estaban instalados en la selva tucumana. La trama de la película narra una batalla que se dio en ese contexto, en el Río Pueblo Viejo de Tucumán, el 14 de febrero de ese mismo año, donde un grupo de tareas “Chañi” de las Fuerzas Armadas atacó a la Compañía del Monte Ramón Rosa Jiménez, que eran parte del ERP. La historia tiene como protagonistas a tres militares que, en una excursión que hacen junto a sus tropas a un lugar llamado El Vivero hasta otro al que le dicen Las Compuertas, al regreso, deciden tomar otro camino donde dan con los combatientes de la compañía que estaban buscando agua. En ese tiroteo, mueren al menos dos revolucionarios y un militar.

La obra

En el recorrido de la muestra, conviven la información dura con representaciones que elabora el autor, en una propuesta lúdica que parte de datos certeros y concretos para que se pueda llegar a lo imaginario. Cada quien puede ir construyendo y armando su propia lectura; no hay una linealidad, sino que se invita a una recepción activa y pensante de quien la visita.

Cuando le pregunto a Schäfer sobre cómo abordó todo ese corpus, dice: “Trabajé sobre el periodo del 74 a principios del 78, que, si bien no lo explicito en la muestra, la elección se vincula con las fechas de las resoluciones en las que Menéndez hace el pedido a la universidad para que le dé la logística y material para filmar, las notas periodísticas que hablan sobre el Operativo Independencia, las denuncias que docentes de la época hacen por el vaciamiento de la carrera de Cine, la filmación de la película, el estreno en salas, solo por nombrar algo del material. La idea es que el espectador tenga que unir piezas sueltas”.

La muestra tiene una propuesta participativa, dice el autor, “si no sabés nada de esa parte de la historia, puede invitar a investigar un poco más. No lo presento como un tema cerrado, sino todo lo contrario, hay más preguntas que respuestas. Me parece interesante por el lado fotográfico, podemos pensarlo a nivel de fotografía documental, es interesante introducir la imaginación y la subjetividad de quién está contando como parte explícita de la obra”.

Siempre es interesante abordar la fotografía y la imagen desde una perspectiva que dé espacio al espectadorx para construir una mirada crítica, adentrarse en el recorte y en esas huellas para nutrir la memoria. Tratar de encontrar, en esos pedazos de tiempo, la capacidad de reflexión y entender de dónde venimos.

*Por Fernando Bordón para La tinta.

Palabras claves: Dictadura Cívico-Militar, Fotografía, Luciano Benjamín Menéndez

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