El Paseo Güemes y las imágenes del desarrollismo. Regeneración urbana, ¿para quién?

El Paseo Güemes y las imágenes del desarrollismo. Regeneración urbana, ¿para quién?
13 marzo, 2023 por Redacción La tinta

Quedó inaugurado el Paseo Güemes, donde funcionó la ex Cárcel de Encausados. En esta nota, la abogada e investigadora Sofía Pezzano analiza los efectos de este tipo de obras y, atinadamente, se pregunta sobre los significantes que se le asignan a los términos regeneración y revalorización. ¿Para quiénes está pensada la ciudad y a quiénes beneficia? La respuesta es excluyente e incómoda.

Por Sofía Pezzano para La tinta

El pasado viernes, se inauguró el Paseo Güemes, ubicado en el edificio donde se encontraba la ex Cárcel de Encausados, en barrio Güemes, en la ciudad de Córdoba. Desde el Gobierno de la Provincia, se festeja, como sostuvo el gobernador en Twitter, como un gran logro, un paseo que “pasa a ser una atracción turística más”, “significa la expansión de la zona comercial de Güemes y de mejores urbanizaciones”, y “un cambio importante para la vida de este sector”.

Veo las imágenes y no puedo dejar de pensar que a esta película ya la vimos y muchas veces. El parecido con muchos procesos de transformación urbana de barrio Alberdi, con la revalorización de la Costanera y con miles de otros procesos que modificaron enteramente la fisonomía de barrios en la ciudad es evidente. Me pregunto: ¿un gran logro para quién? ¿Cuáles son los sectores que se van a beneficiar de esta inversión pública? ¿Qué va a pasar con el barrio y con la gente que lo habita hace tanto tiempo?

Camino unas cuadras más y me encuentro con la ex Villa Pocito, desalojada para la construcción del megaemprendimiento inmobiliario “Pocito Social Life”. Unas cuadras más adelante, ya comienza la calle Belgrano con sus bares, tiendas boutique y cafés de especialidad. Además del parque que rodea el edificio de la ex Cárcel, se proyecta que el interior sea una continuidad del área comercial y del corredor gastronómico que inicia en esta calle. Pienso en quién podrá consumir todo eso, a quién está destinada la ciudad.


Si bien muchas veces son necesarias mejoras barriales y recuperaciones de zonas o edificios históricos, bajo el rótulo de las llamadas políticas de regeneración urbana, se agrupan una diversidad de políticas públicas que tienen como objetivo revalorizar zonas degradadas de la ciudad. El problema, muchas veces, es que las personas que viven en las zonas degradadas no son las mismas que las personas que estarán posibilitadas a habitar y, sobre todo, consumir en las zonas regeneradas.


Las posibilidades de habitar estas nuevas zonas se ven limitadas por diversos factores. Por un lado, está el factor económico: el efecto de estas inversiones públicas que buscan revalorizar la zona es una suba del precio del suelo y de los alquileres, lo que termina por expulsar a lxs habitantes y comienza un éxodo hacia espacios cada vez más alejados del centro de la ciudad, con las vulneraciones que esto trae en términos de accesibilidad, cercanía a lugares de trabajo, cambio de estilos de vida, pérdida del sentido barrial de pertenencia y ruptura de las redes de vecinxs –que muchas veces son también redes de cuidado–. Este tipo de inversiones son un pase libre para que el desarrollismo inmobiliario siga haciendo más proyectos como el de la ex Villa Pocito.

Por otro lado, otro factor que implica un claro impedimento a que ciertos sectores de la población habiten estas zonas regeneradas es la vigilancia y el control policial. En la medida en que aumentan los valores de un área de la ciudad, aumentan las cámaras de seguridad, los controles policiales, las rejas y la prohibición de acceso a quienes, por decisión ajena, dejaron de pertenecer a su barrio.

Si todo esto no parece suficiente, no perdamos de vista que, antes, allí se encontraba la Cárcel de Encausados. Ese penal fue escenario de diversos motines y revueltas que encabezaron los presos debido a las condiciones de hacinamiento en que se encontraban, y es un lugar con más de un siglo de historia, donde podría ser posible un ejercicio de memoria colectiva acerca de las violencias institucionales. Sin embargo, en palabras del gobernador, en Twitter: “Un lugar de pena y sufrimiento, lo transformamos en un lugar de encuentro, de disfrute de los vecinos, que agranda la ciudad…”. De nuevo: la pena y el sufrimiento era para unxs, el encuentro y el disfrute es para otrxs. La banalización de las condiciones que se viven en contextos de encierro y la comparación con el encuentro y el disfrute que genera pasear por un parque que pretende estar alrededor de un espacio donde se va a comprar, comer y beber es casi una tragicomedia.

Güemes es un barrio con problemáticas urbanas históricas que, hasta el día de hoy, no fueron solucionadas: la basura en la calle, las cloacas, las malas condiciones de calles y veredas, y las problemáticas habitacionales son solo algunos de los diversos conflictos que azotan al barrio. Esto lleva a cuestionar las prioridades de las inversiones para cuestiones urbanas. De nuevo, ¿qué significante se le asigna a los términos regeneración y revalorización?

Una vez más, se nos obliga a poner en agenda las preguntas por el sentido del habitar, por cómo queremos que sea la ciudad en la que vivimos y por dónde queremos vivir. Claramente, los espacios verdes y parques son necesarios, pero es también importante analizar todas las consecuencias que puede tener una transformación de este tipo y los objetivos sumergidos que no son explicitados al momento de justificar las inversiones públicas. Las políticas urbanas deberían ser diseñadas y ejecutadas de manera participativa, poniendo al alcance de lxs vecinxs y habitantes toda la información pública disponible e instrumentos y herramientas que permitan una real incidencia en las decisiones. De otra manera, la ciudad va a seguir expulsando a sus habitantes y convirtiéndose en un lugar para el consumo turístico, inaccesible para quienes la habitamos cotidianamente.

*Por Sofía Pezzano, abogada, docente y becaria doctoral CONICET / Foto de portada: A/D.

Palabras claves: cordoba, negocio inmobiliario, Paseo Guemes, reurbanización

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