Snacks de frutas y cannabis
Investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste y el CONICET comenzaron a trabajar en el desarrollo de un producto alimenticio que contenga extractos de cannabidiol. Además, buscan ser un grupo de referencia que pueda generar conocimiento en el área y dar respuesta a quienes cultivan de forma artesanal con fines medicinales.
Por Nadia Luna para Agencia TSS
A fines del 2020, en la Argentina se aprobó la nueva reglamentación para la Ley 27.350, que regula el uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Esta nueva normativa busca compensar un poco las limitaciones que tienen la ley (sancionada en 2017) y su primera reglamentación, ya que la falta de claridad en algunos aspectos seguía dificultando el acceso al cultivo tanto a usuarios como a investigadores.
Entre las mejoras que trajo este avance legal, se autorizó el autocultivo de cannabis con fines medicinales, se amplió su utilización más allá de la epilepsia refractaria y se buscó fomentar la investigación científica y la producción pública. Sin embargo, estos avances de la sociedad también plantean nuevas demandas. Para muchos usuarios que cultivan de forma artesanal, es difícil saber si los aceites de cannabis que preparan tienen las cantidades adecuadas de los diversos componentes de la planta.
Por eso, desde el ámbito universitario, también están surgiendo nuevos proyectos que buscan responder esa demanda y proveer productos y conocimientos de calidad a quienes necesitan de los efectos terapéuticos y medicinales del cannabis. En este marco, investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el CONICET comenzaron a trabajar en un proyecto para desarrollar un snack a base de frutilla y mango con extractos de cannabidiol (CBD), uno de los componentes con propiedades medicinales del cannabis.
“Apuntamos a obtener un producto de calidad, con buenas características organolépticas, pero recién estamos empezando y sabemos que eso va a llevar tiempo. Por eso, nuestro objetivo inicial es formar en la universidad un grupo de referencia y de consulta en este tema. Creemos que la universidad tiene que estar preparada para dar respuesta y colaborar con la sociedad para mejorar la calidad de lo que consume. También queremos generar conocimiento en el área para que luego se deriven otras líneas de investigación referidas a cannabis”, cuenta a TSS la doctora Sonia Sgroppo, directora del proyecto.
La idea surgió de dos vertientes. Por un lado, el equipo de Sgroppo viene investigando desde hace varios años en la elaboración y mejora de compuestos alimenticios a base de productos vegetales. Entre ellos, estaban trabajando en la elaboración de snacks de mango criollo, un fruto característico del nordeste argentino (NEA). Por otro lado, les llegó una consulta de integrantes de la Asociación Cannábica de Corrientes, que querían cuantificar mejor las cantidades de los extractos de cannabidiol utilizados en el aceite elaborado por ellos.
Al analizar las muestras, los investigadores vieron composiciones muy diversas, algunas con más THC (compuesto psicoactivo de la planta) que CBD, por lo que decidieron avanzar en la conformación de un equipo de investigación que pudiera producir conocimiento y asesoramiento en la temática. Luego, cruzaron esa necesidad con el desarrollo de los snacks de mango y pensaron en la posibilidad de elaborar un producto que contenga alto contenido de CBD y bajo o nulo contenido de THC.
“Hoy suele consumirse aceite de cannabis en forma de gotas. En este caso, brindaríamos un producto con buen sabor, buen aroma y alto contenido de CBD. En este momento, estamos trabajando en la etapa de preparación de la muestra. Esto incluye extracción de los componentes, la separación de los mismos y la concentración del CBD. Más adelante, pasaremos a la parte de adición al snack”, explica Sgroppo. Junto a ella, también son responsables del equipo los investigadores Ana Torres, del área de Toxicología, y Mario Delfino, especialista en control de calidad y desarrollo analítico de medicamentos.
Otras ventajas de plantear la elaboración de este snack tienen que ver con favorecer el desarrollo de las economías regionales y aprovechar la producción excedente de frutas, que muchas veces termina generando desperdicios. “El mango criollo tiene un muy buen sabor, pero es altamente fibroso. Es por ello que muchas personas no lo consumen y, en los meses de verano, se forman montañas de frutos de mango, que afectan al suelo y al ambiente. Por otro lado, tanto Chaco como Corrientes son zonas productoras de frutilla, pero no siempre los frutos alcanzan las características de calidad requeridas por el mercado. La idea es aprovechar esos frutos”, indica la investigadora. “El cultivo de cannabis también tiene alto potencial de desarrollo en la región. Ya hay empresas que están trabajando en la extracción de semillas”, agrega.
Algunas propiedades benéficas de los cannabinoides son que tienen efectos positivos ante el dolor, así como efectos antiinflamatorios, antihipertensivos y antimicrobianos. También tienen buenos resultados para afecciones diversas, como epilepsia refractaria, esclerosis múltiple, Alzheimer y Parkinson, entre otras. De todos modos, a pesar de los avances legislativos, para los investigadores aún no resulta tan sencillo trabajar en estos temas.
“Las regulaciones todavía no están muy claras y se van modificando permanentemente. También sigue siendo un tema sensible para la comunidad. Para poder acceder a los cultivos, estamos en tratativas con una empresa de Corrientes que tiene habilitación para realizar las plantaciones y también estamos conversando con el gobierno de la provincia. Aparte, tenemos la provisión de la Asociación Cannábica Correntina que, para estas primeras etapas en las que no necesitamos grandes cantidades, es útil”, cuenta Sgroppo.
La investigadora aclara que el consumo de alimentos de cannabis aún no está habilitado en nuestro país y que es algo bastante nuevo en el mundo. “Las autorizaciones van a llevar algún tiempo, pero nuestra idea es que podamos ir estudiando y avanzando en el conocimiento para que, llegado el momento, el producto pueda estar disponible para quien lo precise”, explica. De todos modos, vuelve a remarcar que el proyecto se encuentra recién en la etapa inicial de investigación.
Para los próximos meses, el objetivo de los investigadores es lograr las condiciones óptimas de extracción y concentración de CBD. “Esperamos que, para fin de año, podamos empezar con la incorporación del extracto a los snacks y comenzar con los estudios de estabilidad y de las características organolépticas. Además, presentamos un proyecto de extensión para hacer actividades con la comunidad respecto a la manipulación y preparación de los extractos”, finalizó Sgroppo.
*Por Nadia Luna para Agencia TSS / Imagen de portada: A/D.