Se lanzó la Mesa por el salario básico universal en Córdoba
La semana pasada -en la sede de ADIUC-, diferentes organizaciones, sindicatos y centros de estudio lanzaron la iniciativa que apunta a transformar el trabajo en derechos, construyendo consensos sociales para revertir el persistente y profundo deterioro en la calidad de vida de millones de argentinxs, a pesar de los datos que exhiben una recuperación económica general. Un debate necesario para una medida urgente.
Por Redacción La tinta
“Desde comienzos de 2021, las restricciones sanitarias por la pandemia COVID-19 comenzaron a relajarse, algunos indicadores macroeconómicos mostraron una recuperación en relación al 2020 e, incluso, a 2019. La actividad económica en general creció 10%, la actividad industrial 17% y las exportaciones treparon un 8%. Pero la pretendida recuperación no fue igual para todxs. Los ‘otros datos de la economía’, minimizados como variables secundarias en la expresión ‘datos sociales’, mostraron un franco deterioro que continúa los iniciados a partir de 2016 y que se profundizaron en 2020. La pobreza trepó hasta el 42%, la indigencia hasta el 10% y la desigualdad de ingresos continuó su crecimiento. De esta forma, independientemente de la pandemia, el impacto fue desigual en la incipiente recuperación para todxs”. Así comienza el documento presentado y trabajado en la Mesa por el salario universal que tuvo lugar en la sede de ADIUC la semana pasada y que, se espera, pueda tener continuidad e impacto en los tiempos por venir.
El docente y militante de Nuestra América Córdoba (del Frente Patria Grande), Nahuel Quiroz, habló con La tinta y expresó que la Mesa tuvo buena convocatoria. “Estamos muy contentxs con lo que pasó. La iniciativa nace para comenzar a darle volumen político a la medida y por eso se convocó a organizaciones sociales, sindicatos y centros de estudios a participar de una charla en la cual buscamos que cada estructura pudiera, de alguna forma, compartir su mirada analizando lo que podría llegar a ser e impactar un salario así en nuestra sociedad”.
En el documento trabajado, se informa que hoy, en nuestro país, más de 3 millones de argentinxs trabajan en la economía popular y aproximadamente 3 millones más lo hacen en relación de dependencia esporádica, intermitente, precaria, sin acceso a derechos. “Estos nuevos trabajadorxs comparten entre sí la posición de desigualdad en ingresos y acceso a derechos, y la pauperización paulatina y persistente pese a poseer aquello que, supuestamente, es la medicina adecuada a los males sociales: el trabajo. Esta situación reclama que pensemos una nueva institucionalidad de la protección y seguridad social que: desenganche los derechos del empleo asalariado como fuente de atribución de la intervención social; reconozca derechos a las nuevas/viejas formas de trabajo y coloque en el centro a las desigualdades de género en el marco de una redefinición de los sentidos del trabajo”, se expone con claridad.
“Para eso, es necesario promover una Nueva Institucionalidad de protección del trabajo que articule las clásicas del trabajo asalariado con las contingencias sociales propias de los ciclos contractivos de la economía, con el reconocimiento del cuidado como forma creadora de creadores de valor social a través de un sistema único y universal de protección social mediante la implementación del Salario Básico Universal”, agregan en la publicación.
Quienes convocaron y participaron de la mesa saben que es un debate polémico. “Si bien hay consenso en que se debería implementar un salario básico y universal, por las condiciones de informalidad y la alta línea de pobreza e indigencia que hay hoy en nuestro país en este contexto de crisis, de recesión y de futura crisis por el acuerdo expectante con el FMI, las miradas son distintas cuando hay que pensar cómo se encuadra políticamente, cómo se implementa o a qué sectores les corresponderá, así como a la hora de pensar desde qué perspectivas o cómo se financiaría”, explica Quiroz y hace hincapié en que la importancia de una Mesa que nazca en Córdoba -e impacte en otros lugares- es ir dándole volumen político y construirla desde los distintos aportes de cada experiencia organizativa y desde las miradas técnico-políticas de cada sector.
Quiroz comparte que los ejes de acuerdo que surgieron de la Mesa fueron: reforzar el reconocimiento de las tareas de cuidado, insistir en el paso de una política universalizada a una política focalizada, buscar la recuperación de poder adquisitivo y un piso de negociación salarial, intensificar el reconocimiento laboral del cuentapropismo y buscar una política colaborativa multisectorial de pensar medidas de ingresos. El debate y la conformación de la Mesa es necesaria, pero recién comienza y deberá ir afianzándose en nuestra provincia para poder empujar una medida que es clave para el futuro de muchxs argentinxs.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: La tinta.