«La continuidad de la pandemia depende de que sostengamos los cuidados”
¿Ya pasó lo peor y estamos entrando a un escenario post pandémico? ¿Podemos retroceder? ¿Y la Delta? Como siempre, para despejar algunas ideas, volvemos a nuestro especialista de cabecera, el Rodri Quiroga. Tenemos mejores indicadores que delinean la situación epidemiológica. Esa noticia, junto con la primavera, nos trajo un poco de alivio, a la vez que una batalla de sentidos por las nuevas medidas. Warning, no estamos en un escenario post pandémico, creer eso y relajarnos puede implicar la marcha atrás, como pasó en otros países.
Por Redacción La tinta
La semana pasada, en medio de la vorágine que implica vivir entre la sobreinformación y la desinformación propalada desde las redes, se anunciaron nuevas medidas de flexibilización desde el Gobierno nacional. Con la evaluación de la situación epidemiológica que vive la Argentina, pasamos a una nueva etapa. Algunas provincias, incluida la nuestra, ni bien se conoció la medida nacional, expresaron que no iban a adherir en forma inmediata a una de las disposiciones: la de no usar el barbijo, desde octubre, en lugares abiertos y sin conglomerado de personas. Las interpretaciones y sentidos puestos en juego fueron muchos, y, cada vez, se va picando más, en medio de un contexto de disputas políticas y culturales.
El trending topic vinculó directamente las medidas anunciadas como parte del escenario post derrota electoral del Frente de Todxs. Rápidamente, un discurso opositor empezó a resonar y, de pronto, una inusitada militancia desde algunos sectores por el uso del barbijo sorprendió a muches. La pluralidad de opiniones y sensaciones recorre vertiginosamente las redes y muchas veces resulta agotadora. Tener a mano datos sin malas intenciones y filtrar info resulta una aventura vital.
Conversamos con el Rodri Quiroga, bioinformático, docente en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e investigador asistente de CONICET. “La situación epidemiológica de la provincia, al igual que todo el país, es muy buena. El número de internados está en alrededor de 1.500 personas, cuando en un momento llegamos cerca de los 9.000. Es la mejor situación que hemos tenido en más de un año y esto es muy alentador. Es importante remarcar que, justamente, tener una buena situación epidemiológica es lo que permite tomar nuevas medidas intentado normalizar un poco la actividad social e ir levantando ciertas restricciones de manera gradual y paulatina, que no impliquen un gran riesgo”, detalla.
Para conocer las medidas dispuestas por el Gobierno provincial desde el 27 de septiembre y a evaluar en 14 días, consultá acá.
En la provincia, hace más de 10 semanas que la curva de casos, internados y fallecimientos es descendente. ¿Cómo llegamos a esta situación cuando, hace unos meses, teníamos los peores números? “En primer lugar, porque nos hemos cuidado mucho y eso hay que protegerlo para que no tengamos que dar marcha atrás. Tenemos una baja significativa y constante, tuvimos muchas personas infectadas y esto genera una respuesta inmune, además de las muchísimas vacunas aplicadas. A su vez, se suma que no tenemos un gran número de casos por la variante Delta. Las restricciones a los vuelos y los mayores controles del aislamiento de las personas que regresaban al país fueron clave para que hoy tengamos pocos casos por dicha variante. En los países vecinos donde no se tomaron buenas medidas de frontera, como es el caso de Brasil y Chile, vemos una situación distinta a la nuestra. En Brasil, actualmente, la variante Delta está produciendo más del 80% de los casos y, en el caso de Chile, en estos últimos días, parecen estar empezando aumentar los casos”, explicó el especialista.
Sostener los cuidados y no habilitar actividades que impliquen un aumento del riesgo de contagio es clave mientras se continúa el avance de la vacunación. “El mensaje que tenemos que repetir, mientras las cosas sigan como están, es que se ha mejorado mucho gracias a los sacrificios y el trabajo que hemos hecho. Por eso, se puede empezar paulatinamente a relajar restricciones y retomar la vida social. Sosteniendo los cuidados básicos, en particular, cuando estamos en espacios cerrados y siempre el uso de barbijo es una manera de reducir riesgos. Siempre”.
¿Es importante cómo se comunican las medidas en un constante picadero social? Sí, son importantes las nuevas narrativas que necesitamos para lo que viene. La pandemia dejó muchos muertos y personas en situaciones de pobreza, y nada garantiza lo que viene. El anuncio sobre dejar de usar el barbijo al aire libre y sin aglomeración de gente es ipso facto algo que ya venía pasando. Sobre esto, el especialista aclara que ese anuncio puntualmente no es un cambio rotundo, la mayoría de las personas que utilizaba barbijo y se cuidaba no lo hacía cuando estaba al aire libre sin gente o con su burbuja. El barbijo es obligatorio para todo el resto de las actividades. No hay otra, chiques.
“Estamos mejor, pero la pandemia no pasó. Corremos el riesgo de que se amplifique un mensaje de fin de la pandemia, que nos relajemos por demás y tengamos problemas pronto. Eso implicaría dar marcha atrás con las medidas, que es exactamente lo que pasó en muchísimos países europeos, en Estados Unidos o Israel. La continuidad de la pandemia depende justamente un poco de que sostengamos los cuidados”, expresó con muchísima claridad Quiroga.
El autocuidado y el cuidado colectivo, por sobre todo, como una forma de poner en el centro la vida, es una de las cosas que nos vino a mostrar -a la fuerza y dolorosamente- la pandemia. Si en otros países se tomaron medidas similares, con mismos indicadores epidemiológicos, ¿por qué acá no? Pero también, quienes se relajaron, volvieron para atrás. ¿Quién no quiere olvidarse de la pandemia? Dejar atrás esta realidad que, hasta por momentos, resultó distópica. Pero olvidarnos o ser negacionistas no hace más que poner en riesgo lo conseguido hasta acá. “Pretender dejarla atrás en realidad y paradójicamente nos lleve probablemente a volver a tener problemas y no poder seguir avanzando hacia una vida más ‘normal’”, dice Rodri, aunque quizá no como la que teníamos antes. Nadie puede augurar pronósticos. Y está claro que necesitamos nuevas palabras y metáforas para no caer en conductas regidas por la angustia o el triunfalismo.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: TSS.