Perfil de nutrientes: la clave en el debate por el Etiquetado Frontal
Por Guido Lautaro Padin para InterNos
La Cámara de Senadores dio media sanción este jueves por amplia mayoría a Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, que fija pautas para una alimentación saludable y establece la colocación de una serie de sellos en los envases de alimentos con altos contenidos de sodio, azúcares, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
Como contamos en este artículo, el sistema gráfico elegido es el de Advertencia: un rotulado de sello negro y letras blancas, octogonal, que marca el «Exceso de» (puede variar según el país, en algunos casos, marca «Alto en») nutrientes críticos como sal, grasas y azúcares en el frente de los envases.
Según la evidencia acumulada a nivel nacional e internacional, este sistema facilita la interpretación de las etiquetas en una menor cantidad de tiempo y ayuda a modificar el perfil de compra. Es decir, garantiza al consumidor información clara, simple y precisa para tomar decisiones más saludables frente a las góndolas.
El proyecto ahora pasa para su discusión a la Cámara de Diputados. La principal oposición a este sistema es de la industria alimentaria, quien considera que los sellos negros “demonizan” a los productos. Sin embargo, el gran consenso que alcanzó la normativa en todo el arco político permite imaginar que el sistema gráfico de advertencia tiene serias chances de ser aprobado.
Una de las claves en el recinto será la discusión sobre el perfil de nutrientes a utilizarse. El texto original señala al modelo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como el ideal para informar y proteger a los consumidores por su rigurosidad a la hora de evaluar la cantidad de nutrientes críticos en los alimentos. Sin embargo, la industria buscará introducir modificaciones para aplicar un modelo alternativo y evitar, de esta manera, que ciertos productos ultraprocesados y bebidas tengan que utilizar los octógonos negros. Esto, además, les permitiría escapar a otras regulaciones de la ley, como las restricciones para publicitar sus alimentos en medios de comunicación o la prohibición de su venta en ámbitos educativos.
Para entender mejor lo que está en juego, conversamos con Sebastián Laspiur, consultor nacional de Enfermedades Crónicas No Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
—¿Por qué el perfil de nutrientes elegido para el Etiquetado Frontal puede ser determinante en la eficacia de la ley?
—Porque determina cuál va a ser el criterio para que las empresas incorporen las etiquetas, cuáles van a ser los excesos a señalar. En este sentido, la OPS creó, en 2016, un perfil de nutrientes que tiene en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto a cuáles son los niveles de nutrientes críticos, calculado sobre el total de calorías diarias, que generan perjuicios a la salud. El objetivo fue facilitar la tarea de los Estados a la hora de discutir estas normativas. Se realizó a través de una consulta con los principales expertos internacionales en el tema, todos ellos libres de conflicto de interés.
—¿Y cómo se compone ese criterio?
—En azúcares, el modelo establece que, si un alimento posee más del 10% total de energía proveniente de azúcares libres, debería llevar el octógono que marca exceso. Es decir: si un producto tiene 100 calorías y 20 provienen de estos azúcares, debería llevar el rótulo. En relación al sodio, si el producto posee más de 1 miligramo de sodio por caloría, también se aplica el rótulo. Por ejemplo: si el producto posee 100 calorías y, al mismo tiempo, tiene más de 100 miligramos de sodio en su composición, debe llevar el octágono. Con las grasas, si el producto lleva más del 30% total de su energía proveniente de estas, aplica el sello. Y en el caso de las grasas saturadas, se incorpora la advertencia si ese porcentaje está por encima del 10%.
¿Comprarías alimentos y bebidas sin verlos? Hoy lo estás haciendo.
En el @SenadoArgentina mañana se trata el proyecto de Ley de Alimentación Saludable, por eso es muy importante la #LeyDeEtiquetadoYa para combatir la obesidad infantil.@UNICEFargentina @FAOArgentina pic.twitter.com/xP5BcCXoU4— OPS/OMS Argentina (@opsargentina) October 28, 2020
En Argentina, la malnutrición relacionada al consumo de ultraprocesados está generando más de 140.000 muertes al año. La evidencia marca que su ingesta sostenida en el tiempo deriva en enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad y algunos tipos de cánceres relacionados a estos patrones alimentarios. Las dietas han cambiado y la presencia de estos productos procesados desplazó en gran medida al consumo de alimentos frescos. Para muestra, basta un botón: actualmente, un argentino promedio come solo 200 gramos de frutas y verduras al día, menos de la mitad de lo recomendado por la OMS.
—¿Por qué la industria prefiere evitar este perfil de nutrientes?
—Porque es el más exigente. Donde más se nota esto es en las bebidas azucaradas, que, por otro lado, son las que están motorizando la epidemia de obesidad y sobrepeso. La cantidad de nutrientes críticos permitidos se calcula sobre la base calórica del consumo de una persona. En una bebida azucarada, el total de las calorías proviene del azúcar; no tiene otras fuentes calóricas. Entonces, la empresa puede reducirla en un 50% o un 80%, pero el total de las calorías de ese producto seguirá siendo pura y exclusivamente azúcar. Eso desequilibra cualquier dieta. No es lo mismo que vos incorpores esas calorías con una manzana, que además de azúcar tiene fibras, vitamina y genera saciedad. Por eso, el perfil de nutrientes de OPS es el que más protege la salud pública. Es el que tiene los límites establecidos de forma tal que cualquier riesgo es identificado y advertido.
—Es el más sensible para marcar excesos.
—Sí. Hay otros modelos más flexibles. Pero, ¿cuál es el riesgo? Que aparezcan productos con exceso de azúcar, por ejemplo, y que el perfil no los alcance. El consumidor no se entera nunca de lo que está comiendo o tomando.
—Eso es un poco lo que está ocurriendo hoy.
—Una cosa es que la población utilice sal y azúcares mientras cocina, donde sabe lo que le está agregando a sus alimentos, y otra es que estos nutrientes estén ocultos al interior de los envases. La normativa lo que hace es visibilizarlos para que la gente decida con libertad. Nadie está prohibiendo su consumo, solo se facilita el acceso a la información.
—¿Qué otros perfiles de nutrientes existen?
—Está el modelo chileno, que estuvo armado de cero porque, en ese entonces, no existía el perfil de nutrientes de OPS. También Reino Unido tiene su propio modelo. Hay varios en todo el mundo, en algunos casos, con fuerte presencia de la industria. Por eso, es importante que Argentina se retroalimente de las experiencias en la región. Perú, Uruguay y recientemente México han tomado el perfil de nutrientes de OPS. La ley mexicana es la más completa al momento.
Un informe elaborado en conjunto por la Federación Nacional de Graduados en Nutrición (FAGRAN) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) señala que solo el 30% del azúcar que consumimos es de mesa; el 70% restante es azúcar oculta en productos ultraprocesados. Algunos estudios señalan que el 40% de ese consumo proviene de bebidas azucaradas.
—El perfil de OPS incorpora otras regulaciones que complementan al sistema de Advertencia.
—Así es. Los ultraprocesados que lleven el octágono negro no podrán neutralizar su impacto con dibujos, personajes infantiles o claims nutricionales que confundan y distraigan la atención de los consumidores, como, por ejemplo, la frase “alto en vitaminas”. Otro punto fundamental es que no podrán hacer publicidad dirigida a niños y que, cuando la misma sea para público general, deberá incorporar los octágonos negros en los zócalos. Por otro lado, el Estado no podrá realizar compras públicas de estos productos. Y se sumará la leyenda “contiene edulcorantes no recomendado a niños” por fuera del octágono, en el caso que corresponda.
—Finalmente, se consensuó que el etiquetado a utilizar sea el de Advertencia. ¿Por qué se señala que es el más simple para su interpretación?
—Mirá, en otros países, se ha intentado evitar que estas normas salgan. Y que, si salen, sea con un etiquetado que la gente no entienda. Por ejemplo, el NutriScore francés o el Semáforo. El sistema de Semáforo puede hacer que una bebida azucarada tenga un color rojo para el azúcar, pero dos líneas verdes por su baja cantidad de sal o grasa. Efectivamente, no tiene otros nutrientes que no sean azúcar. Pero el consumidor, al ver dos marcas verdes y una sola en rojo, puede llegar a pensar que ese producto no es tan nocivo para su salud. En cambio, los sellos negros han demostrado ser los más efectivos para cambiar el perfil de compra. Si uno intenta poner más colores o información, se pierde la eficacia.
—Argentina ha tenido muchos proyectos truncos de Etiquetado Frontal, pero, en esta oportunidad, parece que existe la voluntad política de aprobarlo. ¿Qué expectativas tiene al respecto?
—Yo creo que es una gran ley para empezar a diferenciar cuáles son los alimentos verdaderos, frescos, la comida casera. También es una ley para que la producción regional de alimentos tenga una competencia más leal. Por los precios, hoy el productor de naranjas no puede competir frente a un polvito sabor naranja que, en realidad, no tiene nada de la fruta, solo edulcorantes, colorantes y saborizantes artificiales. Esos productos tienen características adictivas, no aportan saciedad, deforman el paladar del consumidor y desplazan a las comidas locales. Por eso, esta ley es una herramienta para cambiar algunas normas del juego del sistema alimentario.
*Por Guido Lautaro Padin para InterNos / Imagen de portada: A/D.