Las mineras vienen (y siguen) danzando – Parte 2
San Juan, Catamarca y La Rioja son tres provincias cordilleranas donde los intereses de las corporaciones mineras transnacionales y del gobierno nacional no encuentran frenos en medio del aislamiento social obligatorio. Tras la decisión administrativa 450/2020 que considera a la minería como una actividad esencial, actualizamos la situación de la actividad minera en cada una de estas provincias, con el testimonio de asambleístas entrevistadas.
Por Débora Cerutti para La tinta
I.
¿Qué es una actividad esencial para este gobierno? San Juan estableció, el 6 de abril, la vuelta al trabajo para la actividad minera, frenada y paralizada parcialmente por el Covid-19. Un cronograma gradual con los protocolos nacionales para los proyectos Veladero y Gualcamayo fue coordinado entre empresarios, gremios y empresas operadoras.
El parate temporal del sector minero provincial sanjuanino, donde se encuentra emplazada la Barrick Gold en plena cordillera, no impidió que, el 20 de marzo de este año, con aislamiento social obligatorio ya decretado en todo el país, San Juan buscara inversores en Canadá y que el resultado fuera “con el mejor índice de atracción de su historia”. Esto es medido por el Índice Fraser, estudio que analiza condiciones políticas y jurídicas para determinar las zonas más atractivas para invertir y también aquellas que son consideradas poco recomendables, como Mendoza. Vale recordar las masivas movilizaciones callejeras en defensa de la 7722, en el diciembre pasado.
En Toronto, la comitiva liderada por el Secretario de Minería de la Nación, Alberto Hensel, mostró los destinos favorables. Cabe destacar que cada provincia es evaluada por separado; con lo que respecta a San Juan, es considerada el segundo mejor distrito de Latinoamérica para invertir, lo que fue visto con buenos ojos por los 2.500 inversores de 132 países que participaron de las exposiciones realizadas en la mayor feria minera del mundo en esta cuarentena global.
II.
Un empeñarse en sostener las trincheras de resistencia, mientras hicieron volar por los aires glaciares y nieves (ya no eternas) para construir el camino a Veladero y Pascua Lama: esa fue la tarea de años de las asambleas socioambientales en San Juan. Mientras escribo esto, recuerdo una frase de Freddy, ex trabajador minero, oriundo del pueblo de Iglesia, allá cerquita del emprendimiento Veladero: “Como acá nadie sabía qué lo que era cielo abierto, quién se lo va imaginar. Nadie puede ser adivino. Ellos, desde un principio, han escondido todo”.
Vuelvo a sentir la rabia de la Silvi diciendo que, en San Juan, ganaron y repitiendo “están ahí, ya están”, cuando la visité en Jáchal en el año 2014. Aquella vez, prendió un cigarrillo, puso el mate sobre la mesa y comenzó a contarme lo que es vivir en el núcleo duro de la minería a cielo abierto en Argentina. Papeles, fotografías, escritos a mano con fechas viejas y titulares de diarios, fotocopias de documentos silenciados que indicaban que la Barrick contaminaba y lo sabía.
Hoy, vuelvo a escuchar a Silvi por teléfono, en medio de esta extendida cuarentena. Su voz me confirma que, aunque pasaron casi dos décadas y las mineras siguen ahí, ellas también siguen ahí, de pie en el territorio. Silvi sabe que, tras el decreto presidencial que declara la actividad minera como esencial para la economía del país, las mineras siguen más activas que nunca y que cuentan con un respaldo gubernamental que establece la vía libre para las prospecciones y exploraciones de decenas de proyectos de oro, cobre, uranio: “La situación actual minera en nuestra provincia sigue viento en popa. Acá, nada ha pasado”.
A partir de la declaración de las medidas de encierro, la Carpa de la resistencia, instalada de manera permanente en la plaza del pueblo por la Asamblea en defensa del agua de Jáchal, también se vio obligada a entrar en cuarentena: “Si bien la carpa sigue instalada en la plaza central desde el año 2015, hoy está vacía. Cuando esto se levante, vamos a volver porque seguimos en la lucha. Estamos en eso”, afirma Silvi.
III.
Yamana Gold Inc., Glencore International AG, y Goldcorp Inc. anunciaron, el año pasado, la firma de un acuerdo de integración en virtud del cual se desarrollará y operará el proyecto de Agua Rica, utilizando la infraestructura y las instalaciones existentes de Bajo La Alumbrera en la provincia de Catamarca.
Agua Rica supera tres veces la magnitud de La Alumbrera y fue frenado por la lucha de un pueblo que ya sufrió las consecuencias de la minería a cielo abierto desde mediados de la década del noventa y que ha realizado cientos de acciones para decir “no tienen la licencia social para operar”.
Las compañías creen que la integración del proyecto Agua Rica y la mina Alumbrera (el denominado “Proyecto Integrado”) tiene la ventaja de la proximidad física y la posibilidad de utilizar la infraestructura para la extracción de oro, plata y molibdeno: una vida útil de más de un cuarto de siglo, con una producción anual promedio de aproximadamente 236.000 toneladas de cobre, además de los metales ya nombrados, sólo durante los primeros 10 años de operación.
IV.
“Agua Rica, por más que la empresa hace aparecer que ya comienza, está lejos”, me dice Rosita de la Asamblea y Radio El Algarrobo. Y continúa expresando: “Lo real es que tienen que pasar por etapas: tenemos una Ordenanza que prohíbe la actividad minera en las nacientes de la cuenca del río nuestro. Logramos que la Corte Suprema de Justicia declarara, en el 2016, que Agua Rica tenga que hacer otro Informe de Impacto Ambiental. Y, además, tienen que hacer un nuevo trato con la Universidad de Tucumán y esta, ya en noviembre del año pasado, les dice que no”.
Catamarca tiene la particularidad de ser el único caso donde ocurre un tipo de unión transitoria para la explotación de un proyecto: la presencia de una universidad (la de Tucumán), un gobierno provincial y una transnacional que forman Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD) y que obtuvo los derechos de exploración y, posteriormente, de explotación de Bajo La Alumbrera.
Desde la Asamblea El Algarrobo, denunciaron que, en Andalgalá, uno de los pueblos más cercanos al proyecto Agua Rica, está la Fundación Ecoconciencia operando junto a Rodolfo Tarraubella a favor de las mineras. Estrategias renovadas para entrar en las comunidades que resisten la avanzada del extractivismo.
En julio de 2017, Catamarca había firmado con una agencia de las Naciones Unidas un convenio de cooperación y asesoría para el desarrollo de estrategias de finanzas verdes y proyectos de energía renovables en la provincia. El acuerdo había sido rubricado por el ministro de Producción y Desarrollo de Catamarca, Raúl Chico, y el secretario de Sustentabilidad y Finanzas Climáticas de la agencia de Naciones Unidas CIFAL Argentina: el mismísimo Rodolfo Tarraubella.
Mientras, la palabra litio retumba entre los cerros. Y se mezcla con las palabras del fondo Breakthrough Energy Ventures, dirigido por Bill Gates, quien anunció que parte de su fortuna irá a la extracción de lo que ellos llaman el ‘oro blanco’: Lilac Solutions y una inversión de 20 millones de dólares en el proyecto de salmuera de litio Kachi, en el departamento de Antofagasta.
V.
La Secretaría de Minería de La Rioja autorizó proyectos mineros en Chepes y Ulapes, según se desprende de las publicaciones efectuadas en los boletines oficiales de la Provincia de La Rioja de junio y agosto de 2019. Esto provocó que las asambleas riojanas volvieran a movilizarse durante los meses pasados (siempre en estado de alerta), en rechazo a las políticas extractivistas. Hasta ahora, que la situación pandémica nos obliga a pensar nuevas estrategias de visibilizar lo que está pasando en estos territorios durante la cuarentena.
El denominado proyecto Chepes Gold está a cargo de la empresa Ultra Argentina, una firma subsidiaria de la canadiense Ultra Resources (ex Ultra Lithium) y la china Yunnan Ling Le Mining, quienes firmaron una carta de intenciones para explotar oro, según denunció la Asamblea Riojana Capital (Regional Cuyo Noa UAC). Además, informó que, en la página web de la empresa canadiense Ultra Resources, se habla de la adquisición de un total de tres licencias de exploración y trece de extracción de oro en el área de Chepes.
VI.
“El problema es que, como no estamos pudiendo salir de nuestras casas, no podemos saber lo que está pasando. Los medios no hablan de esto. Por supuesto que estamos seguras que esta cuarentena lo que hace es profundizar el modelo extractivista, que viene por los derechos civiles y estamos muy preocupados por esa situación”, me dice Jeny al teléfono.
Ella pertenece a la Asamblea por la vida de Chilecito, La Rioja, y está en comunicación con compañerxs de distintos territorios de la provincia cordillerana: “Lo que sí sabemos es que, por Famatina, no están pasando; por Las talas, tampoco y por Guanchín, tampoco. No hay minería en la zona de Chilecito y Famatina”.
Continúa, sí, la circulación de sustancias e insumos mineros por las rutas sin complicaciones debido al decreto presidencial: “Siguen con sus labores o más aún, porque a nosotros se nos complica mucho el control. También, en Guandacol (pueblo riojano cercano al emprendimiento Gualcamayo, San Juan), los mineros siguen haciendo lo que siempre hacen, bajan al pueblo y se juntan a tomar, y, para ellos, no hay prohibiciones. La policía hace la vista gorda”, manifestó Jeny.
En Chepes, la situación es terrible, continúa diciéndome. Tras el anuncio de los dos proyectos, algunos camiones comenzaron a circular previo a la cuarentena. Y ahora, tras el decreto presidencial vinculado a las actividades extractivas, la presencia de camiones mineros por la ruta que atraviesa esta localidad continúa.
VII.
Poner el cuerpo aparece como una disrupción territorial que representa poner en juego ideales y convicciones, subjetividades que se van construyendo colectivamente y cuyo núcleo es la oposición a un modelo de desarrollo extractivo.
Poner el cuerpo es, también, pararse en medio de la ruta frente a camiones de gran porte, recibir los golpes de la policía, el frío en los cortes de caminos, compartir acampes a la vera de la ruta haciendo guardias de noche. Es impedir, retrasar, frustrar los planes de las corporaciones y los gobiernos de turno, aún sabiendo que tienen todo el tiempo del mundo para esperar. O, quizás, no lo tienen y allí está nuestra fuerza también. Poner el cuerpo en este contexto de aislamientos, pandemia global, incertidumbre y no deseo de vuelta a la normalidad, es también preparar el cuerpo para el encuentro colectivo en la lucha que continúa.
► Leé la primera parte, sobre la situación extractivista en la patagonia argentina.
► Leé la tercera parte, sobre la situación extractivista en la puna jujeña.
*Por Débora Cerutti para La tinta.