
Trabajo, quiero trabajo
Como la punta de un iceberg ya derretido, las aguas brotan a chorros en el centro de la plaza principal de Fiambalá. A su alrededor, decenas de familias llevan cuatro meses sin recibir agua para el riego de sus cultivos. Debajo del asfalto, el iceberg se consume entre las oficinas del gobierno municipal, provincial y nacional, las penurias de un pueblo que busca trabajo y la minería de litio que avanza en la región, de la mano del Proyecto Tres Quebradas. Por Lucía Maina Waisman