“Chubut, Argentina: ¿Cuarentena o dictadura?”
¿Pueden las fuerzas “de seguridad” del Estado, con sus arbitrariedades y su base represiva, servir a la seguridad sanitaria de la población? El pueblo mapuche sabe, por su propia experiencia, que más control policial y de gendarmería puede significar muchas cosas, pero nunca cuidado. La situación vivida por tres mujeres del lof Pilan Mahuiza, Chubut, sirve de muestra.
Por Redacción La tinta
“Chubut, Argentina: ¿Cuarentena o dictadura? Mari mari com pu che. Mapuche zomo tainche soy Moira Millán pingen. Soy Moira Millán, miembro del lof mapuche Pilan Mahuiza que se encuentra en la localidad de Corcovado, provincia de Chubut”. Así comienza el audio que viaja por redes intentando saltar el cerco que imponen los medios de comunicación masivos. La hermana denuncia el hostigamiento por parte de las fuerzas a las que se les delegó la seguridad sanitaria. “Las mismas fuerzas que, estos últimos años, estuvo involucrada en represión, tortura, desapariciones y muertes en territorio mapuche”, sentencia.
El martes 7 de abril, tres hermanas, integrantes del Movimiento de Mujeres indígenas por el buen vivir, caminaron los 7 kilómetros que separan el Lof del pueblo Corcovado para hacer las compras necesarias de abastecimiento. Pasadas las 19:30 horas, fueron detenidas por la policía provincial. En el comunicado difundido por redes, explican que las llevaron a la comisaría, después, al hospital del pueblo para ser examinadas por COVID-19 y, luego, nuevamente a la comisaría de Corcovado, al mando del Comisario Ramiro Torres, donde “les hicieron firmar bajo amenaza una acta en blanco a cada una”. Las liberaron a las 22:30 horas, teniendo que caminar los 7 kilómetros de vuelta a la comunidad, “con temperaturas bajo cero, con el temor de que pudiera ocurrirles otro episodio violento”, explican.
Dos días después, volvieron a la comisaría acompañadas por Moira Millán, weichafe mapuche, para pedir la nulidad de esas actas en blanco, ya que no saben de qué se las acusa. «Por supuesto, no fuimos atendidas”, relata Moira, “la policía ni siquiera nos permitió ingresar al establecimiento, nos atendió en la vereda y por medio de una ventana. Con desdén y prepotencia, nos anunciaron que no harían el acta de nulidad, ya que fueron elevadas a la justicia federal».
A esto, se suma el patrullaje en el camino que atraviesa el Lof sin dar aviso a la comunidad, “como debiera hacerse en caso de llevar a cabo un operativo”. Para las Mujeres indígenas por el Buen Vivir, se trata de “hostigamiento, violencia institucional y abuso de poder, en este contexto donde las fuerzas represivas se creen con más autoridad para actuar sobre nuestras cuerpas territorio”, denuncian en el comunicado.
La activación de la memoria reciente por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado es inevitable para el pueblo mapuche, que entiende por experiencia que el despliegue de las fuerzas represivas significa mucho más que un servicio sanitario. “Sabemos que el gobierno de la Provincia de Chubut, ansioso por extender la frontera minera, represar el Río Carrenleufu que venimos defendiendo, va a provocarnos y a generar situaciones como esta”, dice Moira. La cuarentena obligatoria parece oportuna para un gobernador “desgastado, cuestionado e, incluso, repudiado por su provincia”.
Como mujeres indígenas, las hermanas saben que sus cuerpos-territorios “no serán protegidos por un Estado racista y sanguinario, sino por nuestra capacidad de autodefensa y resguardo. Protegeremos nuestras vidas y la vida de nuestros territorios”.
Exigen la nulidad de las causas contra las tres mujeres detenidas y denuncian que “de continuar con estas prácticas represoras, no nos matará el coronavirus, sino la indolencia y las balas asesinas del Estado”.
Moira cierra el audio pidiendo solidaridad y compromiso con la justicia. “¡Paremos esta locura!”, nos dice, “que la protección contra el coronavirus sea en el marco de la protección de todos los Derechos Humanos».
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Mariana Eliano.