Feministas bolivianas rechazan Golpe de Estado y llaman a solidaridad internacional
Evo Morales vivió un Golpe de Estado. El primer presidente indígena de la historia de Bolivia llevaba varios días enfrentando un golpe blanco propiciado por el candidato opositor a la presidencia, Carlos Mesa y el neoliberal Luis Fernando Camacho, quienes instalaron la duda del fraude electoral y comenzaron a atacar de manera violenta a autoridades locales pro Gobierno del MAS. La violencia continuó, aunque el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera invitó a los sistemas internacionales a auditar el conteo, llamado que fue respondido por la OEA. Entonces el Presidente Morales informó su decisión de renunciar para evitar que continuara la represión y la violencia contra su pueblo. Frente a esta situación las feministas bolivianas han sido claras: lo que ha sucedido en Bolivia es un Golpe de Estado y lo rechazan de manera rotunda.
Por Revista Emancipa
Las Feministas de Abya Yala, Feministas Comunitarias Antipatriarcales – Bolivia Colectiva Feminista Las Azucenas – La Plata, Movimiento de los pueblos, por un socialismo feminista desde abajo, Frente popular Darío Santillán -Corriente nacional; Movimiento por la unidad latinoamericana y el cambio social; Izquierda Latinoamericana Socialista; Movimiento 8 de abril, Mariposas de Villa París, Colectiva Feminista Lunáticas, Luján; Mujeres Clasistas y Combativas, Chaco; Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía, dieron a conocer una declaración pública en la que afirman que «las Feministas del Abya Yala estamos de pie, junto a las mujeres, y al pueblo de Bolivia. Rechazamos el Golpe de Estado, y la reacción racista, misógina, colonial y patriarcal de los comandos cívicos. Rechazamos la injerencia imperialista en Abya Yala, con sus políticas violentas, golpistas, guerreristas».
“Llamamos a las feministas del continente, a los movimientos de derechos humanos y populares, a apoyar un diálogo que garantice el respeto a la voluntad popular, y a una salida política y pacífica en Bolivia”. Convocan y agregan que “las acciones mal llamadas ‘cívicas’ atacan especialmente a las mujeres de polleras, que en los años del proceso de cambios han realizado ejercicios de dignidad, de recuperación de derechos, y de identidad”.
“Es mucho lo que el pueblo boliviano puede debatir sobre las políticas del gobierno de Evo Morales. Pero es inaceptable que frente a esos debates, se habiliten respuestas golpistas, racistas y fascistas, que conocemos demasiado en el continente”, expresan.
“Como Feministas de Abya Yala, escuchamos especialmente las voces de las mujeres originarias, de los pueblos indígenas, de las feministas comunitarias antipatriarcales, de los sectores sociales más humildes, que hoy se ven amenazadas y amenazados por la avanzada racista y fascista. Nos indignamos ante las acciones de las bandas ‘cívicas’ alentadas por Camacho y Mesa que recuerdan las violencias coloniales”.
“Como Feministas del Abya Yala, comprometidas cotidianamente en la lucha por la vida, rechazamos las posiciones de quienes en nombre del feminismo se suman a políticas golpistas, coloniales, patriarcales y racistas. Ni Una Mujer Originaria golpeada por las bandas racistas. Nunca Más golpes de estado en el Abya Yala”.
En la misma idea, la organización Feminismo Comunitario de Abya Yala recordó que “la democracia no nació para pobres y ricos, nació discriminando y excluyendo a todas las mujeres y hombres pobres» y se preguntan: “¿Qué es lo que, los sectores dominantes, no le perdonan al pueblo, al Evo, al MAS y al proceso de cambio? ¿Por qué tanto odio y rabia?”.
Plantean que “no nos perdonan; al pueblo, a los indios e indias, a las y los empobrecidos, que en su cancha con su pelota, con arbitro vendido y sin el apoyo de las grandes ligas internacionales (embajada de EE.UU.) hemos abierto un espacio y tiempo, para pensarnos y descubrirnos capaces de autogobernarnos”.
En tanto, Adriana Guzmán, vocera de Feminismo Comunitario Antipatriarcal, denunció en un audio difundido por Revista Emancipa y otros medios, que “en primer lugar, es importante que quede claro que, esto es un golpe de Estado y un golpe a las organizaciones sociales, un golpe encabezado por las organizaciones cívicas del oriente, organizaciones empresariales de terratenientes y de oligarcas. Es un golpe fundamentalista, porque plantea devolver la biblia al palacio para poner al país en manos de Dios, es un golpe profundamente racista porque busca e identifica a las mujeres y a los hombres originarios dentro de las organizaciones y los escarmienta”.
Además, expresó que “no se está difundiendo lo que está pasando en el país, están quemando las sedes de las organizaciones sociales campesinas, las sedes de las organizaciones sociales indígenas, están quemando los espacios que ha tenido el movimiento al socialismo, sus sedes, sus espacios. Es importante recordar que el movimiento al socialismo es un instrumento conformado por las organizaciones sociales”.
*Por Revista Emancipa.