Monsanto-Bayer contra Río Cuarto: las claves del juicio
Esta semana, comenzó la etapa de pruebas del juicio que la multinacional de los transgénicos inició, años atrás, contra la Municipalidad, a la cual demandó por haber rechazado la instalación de su planta experimental a fines de 2013. En ese marco, el geólogo Nelso Doffo y la periodista Lucía Maina declararon este miércoles en los Tribunales locales como parte de las pruebas ofrecidas por el municipio. Mientras tanto, la Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos volvió a ratificar el rechazo a Monsanto de la población.
Por Redacción La tinta
Esta semana, comenzó la etapa de pruebas del juicio que la multinacional Monsanto -actualmente, fusionada con la alemana Bayer- lleva adelante contra la Municipalidad de Río Cuarto. Se trata de un proceso iniciado originalmente en 2014, luego de que el gobierno local rechazara una planta experimental que la empresa pretendía instalar en la ciudad. Pero, dado que la demanda presentada tenía errores de forma, el Municipio había presentado un recurso que llevó el caso al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TJS), el cual, en 2017, permitió a Monsanto corregir su presentación e iniciar el juicio, que se encuentra a cargo de las juezas Rosana De Souza, María Adriana Godoy y Sandra Tibaldi.
El miércoles pasado en la Cámara Civil y Comercial de 1° Nominación de la ciudad, se dieron las primeras declaraciones que constituyen parte de las pruebas ofrecidas por el municipio en su defensa. Lxs testigxs fueron Nelso Doffo, geólogo de la Universidad Nacional de Río Cuarto, quien, en 2013, se desempeñaba en el Observatorio de Conflictos Socio-ambientales de dicha institución, y Lucía Maina, periodista de La tinta que, por entonces, trabajaba en diario Puntal. A ellxs, se suma el biólogo y presidente de Funam, Raúl Montenegro, quien declarará próximamente en la ciudad de Córdoba.
Los ejes que guiaron esta declaración se basaron, principalmente, en ratificar las irregularidades y falencias técnicas del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por Monsanto, y que, en su momento, los especialistas citados como testigos expresaron en una nota periodística.
Allí, tanto Montenegro como Doffo explicaron que el estudio carecía de validez legal por haber sido presentado una vez que la planta ya había sido construida. A ello, se sumaban los errores técnicos del documento al no incluir información básica, tales como el tipo de semillas a utilizar en la planta o los posibles efectos de los agroquímicos con los que pretendían trabajar.
Los testimonios también abordaron la falta de licencia social que rodeaba a la empresa y que fue otro de los motivos para rechazar su instalación. Algo que fue también ratificado por la Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos, que se hizo presente este miércoles en las puertas de los tribunales locales para reafirmar que el pueblo de Río Cuarto está en contra de la presencia de Monsanto en la ciudad. “Estuvimos presentes recordando la intensa lucha que llevamos adelante junto con instituciones y especialistas para lograr expulsar a la multinacional de la ciudad, y, nuevamente, expresamos nuestro repudio a la mayor productora de venenos y transgénicos del mundo”, expresaron desde la asamblea en un comunicado.
Historización del conflicto
En noviembre de 2013, el ex intendente de Río Cuarto, Juan Jure, firmó un decreto en el que rechazó la instalación de un centro de investigación y experimentación con semillas de la multinacional Monsanto-Bayer. La medida se fundó, por un lado, en que el Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa había sido desaprobado por el Ente Descentralizado de Control Municipal (Edecom), encargado de autorizar este tipo de emprendimientos, y, por otro, en la necesidad de “garantizar la paz social”.
La medida del municipio ocurrió después de un año y medio de reclamos, manifestaciones, denuncias y posicionamientos públicos de organizaciones e instituciones de la ciudad contra la planta y las irregularidades cometidas por la multinacional. “La expulsión de Monsanto de Río Cuarto se logró gracias al compromiso de gran parte de la sociedad que nos nucleamos en la Asamblea para visibilizar el accionar ilegal de la empresa y los graves impactos de su actividad en la salud, el ambiente y las economías de los pueblos. Una vez más, y mientras dure todo el proceso judicial, decimos No a Monsanto en Río Cuarto y el mundo”, expresaron esta semana desde la Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos, después de las declaraciones.
Incluso, una resolución aprobada por unanimidad por el Consejo Superior de la UNRC había manifestado su desacuerdo con la instalación de Monsanto y los riesgos que esto representaba para el ambiente y el avance del agronegocio.
Ante ello, y mientras por esa época comenzaba el bloqueo a la planta que Monsanto pretendía construir en Malvinas Argentinas, la corporación de los transgénicos inició una demanda contra la Municipalidad de Río Cuarto. A pesar de que la demanda formulada por la multinacional en 2014 tenía errores formales, un fallo emitido por el TSJ en septiembre de 2017 le permitió avanzar en el proceso y encuadrar la misma como una demanda de “ilegitimidad”, que considera el decreto firmado por Jure como “arbitrario” al negarle la habilitación.
Sin embargo, el propio decreto del intendente indica que, además de las cuestiones referidas a lo técnico ambiental y jurídico, se realiza una “valoración discrecional y política de la solicitud efectuada”, función atribuida al Ejecutivo por la Carta Orgánica Municipal.
Asimismo, la Ley Provincial de Ambiente, además de reconocer la participación ciudadana como parte constituyente de la Evaluación de Impacto Ambiental, establece que la autoridad de aplicación “puede requerir modificaciones o alternativas de formulación y/o desarrollo del proyecto, otorgar o denegar la autorización”. Y agrega que “todo proyecto que fuere desestimado o rechazado por la Autoridad de Aplicación no puede presentarse nuevamente para su evaluación”.
* Por Redacción La tinta