“La situación es dramática»
Por Dora Barrancos para La Garganta Poderosa
En el campo científico hoy afrontamos un momento que me llena de una profunda tristeza al sufrir una destrucción muy grande respecto a todo lo que habíamos logrado durante los últimos años. Porque si bien no era que podía ingresar cualquiera al CONICET, hubo una expansión que nos llenaba de orgullo. No se necesitaba ningún título de nobleza ni apellidos reconocidos para entrar: sólo méritos, calidad y formación.
Pero todo eso se evaporó.
La semana pasada renuncié a la dirección del CONICET, aunque ya estaba prevista hace casi un año, desde que Mario Pecheny fue elegido como mi sucesor. Mi mandato terminaba el 30 de julio de 2018, ¡pero el Poder Ejecutivo nunca firmó el decreto designando al nuevo director! Inexplicable. ¿Cómo es posible que tarden tanto? A fines de 2018 había avisado que si seguían demorándose me iba a retirar, como correspondía. Y eso fue lo que hice.
El CONICET cada día está peor. Recibe golpe tras golpe y atraviesa una situación dramática: no sabemos qué pasó con los recursos que hace más de un año debieron llegar, pero eso sí, desde el Gobierno simulan extraordinariamente estar preocupados. El presupuesto votado el año pasado lo dice todo: del 1,2 prometido en campaña pasó al 0,35% del PBI. Entonces, vivimos en una gran encrucijada porque no tenemos cómo sostener las investigaciones.
Esta situación quedó en evidencia cuando Marina Simian fue al programa de televisión “¿Quién quiere ser millonario?”, para conseguir el dinero necesario que le permitiera continuar investigando la cura contra el cáncer. Me quedé azorada, impactada al verla ahí. De ninguna manera desmerezco su decisión, porque desde su perspectiva era lo que ella podía hacer. Pero sí es descalificable la actitud de Facundo Garretón, el Diputado Nacional por Cambiemos que celebró su participación, así como los festejos de aquellos funcionarios responsables de la no dotación de recursos al CONICET. Inclusive el Presidente, que la recibió para «felicitarla». Es como que alguien aplauda a una persona por pedir limosna en la calle. Es insólito, una contradicción energúmena, un desquicio desde el punto de vista de la ética pública.
El presente arrastra a que cada vez más y más científicas y científicos abandonen la Argentina. Necesitamos comprender que sin el desarrollo tecnológico es imposible que un país prospere de manera integral, pues desfinanciar la ciencia significa seguir marginando los barrios históricamente postergados. No pedimos el fomento por capricho, sino porque además de generar puestos de trabajo, podemos resolver numerosos problemas que azotan a la sociedad día tras día.
Defender la ciencia,
es defender nuestra soberanía.
*Por Dora Barrancos para La Garganta Poderosa / Imagen de portada: Colectivo Manifiesto.
*Ex integrante del directorio del CONICET.
