Homenajean a estudiante de nutrición de la UNC a 40 años de su desaparición forzada
El viernes, se conmemoró la lucha de Ana María Piffaretti, feminista y militante cordobesa desaparecida en 1978 durante la última dictadura cívico-militar. La actividad se realizó en el Archivo Provincial de la Memoria, donde estuvieron presentes representantes del Archivo, del Suoem, estudiantes y egresados de Nutrición, así como su ex compañero de militancia, Luis Bilbao.
Por Débora Cerutti para La tinta
“Cada una de estas búsquedas, de estos reencuentros son un trabajo muy artesanal, muy de hormiga y que, como todo trabajo, necesita de mucha energía. En ese sentido, nosotras lo que estamos cobijando hoy es la energía y la potencia que nos trajeron, nos contagiaron las chicas”, comenzó diciendo María, integrante del Archivo Provincial de la Memoria, quien celebró que, hace un tiempo, se acercaran un grupo de mujeres a compartir la historia de Ana María Piffaretti, luchadora desaparecida durante la última dictadura militar.
Julieta Seplovich, del Colectivo independiente de Egresadxs en Nutrición, fue una de las organizadoras de este homenaje. Narró el recorrido que las llevó a conocer la vida de Ana María. Un rompecabezas que comenzaron a armar varios años atrás, cuando egresadas, estudiantes y docentes de la carrera de la Licenciatura en Nutrición se interesaron por descubrir quién era Ana María Piffaretti: “Alguien de la que no habíamos sabido nada hasta el 2010. A partir de ese año, de manera intermitente, fuimos caminando para encontrar parte de su historia e identidad”.
En un Encuentro de Estudiantes de Nutrición que organizaron, cuyo eje era preguntarse acerca del rol social de quienes estudian Nutrición, Julieta recuerda que dos docentes contaron historias sobre las persecuciones y secuestros de colegas durante la última dictadura militar. Allí, escucharon el nombre de Ana María. Consiguieron archivos, rastrearon pistas y se encontraron con un texto que firmaba Luis Bilbao en relación a la desaparecida. Se reunieron con él en 2017. Advirtieron que, al año siguiente, se cumplirían 40 años del secuestro y desaparición de Ana María Piffaretti. Decidieron homenajearla.
Ana e Inés
Ana María Piffaretti nació el 1 de noviembre de 1945 en Río Cuarto. Cursó el secundario en el colegio Nuestra señora del Carmen de su ciudad natal y se recibió en 1962 con el título de Maestra normal. Luego, se mudó a la capital cordobesa para estudiar la carrera de “Dietista” en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, para egresar en 1967. Mientras, trabajaba y era delegada gremial en el Hospital de Urgencias de la ciudad de Córdoba, y era militante de la Liga de Estudio y Acción Revolucionaria Marxista (LEARM).
A fines del 73, se mudó a Buenos Aires para terminar la carrera de Nutricionista, donde también cursó materias complementarias de Dietista durante los años 74 y 75. Durante ese tiempo en Buenos Aires, trabajó en la empresa Ford organizando los comedores de los obreros y también se desempeñó en el Servicio de Nutrición del Sanatorio Güemes. En sus inmediaciones, fue secuestrada el 29 de junio de 1978, a sus 32 años. Aún continúa desaparecida.
Luis Bilbao, su compañero, llama a Ana con su nombre durante la clandestinidad: “Inés”. La recordó como una joven “revolucionaria marxista, internacionalista. Fuerte, firme, como un roble en el vendaval”. A fines de la década de 1960, Inés llevaba adelante, junto a estudiantes, actividades en los barrios populares de Córdoba vinculados a la planificación familiar: información y herramientas de género para que las mujeres pudieran decidir sobre sus propios cuerpos. Luego, ya en Buenos Aires, llevó adelante tareas militantes como nutricionista en la planta Ford-Pacheco.
Bilbao recuerda la convicción de Inés cuando hablaba con mujeres de “romper con las sujeciones de la falsa moral burguesa, de las imposiciones de la iglesia, del marido inconsciente, de la familia incapaz de ver cuánta opresión hay en la forma de amar a los suyos”. Bilbao no duda en afirmar que, hoy, Inés abrazaría con fuerza la lucha por el Aborto Legal Seguro y Gratuito. Y el feminismo la abrazaría a ella.
El camino: La memoria, la verdad, la justicia
Tati, de la Secretaría de Derechos Humanos del Suoem, junto a otros compañeros, se acercaron a la Biblioteca del Archivo Provincial de la Memoria a recordar a Ana María y a revindicar la importancia de seguir homenajeando y trayendo al presente las historias de vida de las luchadoras desaparecidas: “Descubrir la historia de vida de cada compañera y compañero desaparecido ha sido siempre, para nosotros, una de las principales motivaciones, sobre todo, por la historia de cada una y cada uno que ha sido realmente para nosotras, hoy y desde que empezamos con esta reconstrucción, muy importante para nuestra identidad como Municipales”. Tati plantea que la memoria, la verdad y la justicia son un camino y que es necesario seguir recorriéndolo.
Desde el gremio, se afirman en su origen y en las luchas históricas, en la entrega, la militancia y compromiso que pudieron descubrir en la historia de cada desaparecida, así como en la de los ex presos, cesanteados y perseguidos durante la dictadura de 1976: “De repente, la historia de cada compañera y compañero nos iba diciendo algo”, afirma Tati.
Y cuenta que, el año pasado, recibieron un llamado desde la comisión directiva del gremio de Judiciales. Ellos, investigando su historia, habían encontrado una nota del Cuerpo de delegados del Suoem dirigida al gremio de los Judiciales. La misma estaba firmada por Ángel Baudracco y Ana María Piffaretti. Encontraron también una foto de una parte del Cuerpo de delegados de los años ’70, que pusieron a circular durante el homenaje entre los que allí estábamos presentes.
Allí, se la ve a Ana María como la única mujer presente, con mirada firme y desafiante. En la fecha en que fue tomada la fotografía, el gremio se hallaba intervenido y el Cuerpo de delegados funcionaba de manera clandestina. Ana María nos interpela con sus gestos que traslucen una mujer ocupando espacios que el sistema patriarcal tenía (y tiene) reservado para hombres, como allí donde se toman decisiones.
“Ella era una defensora de los derechos de la mujer, no simplemente en la palabra. Si ustedes ven la foto, la imagen desafiante es muy típico de ella, que, por otro lado, era una persona muy dulce. La fuerza viene de su interior”, reflexiona Bilbao.
El sedimento de las luchas de hoy
Luis Bilbao afirma la necesidad de hacer presente a Ana María en las luchas de hoy. Leer la coyuntura que nos toca vivir, interpretar la realidad, formarnos intelectual y moralmente para luchar, ser optimistas: “Aún cuando no creíamos en la cercanía de la victoria, creíamos en la victoria”. Luis resaltó la entrega de compañeras y compañeros entre los cuales estaba Inés.
Y enfatizó que esto no se perdió: “Eso no se pierde nunca, menos en este país. Y no se trata de homenajes individuales o colectivos a luchadores. Se trata del sedimento que han ido poniendo paso a paso, momento a momento, a lo largo de la historia, distintas luchadoras y luchadores”.
Bilbao convocó a hacer homenajes donde no prive el lamento, donde no prive la tristeza: “Tristeza y lamento son partes inseparables de todo esto, pero donde no prive el sentimiento de congoja. Sino el sentimiento de confianza. Véanle la cara a Inés en esa foto, rodeada de hombres que la miran como sapo de otro pozo y, sin embargo, con una confianza en lo que va a hacer y en ella misma”. Ana María Piffaretti presente, ahora y siempre.
* Por Débora Cerutti para La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto