Infancia trans: “Me viene naciendo un hijo de 12 años”
La historia de Mauro y Gonzalo recorrió el mundo porque ellos quisieron. Mauro, el padre de Gonzalo, contó en twitter el proceso de reconocimiento de la identidad de Gonzalo: «Me viene naciendo un hijo de 12 años», dijo y con ese tuit abrazó la historia de cientos de chicas y chicos trans, sus madres y sus padres. Aquí contamos su historia.
Por Cecilia Laurido para LatFem
“Me viene naciendo un hijo de 12 años”, tuiteó Mauro en mayo de 2017, “en el lugar exacto en el que antes estuvo mi hija 12 años” siguió. Así fue como este padre de 42 años decidió contarle al mundo que desde hacía un tiempo la cosa iba en serio: tenía un hijo trans. Y que eso implicaba que le debía “allanar el camino con una topadora”.
A Gonzalo, de 13 años, no le gusta que la historia oficial sea que fueron a merendar y que les pidió que lo llamaran con ese nombre. “Ya lo venía diciendo hace meses. La hermana de Gonza – de 18 años- nos había dicho que todos los amigos le decían Gonzalo, que se cambió el nombre en las redes sociales. Pero no le dimos importancia. Nos hicimos los boludos, lo dejamos pasar”, dice Mauro.
La primera reacción de los padres fue decirle que el nombre no les gustaba, que viera si podía cambiarlo. Gonzalo respondió que si eso era necesario para que lo aceptaran él iba a hacer el esfuerzo de buscar otro. ”Recién ahí nos dimos cuenta. Se nos cayó el culo”, cierra Mauro. Más tarde, consultaron con su psicóloga, ella no podía creer que no lo hubiesen notado y, además, les contó que ese era un tema que venían tratando hace dos años.
El segundo paso fue buscarle un marco teórico al tema. Según Mauro eso no es primordial porque solo lo hacían para “tratar de entender”, que es lo único que les hacía falta. Además, dice: ”Hay que entender que la biología no es destino. Teníamos a nuestro hijo diciéndolo y viviendo feliz como se sentía. A nosotros nos costó adaptarnos con el nombre, cambiar el género, los pronombres, pero desde que se lo habilitamos para nosotros es Gonzalo. Ya era, sólo que nos estaba teniendo paciencia”.
En Twitter, Mauro contó emocionado como los amigos de G, como lo llama en esa red social, le habían mandado capturas de pantalla de cómo cambiaban el nombre del contacto. Sin embargo, quienes no son tan cercanos todavía le dicen con pronombre femenino. Ahí es donde Gonzalo se enoja y dice que no entiende cómo no pueden hacer un mínimo esfuerzo.
Si bien la familia siempre respondió con apoyo, hubo situaciones que no fueron tan cómodas. El problema más grande es cuando tienen que plantarse frente a terceros y explicar “él es Gonzalo”. “Todo el mundo está esperando que sea un capricho y que se le pase”, cuentan.
Gonzalo hoy ya tiene el documento de acuerdo a su identidad de género, carnet de obra social y demás. Entre idas y vueltas, falta de información de los organismos del Estado y gracias al apoyo de su papá, su mamá y su hermana, lo logró. Pero, en muchos otros casos, no cuentan con la contención familiar y al verse vulneradxs por el Estado y con el mínimo maltrato hasta pueden llegar a abandonar una simple consulta médica.
La ley de Identidad de Género insta a garantizar el acceso a la salud y acompañar al paciente si decide hacerse cirugías o tratamiento hormonal -esto fue reglamentado dos años después de la aprobación de la ley, en 2012-. Muchos hospitales públicos sumaron políticas de atención, pero todavía falta capacitación y profesionales que se ocupen de tratar a personas trans.
Pasaron varios meses desde que empezaron a llamar Gonzalo a su hijo, ya pudieron llorar a esa hija que no va a estar más. Mauro se ocupa de contestar dudas en Twitter y de apoyar los distintos reclamos de las personas trans. Su hilo llegó a varios países y muchos padres y madres lo tienen como referente.
Es un lunes a la mañana y Mauro atiende el teléfono apenas llega a trabajar.
—¿Por qué elegiste hacer público lo que estaba pasando en tu familia?
—Cuando Gonza nos contó empezamos a leer y queremos saber si hay otros padres que cuentan lo que les pasó: me fijé en twitter, en facebook no sé. No encontré nada. Mi esposa es docente y comparto con ella la idea de hablar estos temas y militar la aplicación de la ESI – Educación sexual integral- es fundamental para las generaciones que vienen. Damos charlas, prestamos materiales, lo que sea.
—En esta generación es un hallazgo que los padres y las madres acompañen de esa manera a sus hijxs trans.
—Por eso me puse a escribir en Twitter, doy notas y trato de visibilizar. Podés acompañar a tus hijos e hijas, si vos les abrís camino, les vas a hacer la vida mucho mejor a ellos y ellas y a los que van a venir después.
*Por Cecilia Laurido para LatFem / Foto de portada: Sally Mann.