En el día del #NiUnaMenos mataron a luchadora tucumana
El cuatro de junio, el día de las masivas movilizaciones para exigir una vida sin violencias y contra los femicidios, un taxista atropelló a María Rosa Zelaya, que se encontraba en una manifestación de las y los trabajadores de la economía popular.
Por Redacción La tinta
Mientras se realizaba una manifestación pacífica de cientos de trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular frente a la Casa de la Gobernación de la Provincia de Tucumán, en Plaza de la Independencia, un taxista intentó atravesar la columna atropellando a las personas, y asesinó brutalmente a María Rosa Zelaya. Luego intentó darse a la fuga, pero las manifestantes lo detuvieron.
María Rosa tenía 36 años, cinco hijos, era trabajadora de la economía popular y militante del Frente de Trabajadores del Interior que integra el Movimiento Octubres. Ese lunes estaba reclamando el refuerzo de subsidios a merenderos y copas de leche junto a diversas organizaciones del campo popular, integrantes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Ella, junto a otras compañeras, trabajaba a diario en un espacio de alimentación para paliar el hambre de las personas más humildes, haciendo frente a la situación económica actual producto de las políticas de ajuste del gobierno nacional y los gobiernos provinciales. María Rosa era una laburante solidaria, que reclamaba para que sus vecinos y los chicos puedan tener una vida digna.
A metros del lugar donde se desarrollaba la manifestación, en la Casa de Gobierno, el gobernador Juan Manzur celebraba el ascenso de San Martín de Tucumán junto a los hinchas. Ambos eventos produjeron un embotellamiento, pero el taxista decidió arremeter contra las trabajadoras, contra las de abajo, contra las que dan pelean día a día reclamando por necesidades tan básicas como la comida.
Ante el asesinato de la compañera, el colectivo Ni Una Menos de Tucumán decidió marchar de luto por la tarde. La marcha fue también por María, luchadora social, que salió a la calle ante las injusticias del sistema, y encontró una muerte violenta. Esta vez el gobernador no salió al balcón a dar la cara, como sí lo hizo para festejar con los hinchas.
Desde el gobierno y los medios de comunicación hegemónicos fogonean a diario el odio hacia los y las piqueteras, criminalizando la pobreza. Las organizaciones del campo popular exigen, con dolor y bronca, justicia por el asesinato de la compañera María Rosa: ¡María Rosa presente! ¡Ahora y siempre!
*Por Redacción La tinta.