¿Hacia dónde conduce a la sociedad este hato de inútiles y descarados?
Por Horacio Verbitsky para El cohete a la luna
Mauricio Macri es el primer Presidente post dictatorial que asumió sin una crisis social o financiera, con la deuda externa más baja desde el empréstito Baring Brothers de hace dos siglos y a la vez una de las menores del mundo en relación al Producto, con una desocupación casi friccional y con una red de protección social para los más necesitados. Pero a solo dos años no pudo frenar una corrida que en menos de dos semanas consumió el 12% de las reservas sin impedir por ello una devaluación próxima al 20%.
Sería fácil compilar la serie de frases con que Macri y sus colaboradores adormecieron durante estos años a una parte de la sociedad intoxicada por una publicidad hipnótica que logró imponerse sobre la experiencia personal de muchas víctimas, cotejarlas con los duros hechos que recién ahora esa gente puede empezar a percibir y burlarse del ilusionista al que han dejado de salirle los trucos. Pero es mejor que esa tarea necesaria la realicen académicos y políticos mientras desde la estratosfera tratamos de discernir qué es lo que salió mal y hacia dónde conduce a la sociedad este hato de inútiles y descarados.
El precipitado recurso al Fondo Monetario Internacional a pocas horas del supermartes 15 en el que vencen LEBACs por cerca de 30.000 millones de dólares, revela un nivel de incompetencia tan insólito que brotan las teorías conspirativas para explicarlo. Dos colaboradores hicieron llegar sus interpretaciones a El Cohete a la Luna, no sin advertir de las dudas que sienten sobre sus propias elucubraciones. Como se conocen casos de paranoicos a los que los persiguen, los tomamos muy en serio y consultamos con algunos columnistas confiables.
Los paranoicos
El primer colaborador cita un artículo del 16 de enero de 2018 publicado en el portal en español de Bloomberg donde el columnista Ignacio Olivera Doll detalla seis señales claras que recibía el mercado para desprenderse de las LEBACs:
1) El BCRA tienta a los bancos con LELIQ (títulos de deuda a siete días) con una tasa superior en un cortísimo tiempo y sin pagar impuestos.
2) El Ministerio de Finanzas emite LETES (letras del Tesoro) con rendimientos más atractivos que las LEBACs y por el mismo plazo.
3) Se grava con el 5% la renta de los tenedores extranjeros de LEBACs.
4) Se prohíbe a las aseguradoras invertir en LEBACs.
5) Se le otorga mayor rendimiento a las LEBACs de plazos cortos que largos.
6) Se emite un cronograma de vencimientos de LEBACs que por primera vez no abarca todo el año sino sólo hasta junio de 2018.
Este es un mensaje claro a los operadores del mercado de que junio es el último plazo para desprenderse de las LEBACs, a cuyos tenedores se les asegura hasta entonces la máxima rentabilidad posible, planchando el dólar hasta límites que no tienen relación con la macroeconomía y aumentando la tasa de interés.
“O el gobierno está sobreactuando o la corrida fue inducida o planificada desde el Banco Central y el Ministerio de Finanzas, como un golpe de estado financiero, cuyas consecuencias se intentarán cargar una vez más al peronismo”, concluye el Paranoico 1, quien supone que un poderosísimo sector económico internacional está en connivencia con el ala dura de los neoliberales argentinos, que recelan de Macri “por ser lo que sabían que era, un pelele que ya no les es útil y que no hace lo que le pidieron que hiciera”.
El Paranoico 2 se pregunta si “el retorno al FMI no es un proyecto de Macri & Cía. desde el principio y toda la corrida del dólar, LEBACs y la polvareda aledaña no son más que una puesta en escena destinada a justificar ese retorno y, tal vez, paralelamente sostener el desbande inflacionario, el dólar futuro, etc”.
Esto es lo que obtuvimos en la ronda de consultas con los hombres sabios que escriben en El Cohete a la Luna:
Eduardo Basualdo: El Paranoico 1 está equivocado en algunas cosas pero no es tonto. La fundamental: que no es un golpe contra Macri sino que él está en esta jugada. Desde mi punto de vista, en todo caso están recorriendo un camino que quieren que culmine con la dolarización de la economía pero no para excluir a Macri sino con Macri, donde efectivamente tiene un papel fundamental el Banco Central. Un economista que fundamentó por qué esta política no tenía salida, se sorprendió con la respuesta de un directivo de una de las grandes petroleras que actúan en el país:
—Sí tiene una salida: la dolarización.
En mi opinión, están en una política de hechos consumados hacia ese final. Ninguno de los economistas con los que hablé están de acuerdo, lo cual es un pequeño indicio de que puede ocurrir. El antecedente es que esta era la propuesta de los dolarizadores en 2001 entre los que se contaba no sólo el Banco Mundial sino también Sturzenegger. Esto no quiere decir que necesariamente sea ahora.
Sebastián Soler: No creo que haya sido orquestado. Sturzenegger quería subir las tasas hace rato, no bajarlas, y no lo dejaron hasta que se les vino encima la corrida y entraron en pánico. Eso no quiere decir que no haya habido jugadores de adentro y afuera con acceso a información privilegiada que les permitió hacer diferencias.
Ricardo Aronskind: El BCRA armó una pelota gigantesca con las LEBACs y las medidas descriptas por Bloomberg apuntan a desinflarla. Así se hacen las cosas entre amigos, se trata de inducir amablemente. También circularon rumores sobre un posible canje compulsivo por algún bono atractivo pero de más largo plazo. Eso es más hostil desde la mirada de los financistas, pero más sensato para evitar una huida masiva al dólar.
Hoy las reservas están en 55.500 millones de dólares pero parte de ese monto es de los ahorristas. Según el informe monetario del BCRA hay 30.000 millones de dólares en depósitos en dólares en los bancos. Quedarían entonces 25.500 propios para afrontar el vencimiento de 31.000 de hoy. Un canje compulsivo previo podría evitar una catástrofe, dado el clima de altísima volatilidad.
Todo lo que vino pasando fue anunciado y criticado públicamente por los que estamos en contra, que advertimos los riesgos. Que J. P. Morgan haya decidido salir de la Argentina es parte de sus movimientos internacionales, no creo que sea un golpe contra sus amigos, como tampoco los confusos movimientos de Sturzenegger, que han sido pésimos para las reservas, y también para las expectativas. Golpe de estado sería si hubiera una fracción ajustadora constituida que quisiera forzar medidas que el gobierno prudentemente no ha tomado. Por empezar porque no hay espacio social para un gran ajuste de desempleo y miseria, si quieren ganar las elecciones y seguir cambiando el país.
Creo que muchos episodios históricos son carambolas (como la llegada de Kirchner), aunque siempre haya un contexto estructural que favorece determinadas situaciones más que otras. Puede haber una conjunción de pobreza intelectual, negocios y soberbia de financistas periféricos. En el artículo de El Cohete sobre el dólar a 20 o a 30 yo evalué estas situaciones. El péndulo se movió un poquito hacia 30, pero aún sigue siendo un dólar inviable económicamente y de fuerte desequilibrio externo. El tema es que ahora se agregan otros elementos.
El Experto que lo ha Visto Casi Todo: El ala dura de los neoliberales presiona a Macri, aunque no hasta el punto de voltearlo porque no tienen estructura política, y una dictadura abierta sería inviable. Están convencidos de que lograrán su objetivo, porque todo va a empeorar y Macri y Dujovne no saben qué hacer. Cavallo y el CEMA forman parte de esa estructura. Sturzenegger obedece; esta especie de golpe no lo fabrica él, lo transmite. Intelectualmente no tiene otra manera de analizar y está resentido por la manera en que el equipo político del mismo gobierno lo relegó el 28 de diciembre al obligarlo a bajar las tasas. Macri terminará haciendo lo que le mandan. Es cierto que tratan de desprenderse de las LEBACs, pero no creo que como una corrida planeada. El grupo en las sombras y el poder financiero internacional quieren ajustar más, privatizar, resguardar al Banco Central como vehículo de esta política y endeudar al Tesoro. El mismo sentido tiene la Ley de Mercado de capitales.
Es la ofensiva del capital financiero (los grandes bancos, los fondos de inversión), un capital improductivo que saquea el producto logrado por la economía productiva. Llamándolo neoliberalismo parece más una política y una cultura, que también lo es, pero se oculta lo que lo genera. Con la crisis el capital productivo rinde poco, dado que la ampliación del mercado eleva los salarios o los mantiene altos y eso baja la tasa de ganancia. Con el capital productivo el excedente social se reparte más y es posible pensar en una renta internacional futura generalizada a repartir, sobre todo con la automatización, pero el capital financiero absorbería esta posible renta internacional y transformaría virtualmente en esclavos al resto de la humanidad. Y no se va imponiendo como golpe directo, sino por la fuerza de las cosas y la falta de horizonte político, tal como sucedió con el nazismo en Alemania. No lo digo por casualidad sino porque éste es un proceso parecido a escala internacional y como resultado de la crisis del capitalismo.
Macri y Dujovne no entienden nada, Sturzenegger sólo atina a manejar el monetarismo y Caputo es la mano de los grandes bancos y de los fondos de inversión, porque son sus clientes, su operador de confianza. Él facilitó esta situación. Por agrandar su negocio y el de sus clientes preparó el terreno para una corrida, y en eso fue acompañado por igual intención de Aranguren en el terreno de las tarifas y Clarín con las comunicaciones. Estos son los que saben dónde están.
Caputo y Aranguren están haciendo un gran negocio. Los otros no midieron la imposibilidad de que la inflación bajara con las tasas de interés ni supieron escuchar todos los alertas del deterioro que se proyectan sobre la posible debacle política de Macri. Ahora son llevados por la corriente aunque Sturzenegger sea una mano ejecutora a través del BCRA porque no sabe hacer otra cosa, y la consecuencia es que por seguir haciendo sus negocios van a terminar sonándolo a Macri, quien va a perder también con su equipo de amigos en los negocios, porque con este desbarranque y la suba del dólar los contratos PPP, dónde estaba una parte de sus negocios específicos, también se van al diablo. La mayoría de los inversores que tengan LEBACs van a tratar de desprenderse de ellas y el resultado será que el dólar siga subiendo, pero no porque se pusieron de acuerdo sino porque cada uno por su cuenta calcula que lo mejor que puede hacer es huir.
Enrique Aschieri: Como Marx, no creo en la conspiración como causa de las crisis. La propia dinámica de las contradicciones del sistema las explica. Son impersonales, objetivas. Lo que está en crisis en todos lados es la teoría económica, sin que la clase política argentina tenga la menor noticia. Mientras un sector del gobierno se jugaba a ingresar al índice mundial de mercados emergentes (MSCI) con las nuevas AFJP y los 16.000 millones de dólares que prometían, Sturzenegger y Dujovne confiaban en el disciplinamiento del FMI y un dólar alto. Coincidía con ellos el consejero estratégico presidencial Eduardo Levy Yeyati, para quien al país le conviene un tipo de cambio alto, que ‘por un tiempo’ seguiría por encima de 22 pesos por dólar [Pero el FMI ya deja saber que debería llegar a 25,50, Cristiano Rattazzi no se conforma con menos de 26 y la semana comienza con un piso de entre 24 y 25, con las inevitables consecuencias en los precios]. A juicio de Levy Yeyati sólo el temor a la inflación desaconsejaría permitir que llegara a 30. La secuencia de Olivera Doll es un simple cambio en la política financiera de tipos que no sabían ni saben para qué lado agarrar, en busca del Santo Grial MSCI. Y con fuertes contradicciones internas en cómo matar a la Argentina del 17 de octubre. Ricardo Arriazu, la eminencia gris de la AEA y el principal (no único) canal de información del FMI, da por liquidada esta etapa. La T en la frente que tiene estampada Sergio Massa, obedece a la misma visión de Paolo [Rocca].
El núcleo dirigente que llevó a este estado de cosas, por la propia dinámica del proceso, más temprano que tarde se agota. El objetivo de cobrar la deuda necesita un orden político que lo asegure, sin que la situación se desmadre o se desmadre lo menos posible. Si el núcleo dirigente en trance de agotarse resiste en vez de organizar la retirada, y encima el reemplazo no se termina de consolidar, es de manual que los factores externos lo agoten imponiéndole condiciones de máxima imposibles de cumplir. Así logra el necesario espacio político para los reemplazantes. Gobernabilidad es tiempo que viene, no que se terminó. La macroeconomía de la transición tendrá que lidiar por varios trimestres con una considerable tasa de desempleo. Los mecanismos constitucionales-democráticos encuadran las naturales disputas agónicas en el reemplazo.
Conclusiones
Macri, el jefe de gabinete Marcos Peña Braun, la heroína radical Elisa Carrió, los ministros Caputo y Dujovne piden y/o recomiendan calma, porque no hay nada de qué preocuparse, lo cual optimiza la distancia entre el discurso y la realidad. Nada más aterrador que Carrió anunciando que podemos despreocuparnos porque ella realiza inteligencia financiera. Caputo dijo que habían decidido no emitir más deuda y que lo importante es recurrir al Fondo cuando no hay problemas, lo cual no ayuda a entender los vuelos de apuro a Washington, la cara de patíbulo de la primera línea del gobierno, las reuniones incesantes de la mesa chica en las dos sedes presidenciales y los domicilios particulares de sus integrantes y las convocatorias de fin de semana a los grandes patrones.
Para el ministro de Endeudamiento y Comisiones, el FMI fue un chivo expiatorio de las culpas del populismo y “los inversores tomaron mal la actitud de la oposición que ellos consideraban racional en relación a un posible freno al tema tarifario”. En realidad, desde febrero se sabe que los prestamistas le anunciaron que no habría más para la Argentina y no por temor al populismo sino por la errática gestión de un equipo con plan de negocios.
Dujovne guardó los cartelitos que mostraba como columnista de Pagni pregonando No volver al Fondo, para explicar que es el prestamista más conveniente y barato, cuando en realidad es el único, porque las demás ventanillas fueron clausuradas con ladrillo hueco y cemento. También informó que no hay nada que temer del FMI porque no es el mismo de antes. No obstante, los informes que sus enviados produjeron sobre la Argentina repiten la conocida monserga de abrir la economía a las importaciones, desregular el mercado de trabajo, aumentar la edad jubilatoria, recortar prestaciones sociales, bajar impuestos, contener salarios. Puede ser, conceden, pero ahora se preocupa por los planes sociales, que el acuerdo en ciernes permitirá mantener. Para Caputo “la gente puede estar absolutamente tranquila a partir de ahora de que está garantizado el gradualismo hacia el equilibrio fiscal y la plata para pagar las jubilaciones, las asignaciones universales, la obra pública”. Dar buenas noticias es lindo. Si además fueran ciertas sería maravilloso.
La crítica a la desigualdad y a la débil presión impositiva sobre los más ricos tampoco es una innovación de Christine Lagarde. Hace 30 años ésa era la respuesta de su predecesor en el FMI, el también francés Michel Camdessus, ante los reparos de los sucesivos gobiernos de Raúl Alfonsín y de Carlos Menem por las políticas de ajuste que reclamaba el organismo. El 18 de enero de 1990, en un reportaje concedido a O Estado de Sao Paulo, Camdessus encomió los esfuerzos de Menem, dijo que no había ajuste indoloro, pero aclaró que “no hay ninguna razón particular para que el precio del ajuste económico recaiga más sobre los pobres. Cuando esto sucede es porque el gobierno lo permite. El gobierno debe pedir más a los privilegiados de la sociedad, porque proteger a los más pobres es la clave del éxito”. En marzo de 1988 pasó un fin de semana reunido con el presidente y su ministro Juan Sourrouille, sin anunciarlo al país. Venía a convencerlos de que de acuerdo con el innovador diseño de Henry Kissinger debían combinar la privatización de empresas con la capitalización de deuda, algo que recién aceptó Menem al año siguiente, espantado por el final apocalíptico de Alfonsín. Ahora es Lagarde la que de casualidad pasa por Buenos Aires, ve luz y sube. Nicolás le cae de maravillas.
En las primeras semanas de la presidencia de Néstor Kirchner, su gobierno se dividió respecto de las tarifas de los servicios privatizados. Lavagna proponía conceder aumentos a cuenta de una renegociación posterior. De Vido invertía el orden: primero la renegociación, y si correspondían, los aumentos, después de analizar las inversiones reales efectuadas por cada concesionario y la rentabilidad que obtuvieron. Varios entes de consumidores y usuarios y el CELS hicieron una presentación ante la Oficina Independiente de Evaluación del Fondo, objetando a sus directivos por presionar al gobierno por el aumento de tarifas, sin tener en cuenta el impacto en la distribución de los ingresos, el interés de los usuarios y la accesibilidad de los servicios. Lavagna narró que los enviados del FMI “nos dijeron que había que buscar un consenso. Nosotros les dijimos que sí, si se entendía que el consenso incluía a los consumidores. Esto obviamente provocó ciertas sonrisas del lado del FMI, porque estaban pensando no en un consenso sino en un acuerdo con las empresas, que no es lo mismo”.
Las organizaciones de la sociedad civil dijeron que el Fondo impuso al gobierno argentino una suba en las tarifas “con el fin de satisfacer los intereses de las empresas privadas cuyos accionistas, en muchos casos, son empresas públicas europeas”. Esto “no se compadece con ninguno de los fines establecidos en el Convenio Constitutivo del FMI (cooperación monetaria, expansión del comercio, lo cual mejoraría los niveles de ocupación e ingresos en todos los países, corrección de los desequilibrios en la balanza de pagos). En cambio, el pedido de aumento de tarifas sólo respondía “a la protección de los intereses empresarios”. Cuando “se confunden las cuentas públicas con las privadas es evidente que existe una extralimitación de las facultades del FMI”.
Quince años después no ha perdido vigencia, porque el FMI vuelve con el mismo discurso. El CELS impugnó esta concepción, ahora ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, durante su periodo de sesiones que acaba de concluir en Santo Domingo. Junto con una docena de organizaciones regionales presentó documentación mostrando que las políticas fiscales regresivas, que benefician a los sectores privilegiados y castigan a la población de ingresos medios y bajos, acentúan la pobreza y la desigualdad, con grave impacto en los derechos humanos ya que el primer recorte es el gasto social.
En la Argentina, el Estado recorta el presupuesto de los programas sociales básicos mientras implementa reformas tributarias regresivas y sostiene privilegios fiscales.
También hay un desfase entre los precios del suelo y el cobro del impuesto inmobiliario. Los precios del suelo de los terrenos urbanos baldíos se multiplicaron por 26 entre 2006 y 2016, mientras el impuesto inmobiliario creció apenas 8 veces. La disminución del peso relativo de ese impuesto alienta los procesos especulativos con la tierra, lesiona la capacidad estatal de prestación de servicios y de inversión pública y afecta directamente el derecho a un hábitat digno de los sectores más vulnerables de la población. Se puede leer acá el resumen ejecutivo de la presentación conjunta entregada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El sol del 25
Además de estos planteos, el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, anunció un paro general si Macri veta la ley que retrotrae las tarifas a noviembre pasado, y ata su aumento posterior al de los salarios. Participarían las dos CTA, gremios de la CGT y movimientos sociales, que el 25 de mayo se movilizarán al Obelisco para un acto sobre la Avenida 9 de Julio con la sola consigna La Patria está en Peligro. No habrá discursos y sólo se leerá un documento de pocos puntos en repudio a las políticas en aplicación y en reclamo de su modificación. La realidad de los cuerpos toma el lugar de la fantasía de los globos.
*Por Horacio Verbitsky para El cohete a la luna.