8M: Un mar violeta y verde
A Córdoba se la conocía como la ciudad sin mar, por su geografía mediterránea. Hasta ayer, cuando las calles del centro, durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, fueron colmadas por bravos ríos feministas de mujeres, lesbianas, travestis y trans que confluyeron en un único, gigantesco y emocionante mar violeta y verde.
Por Redacción La tinta
«Este #8M, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, las Mujeres, Tortas, Travas y Trans paramos. Somos feministas y hacemos temblar el mundo nuevamente porque somos parte de una historia colectiva e internacional, de quienes hoy luchamos en el mundo por nuestra emancipación. Somos millones las mujeres movilizadas en todo el mundo y salimos a las calles en defensa de nuestras vidas y por nuestros derechos como mujeres y trabajadoras», comienza el documento de la Asamblea Ni Una Menos Córdoba que fue leído anoche al cierre de la movilización.
Da gusto Córdoba el día después del #8M, todas y cada una de las mujeres que te cruzás tienen una sonrisa y una expresión de plenitud. Es que la multitudinaria movilización fue un bálsamo. En cada encuentro, en cada abrazo, el dolor de la cadena de opresiones que pesan sobre nuestros cuerpos se fue convirtiendo en rabia. Y esa rabia en poder.
«Nosotras paramos exigiendo educación sexual laica y científica, con perspectiva de género para decidir, anticonceptivos para no abortar, y aborto legal, seguro, gratuito, en el hospital para no morir» continúa el documento.
«En el 2017, 295 mujeres fueron víctimas de femicidios y transvesticidios, y Córdoba fue la segunda provincia con mayor índice de femicidios. Nosotras paramos para denunciar que el Estado y los gobiernos de Macri, Schiaretti y Mestre son responsables».
«Nosotras paramos porque hacemos visible el mapa del trabajo en clave feminista, paramos las ocupadas y desocupadas, las asalariadas y las que cobramos subsidios, las trabajadoras de la economía popular, las cuentapropistas y las que realizamos tareas domésticas y de cuidado».
Estamos siendo testigos de un cambio de era. Los libros de Historia van a hablar de estas mujeres, tortas, travas y trans como las que trajeron el mar a Córdoba, las que desbordaron las agendas políticas y obligaron a discutir sobre dominación, sexualidad, aborto, violencia y amor.
¿Qué va quedar en pie después de todo esto? Solo las ruinas de una sociedad injusta y desigual que ya era hora de que la transformemos. Estás mujeres, lesbianas, travestis y trans no quieren arreglar el mundo, quieren crear uno nuevo y a cada paso que dan van pariendolo.
*Por Redacción La tinta / Fotos: Colectivo Manifiesto.
