Transformando la atención en salud
María Verdugo, trabajadora social del Hospital Pedro Moguillansky de Cipolletti, Río Negro, nos contó sobre la apertura del primer consultorio para personas trans de la Patagonia, inaugurado el 22 de marzo pasado.
La experiencia que están llevando adelante es inédita en nuestro país. María nos contó que el proyecto comenzó a nacer hace dos años en una escuela de formación en género en Cipolletti, Río Negro, llevada adelante como proyecto de extensión entre organizaciones sociales y la Facultad de Medicina de la Universidad del Comahue. En ese marco se realizaron cinco encuentros de formación para sensibilizar a estudiantes de medicina. El ciclo de formación se llamó “Transformando la atención de las personas trans en salud”, y tuvo como objetivo cambiar prácticas, protocolos y procedimientos en relación a este colectivo. Estuvo orientada a estudiantes pero fue abierta la convocatoria y pudieron concurrir profesionales de la salud pertenecientes al hospital y personas de la comunidad.
A partir de esto se gestó la idea, y elaboraron un proyecto dependiente de extensión de la misma Facultad y del Hospital de Cipolletti, junto a la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA), para armar el consultorio. Al preguntarle sobre los recursos, Verdugo nombra varios actores: la Universidad puso algunos fondos, el hospital el lugar de atención y el personal; y la presencia fundamental de ATTTA y otras mujeres y varones trans que se han acercado fue fundamental para el armado del consultorio. Lleva el nombre de Claudia Pía Baudracco, una de las principales referentes de la lucha por los derechos de las personas trans en Argentina.
La inauguración fue el miércoles 22 de marzo con mucha participación del personal hospitalario, y con la presencia de organizaciones sociales, mujeres y varones trans y de la diversidad sexual. María nos contó que el consultorio se pensó como disparador para generar movimiento dentro del hospital público. Esto posibilita seguir promoviendo conceptos que aún están “verdes” en salud. Difundir la ley de identidad de género, que aunque tiene 5 años pero todavía en la atención cotidiana de las personas trans (acceder a un turno, a atención de calidad) no se desarrolla como está establecido, es decir la atención no es inclusiva. Así, el consultorio pretende transformar, dentro de la atención hospitalaria, la prestación de servicio.
La realidad es arrasadora: El colectivo trans está poco considerado y muy bastardeado. La expectativa de vida que tienen es entre 35 y 42 años. El 85% de la población trans no tiene obra social, y si las instituciones de salud públicas no comienzan a ser inclusivas, quedando fuera de la atención básica de salud. No solo por la hormonización, herramienta tan necesaria para el cambio de identidad autopercibida, sino también para que los varones trans puedan realizarse un pap, o simplemente tratarse una gripe u otra enfermedad.
Lo que se pretende con esta nueva experiencia es una atención integral, inclusiva y gratuita. Pudiendo concurrir no sólo por lo que respecta a la identidad de género sino por cualquier motivo.
Según las palabras de María, el consultorio Claudia Pía Baudracco “funcionará con demanda espontánea de 14 a 16, con posibilidad de ampliación según la necesidad. Habrá una médica, un médico y una persona del servicio social. También un espacio más amplio en la sala de espera con personal de consultorio acompañando el proceso de conocerse, abrir diálogo, y de intercambio que nos parece interesante instalar”.