“Esta causa no tiene nada que ver con Cristina: la denuncia fue hecha 30 años antes”
Alfredo Olivera, Oscar Schaller, Verónica Matta (secuestrados durante la dictadura) y la hermana del desaparecido Alberto Ledo, todos querellantes contra César Milani, hablan sobre su detención.
Por Rosa D’Alesio para La Izquierda Diario
La semana pasada César Milani se presentó en los Tribunales Federales de La Rioja, después de todas las dilaciones que la defensa impuso para evitarlo. Tras negarse a declarar quedó detenido por las causas que se investiga la detenciones ilegales y torturas de Pedro Olivera y de su hijo Alfredo Ramón Olivera, y de Verónica Matta, ocurridos en La Rioja durante la última dictadura cívico-militar.
Más de cuarenta años tuvieron que esperar los sobrevivientes y los familiares de las víctimas de crímenes de lesa humanidad cometidos por quien fuera el exjefe del Ejército durante el Gobierno de Cristina Kirchner, para verlo procesado. El mismo personaje que, a pesar de que un amplio sector de organismos de derechos humanos independientes denunciaron y mostraron todas las pruebas que lo incriminaban, fue encumbrado en los más altos cargos militares.
El hecho de que Milani haya sido detenido recién este viernes se debe al encubrimiento que le otorgaron todos los gobiernos constitucionales desde 1983 hasta la fecha y la negativa de esto a abrir los archivos de la dictadura. No hubo voluntad del poder político ni judicial para juzgar al militar. Las víctimas de Milani coinciden en sostener que la lucha incansable de familiares y víctimas, junto a los organismo de derechos humanos y partidos de izquierda, la que logró que fuera detenido.
Un amplio sector de la sociedad sigue reclamando juicio y castigo a los culpables y no admite las declaraciones del gobierno de Macri que sostiene que hubo una guerra sucia, o pone en dudas las cifras de desaparecidos o incluso niega que hubo un plan sistemático de exterminio.
Las tres causas por los cuales detuvieron a Milani
En los Tribunales de la Rioja estuvo Alfredo Ramón Olivera, una de las primeras víctimas que denunció a Milani como uno de los responsables de la detención ilegal de su padre, Pedro, a quien las brutales torturas sufridas le produjeron una hemiplejia y su salud se deterioró rápidamente.
Al salir de los Tribunales Olivera opinó sobre los motivos que llevaron al juez a pedir la detención preventiva de Milani. “Esta decisión abaló todas las pruebas que presentamos. Estamos esperanzados que el juez federal, Daniel Herrera Piedrabuena, finalmente resuelva que Milani quede detenido durante el proceso judicial”.
Olivera afirmó que la decisión de la prisión preventiva se debe “a la lucha incansable de los organismos de derechos humanos que siempre nos acompañaron en la búsqueda de verdad y justicia”.
También recordó cómo había actuado la Justicia hasta hoy. “En esta causa pasaron varios fiscales, que en vez de acusar al imputado lo sobreseyeron. Después tomó la causa la fiscal Marta Elena Kunath quien solicitó sólo la indagatoria de Luciano Benjamín Menéndez, pero no se atrevió a procesarlo. Tuvo que venir un fiscal subrogante que pidió ampliar la investigación. La fiscal Virginia Miguel Carmona y el fiscal general Alberto Lozada, integrante de Cámara de apelaciones de Córdoba, mantuvieron la acusación contra Milani lo que permitió que hoy quedara detenido. A ellos también mi reconocimiento”.
Olivera finalizó mencionando su primer denuncia, cuando aún estaba detenido, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “Gracias al trabajo de ellos las pruebas hoy son más contundentes. En 1979, ante ellos declaré por primera vez”.
Verónica Matta, querellante en la causa que investiga su detención ilegal denunció que César Milani había sido el militar que comandó el operativo de su secuestro y desaparición en 1976, cuando tenía 17 años. Verónica estuvo detenida-desaparecida en el centro clandestino riojano varios meses hasta que fue legalizada y trasladada a Buenos Aires a la cárcel de Devoto.
“Yo cursaba el quinto año del secundario. En esos meses que siguieron al golpe del 76 todo estaba raro y oscuro. Cada día nos enterábamos de detenciones de conocidos, amigos, e incluso de profesores del Colegio Nacional donde me iba a recibir de bachiller. Yo era una militante estudiantil muy de la época. Sensible, pero efusivamente contra sistema, pidiendo reglas nuevas. Con el Che en nuestro corazón la rebeldía para nosotros tenia rostro y nombre. En esos meses los amigos de costumbre evitábamos vernos, no obstante visitábamos a título personal a los familiares de los detenidos, en lo que fuera un proto movimiento de solidaridad”.
Respecto a su secuestro, Verónica recuerda que “esa noche, de madrugada, mi padre vino a despertarme porque venían por mí y por mi hermana. Ella no estaba. Vivía en una una casa de dos plantas y ellos me esperaban en la sala. Al entrar noté algunos rostros de sorpresa. Hombres de negro y un solo militar. Ahí entré yo, la “gran guerrillera”, preguntando si podía llevar mi tejido, mientras ellos tenía la carga de las armas apuntando a la peligrosa tejedora. Yo casi no escuchaba lo que hablaban el militar y mi padre. Pero era inevitable mirarlo. Demasiado joven y demasiado “lindito” para no recordarlo. Me subieron a un auto civil, los autos eran tres, y en otro partió el militar. Luego lo vi en un interrogatorio, cuando se levanto mi venda, y reconocí al mismo que estuvo en mi casa”.
Así recuerda Matta el día que la detuvieron. Y agregó que “pasaron muchos años y un día vi el rostro de Alberto Agapito Ledo en un cartel de Madres y el rostro de Milani. Un torbellino subió por mi espalda, ya no tenía ese rostro de chico lindo, pero era él”.
Matta estuvo dos años y siete meses detenida, en el Instituto de Rehabilitación Social (IRS), como llamaban a la cárcel convertida en campo de concentración, ubicado en La Rioja, donde se interrogaba y torturaba a los detenidos. Luego Matta fue traslada a Villa Devoto.
Sobre la detención de Milani Verónica Matta sostuvo que el de ayer fue “un día especial. Estoy satisfecha y a la vez sorprendida de que la detención no haya ocurrido en Tucumán. Creo que jamás voy a entender los criterios de la Justicia. Pero esta es una buena noticia, una noticia para cerrar heridas, y viejas historias. Y estoy contenta, primero porque puedo contarlo, y segundo por que ningún odio nubla mi presente. Creo, que al modo de los hombres (humanos) se hizo justicia”.
Otras causas que esperan justicia
Oscar Schaller y su papá, Plutarco Schaller, conocieron a Milani mientras estuvieron secuestrados durante la dictadura. Oscar fue amigo de Alberto Ledo y comparte la lucha que la madre y hermana del soldado llevan adelante.
Plutarco Schaller fue detenido el 24 de marzo del 76. Esa misma noche un operativo militar fue hasta el diario El Independiente, donde Plutarco trabajaba como periodista. Mientras otro grupo de tareas fue al domicilio particular de los Schaller y se llevabann detenida a la esposa de Plutarco. Posteriormente fue regresada a la casa, donde queda con detención domiciliaria.
Plutarco, meses después de su detención y a consecuencia de las torturas y el deterioro de su salud, fue trasladado al hospital. Una noche escucha tiros. Pocos minutos después alguien se acerca a su cama, lo destapa y grita ‘el hijo de puta esta aquí, no se escapó’. Plutarco preguntó quién era el que lo había destapado y le respondieron ‘el tenientito Milani’.
Esa misma noche volvieron al domicilio particular de los Schaller, allanaron su casa y se llevaron detenido a Oscar. El día que lo dejaron en libertad César Milani fue quien se lo informó. Oscar recuerda que Milani, en una entrevista reciente, “sostuvo que no le consta que hubo civiles detenidos en el Batallón de Ingenieros de Construcción 141 de La Rioja. Pero a mí me vio detenido ahí”.
Plutarco Schaller murió el año pasado, sin ver detenidos a los responsables de su secuestro y el de su hijo. Pero tiempo antes contó que estando detenido-desaparecido en La Rioja, vio a Alberto Ledo en el IRS y contó que lo usaban como monaguillo del cura del Ejército que daba misa a los presos.
Cuando Oscar se enteró que Milani fue detenido sintió una profunda emoción y no puedo evitar evocar todos estos recuerdos horrorosos de una parte de su vida. “Me siento muy emocionado, satisfecho por esta resolución. El caso de los Olivera es el que más pruebas irrefutables hay, siempre lo dije. Olivera denunció a Milani en 1979, ante la Comisión iberoamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego lo hizo en 1984, en el Nunca Más riojano. Ahí también consta el nombre de Milani, cuando todavía no se lo conocía”, contó Schaller a este diario. Y agregó que “esta causa no tiene nada que ver si Olivera la quiere o no a Cristina. La denuncia fue por lo menos 30 años antes”.
Oscar Schaller dijo que espera que su caso aporte para que Milani sea procesado y condenado y concluyó pidiendo “juicio y castigo a los culpables”.
Graciela Ledo viajó a Tucumán el martes pasado, cuando fue citado a declarar Milani por la desaparición de su hermano, el conscripto Ledo. Cuando salió entonces de los Tribunales, lo hizo con un sabor muy amargo. El fiscal no pidió la detención de Milani, la impunidad continuaba.
Pero ayer, junto a su madre, acompañó a Alfredo Olivera en los Tribunales de La Rioja.
“Estoy satisfecha, el juez aceptó el pedido detención de la fiscal. Algo que no ocurrió en nuestra causa”, dijo Ledo a la salida del Juzgado Federal de La Rioja y agregó “es una satisfacción porque después de tanta lucha y de tanto años de espera para vivir un momento como este”.
Para ella esta sentencia demuestra que Milani estaba implicado en crímenes de lesa humanidad. “El juez de Tucumán tiene diez días para resolver la situación procesal de Milani. Creo que la sentencia por las causas de los Olivera y Matta contribuyen también en la causa sobre la desaparición de mi hermano”.
La hermanda del soldado desaparecido concluyó recordando la larga lucha que junto a Olivera llevan adelante. “Me alegro mucho por este fallo por Alfredo Olivera, que es casi un hermano para mí. Con él venimos impulsando la lucha por juicio y castigo. También fue una alegría por nuestras abogadas, que son las mismas que llevan la causa de Olivera y Matta. Agradecemos a todas las organizaciones que nos acompañan, como lo hace el CeProDH, tanto en Buenos Aires y Tucumán”.
*Por Rosa D’Alesio para La Izquierda Diario