“La marcha de las mujeres”: un grito masivo contra Trump

“La marcha de las mujeres”: un grito masivo contra Trump
3 febrero, 2017 por Redacción La tinta

Más de dos millones de mujeres tomaron las calles de Washington, otras ciudades estadounidenses y del mundo para demostrar nuestra fuerza al presidente Donald Trump en su primer día en la Casa Blanca.

El 21 de enero se realizó la mayor Marcha de Mujeres en ciudades de Estados Unidos y otros países. Millones de personas (muchas de ellas usando gorros rosados con orejas) se convocaron para resistir y luchar en defensa de los derechos de las mujeres, migrantes, afroestadounidenses y la comunidad LGTTTBIQP. En la historia estadounidense hay dos marchas que equiparan a la masiva protesta contra el nuevo presidente Donald Trump: en octubre de 1967 contra la guerra de Vietnam y la oposición a la guerra de Irak en febrero de 2003.

“Los derechos de las mujeres son derechos humanos”, remarcaron las organizadoras en la convocatoria, aunque el mensaje de la marcha fue mucho más amplio que el de la defensa de las mujeres, según ellas mismas anticiparon: “Estamos juntas, reconociendo que defender a los más marginados entre nosotras es defendernos a todas”. La marcha constituyó un apoyo a todas las minorías que Trump atacó durante la campaña electoral y sobre las cuales promete avanzar ahora desde la Casa Blanca.

Hubo diversidad en los carteles de protestas, algunos de ellos decían: “Las mujeres no retrocedemos”; “Menos miedo, más amor”; “Ey Trump las mujeres tambien somos personas”; “Las mujeres somos la muralla y Trump tendrá que pagar”; “Mantente afuera de nuestros úteros”.

El inicio

La convocatoria surgió a través de Facebook bajo la consigna “Women´s March On Washington”. La idea de marchar surgió de una desconocida abogada jubilada de Hawai, Teresa Shook, y creció como bola de nieve en las redes sociales. Todo empezó con su pregunta en Facebook «¿Y si las mujeres desfilaran masivamente en Washington durante la investidura?». En cuestión de horas la adhesión fue masiva.

El símbolo fue el gorro rosa de lana con orejas simulando a un gato. El llamado “Pussyhat Project” (un juego de palabras con el despectivo “pussycat” que ha usado Trump) se sumó a los organizadores e instó a las mujeres a tejer los gorros distintivos. Durante semanas en círculos de mujeres, en sus tiempos libres, otras a escondidas tejieron sus gorros rosas para manifestarse ese día.

Al rosa se lo considera femenino, un color de cuidado, compasión y amor; todas cualidades que nos hacen débiles pero por el contrario nos hizo fuertes. Celia McCarthy, militante estadounidense, dijo: “Usar rosa todas juntas es una poderosa afirmación de que somos, sin dudas ni disculpas, femeninas y que defendemos los derechos de las mujeres”.  

Foto: EFE/EPA/Tracie Van Auken

Las orejas de gato juegan con el término Pussycat (literalmente, gato) que en inglés se usa para referirse despectivamente a las mujeres. Hay una anécdota en la que Clinton, Bush y Trump tuvieron una conversación sobre toquetear y besar mujeres sin saber que los estaban grabando. Donald hizo alarde de que desde que es una estrella puede hacer lo que quiere con las mujeres. Él hasta podría agarrarlas de la “concha” (pussy). Este comentario fue uno de los tantos inapropiados que ha hecho Trump hacia las mujeres.

La activista sintetiza la apreciación de la jornada, “es maravilloso ver a las mujeres jóvenes apropiarse del término concha, color rosa y nuestro poder y usar estos términos peyorativos que han sido usados para ponernos en ‘nuestro’ lugar y usarlos como un poder comunal”.

Donald Trump se defiende de las acusaciones, asegurando que su relación con las mujeres se malentiende, ya que él es alguien que impulsa sus carreras y las admira. Cita como ejemplo su relación con su hija Ivanka, a quien ha preparado para dirigir sus empresas. Muchas mujeres que han trabajado con el magnate en los últimos años dijeron que ellas nunca han sentido que las trate como objeto o de manera irrespetuosa.

Trump y aborto

En su cuarto día como presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó un decreto que recupera la aplicación de una ley que prohíbe a ONG’s y proveedores sanitarios en el extranjero utilizar fondos del Gobierno estadounidense para asesorar a favor del aborto y la salud sexual y reproductiva.

El decreto declara que “finalizará el uso de dólares de los contribuyentes para financiar abortos en el extranjero”, según explicó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en una rueda de prensa. “El mandatario ha sido muy claro que es un presidente pro-vida, la restauración de esa política refleja ese valor”.

Trump junto a los grupos antiderechos, intentan avanzar sobre nuestras vidas y sobre nuestros cuerpos, pero está claro que nuestra voz se hará sentir y no les será fácil salirse con las suya. Desde el día uno estuvimos en las calles demostrando la fuerza y resistencia que tenemos y marcandoles la cancha en todo el mundo. Nuestro grito esta bien en alto: ¡con nosotras no podrán!

 

 

 

 

Palabras claves: Donald Trump, feminismo, Violencia de género

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