Tablones sublevados: la Coordinadora de Hinchas
Llegan todos con camisetas de sus equipos. Entran, se saludan, charlan. Ponen en marcha una de las movidas más interesantes para defender al fútbol. Sucedió en el Hotel Bauen, donde la semana pasada se inauguró la Coordinadora de Hinchas. Su frente de batalla: luchar contra la privatización de los clubes. “La sociedad anónima garantiza que el fútbol no puede ser de ninguna manera ni democrático ni popular”, dice el sociólogo Pablo Alabarces, que fue parte del panel invitado a la presentación. En esta nota repasamos su charla con el programa de radio Pesimistas del Gol.
No siempre lo que sale a la superficie es lo más importante. Elecciones fallidas, finales perdidas, superligas si o superligas no, torneos de 30 equipos o de 20, Turner o Fox. Mientras, en las profundas napas subterráneas del fútbol argentino, lejos de la pirotecnia que proponen los grandes medios, se cocina a fuego lentísimo la discusión de fondo: el modelo de gestión de los clubes, las instituciones centrales del deporte.
Ante esto, una respuesta posible: la organización popular.
Hace unos días se presentó en el Hotel Bauen de Buenos Aires la Coordinadora de Hinchas, una especie de confederación de agrupaciones de hinchas de distintos clubes reunidos para construir un muro de contención ahora que el pronóstico extendido de nuestro fútbol indica que vendrá una ola privatizadora que tratará de imponer para los clubes -sin distinción de color- un modelo de sociedades anónimas deportivas. Fútbol S.A., digamos. “Nadie puede sorprenderse. Es el programa de Macri desde que era presidente de Boca, esto no trae ninguna novedad. Si se ve lo que desparrama en los puestos de gestión no sólo deportivos sino también políticos, él mete a todo su equipo boquense en puestos formales e informales”, dice Pablo Alabarces, sociólogo que ha enfocado durante muchos años su mirada en el fútbol y que, invitado por los organizadores de la Coordinadora de Hinchas, formó parte del panel en la presentación.
En una entrevista con el programa Pesimistas del Gol de Vorterix Córdoba, Alabarces dejó en claro de entrada la trascendencia de este tipo de organizaciones:
– Acompañé esto porque creo que la única esperanza que le queda al fútbol argentino para salir de este círculo de aprietes y componendas tiene que venir justamente por el lado de los hinchas. No va a ser Armando Pérez el que salve al fútbol, ni tampoco Mauricio Macri. El modelo de las sociedades anónimas deportivas no es ni inglés, ni español ni alemán. Es peor: es chileno. Es el modelo de Piñera, que es lo más cercano que podés encontrar a Macri en América Latina. Piñera fue el que impuso las sociedades anónimas deportivas para adueñarse inmediatamente del Colo Colo.
– Esto es el espejo o el reverso de las barrabravas…
– Las subcomisiones del hincha no son organismos copados por las barras. Es un lugar en el cual los grupos de hinchas militantes se ven sometidos a negociaciones constantes y complejas con las barras. El problema es poner el acento en las barras. Finalmente son grupos de choque que existen porque hay una valoración positiva del hecho de tener aguante y porque hay mucho dinero dando vuelta. Ese dinero clandestino no lo producen los hinchas, sino los dirigentes. El problema no son las barras sino el circuito de relaciones sociales y políticas en los cuales las barras son unos de los actores que reclaman su parte en el negocio porque lo conocen. En última instancia, reclaman un pacto de silencio. O me das tanto o denuncio que son ustedes los que están traficando con pases de jugadores, etc. El fin de semana sale una nota sobre el club uruguayo Maldonado, con el cual triangulaban jugadores muchos clubes argentinos. Maldonado era el club de Gustavo Arribas, que es hoy el Director de la Agencia Federal de Inteligencia. O sea, es un tránsfuga al cual Macri recompensa por ser tránsfuga dándole un cargo de jerarquía y nada menos que en la ex SIDE.
– ¿Cómo pueden hacer los hinchas para participar a distancia de la Coordinadora?
– En todos los clubes hay agrupaciones de hinchas que lo hacen de modo auténtico. Pero lo que tienen que entender es que el enemigo para el hincha de Belgrano no es el hincha de Talleres. El enemigo tampoco es el hincha de Boca o de River. El enemigo es Armando Pérez, los dirigentes deportivos, la confabulación feroz que hay en esta máquina de producir negocios impuros que hay en la AFA combinado con el poder político. Si parten de esa base, establecer acuerdos con grupos de hinchas similares que tal como ellos lo que aman es su club y el fútbol es una cosa más o menos sencilla. Hay que tener muy en claro que va a hacer falta un nivel muy alto de movilización. Estamos en manos de irresponsables. Estamos a un paso del abismo y a punto de dar un paso adelante. Imagínense si se caía el avión de la Selección Argentina el fin de semana.
– ¿Cómo se introduce la discusión sobre las sociedades anónimas deportivas? Va a ser difícil, por la idiosincrasia del hincha argentino.
– La sociedad anónima deportiva viene a ser, al interior del fútbol, el mismo sambenito que se usó con la privatización de las empresas estatales en los años 90. Esto es: endeudado el Estado, inmediatamente dicen «no hay mejor gestión que la gestión privada». Esto es fácilmente rebatible a partir de montones de argumentos, algunos históricos, internacionales y locales. El caso de Blanquiceleste SA o Deportivo Mandiyú no nos resultan lejanos. La gestión privada no siempre es exitosa.
– Acá en Córdoba los dos clubes principales han tenido una gestión privada.
– Armando Pérez es el emergente de eso. La complicación que tiene la gestión de Talleres por su relación con capitales mexicanos. Yo creo que las sociedades anónimas deportivas son la entrada más abierta para el blanqueo de dinero. Es el caso inglés, el blanqueo de plata rusa y de plata del petróleo y del narcotráfico.
– ¿Permitirá la llegada de las sociedades anónimas deportivas el hincha argentino?
– Yo del hincha argentino no espero gran cosa. Disculpen mi pesimismo. No ha demostrado en los últimos años su compromiso con causas nobles, democráticas o populares. El hincha argentino, el que ustedes llaman hincha común o verdadero, es absolutamente cómplice de todo lo que ha ocurrido en el fútbol argentino en los últimos 30 años. Cuando 40.000 personas gritan que su hinchada es la que tiene mas aguante es porque lo de la barra tan mal no les parece.
Alabarces apunta contra los modelos empresarios sin absurdo infantilista y sin la melancolía geriátrica de que todo tiempo pasado fue mejor. “Desde ya que no creo que el fútbol, con el nivel de profesionalismo que implica, tenga que estar en manos de improvisados. Está muy bien para la etapa heroica del fútbol argentino que al club lo manejara un almacenero con algunas ideas. Ahora hace falta management profesional, con cargos rentados”, dispara a realismo limpio. Pero, claro, hay que evitar la falsa certeza -construida por sus interesados directos- de que el único modelo que puede aggiornar el fútbol es el de las sociedades anónimas. Porque si bien la gestión del fútbol tiene que ser eficaz, no es su eficacia la que despierta la pasión colectiva, el fervor de masas. Entonces aquí viene a caballo de las palabras de Alabarces lo que en definitiva alumbra la Coordinadora de Hinchas, su trazado de fronteras y la reafirmación de su trinchera: “El argumento central es: las asociaciones civiles sin fines de lucro no garantizan pero posibilitan que el fútbol sea democrático y popular. La sociedad anónima garantiza que el fútbol no puede ser de ninguna manera ni democrático ni popular. Para mí ese es el punto de partida y el punto de llegada”.