Detrás de la reforma política en la UNC

Detrás de la reforma política en la UNC
17 noviembre, 2016 por Redacción La tinta

Diversos integrantes de la Universidad Nacional de Córdoba analizan a través de un Dossier elaborado por la Facultad de Artes las implicancias del proyecto de elección directa del Rectorado que se debatirá en la Asamblea Universitaria del próximo 19 de noviembre.

El próximo sábado 19 de noviembre en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) se llevará a cabo una Asamblea Universitaria donde se tratará una Reforma Política que abarca, entre otros temas, el cambio de elección indirecta por el de una elección directa de las autoridades unipersonales de la UNC. Lo que está en juego es una transformación fundamental de la política universitaria, pero que,  de aprobarse el proyecto del oficialismo, también tendrá sus repercusiones en el avance de la lógica de mercado sobre la educación pública, en la concentración de poder y en la invisibilización de aquellos conocimientos que aportan una crítica social, cultural y humanista al modelo capitalista dominante. 

En el marco de la próxima Asamblea Universitaria se han presentado ocho propuestas que involucran diferentes concepciones sobre lo que significa la elección directa, pero que plantean también una disputa sobre la concepción de la universidad pública que puede llegar a afectar seriamente el futuro de la UNC.

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Los proyectos que tienen mayores posibilidades de ser aprobados son justamente aquellos que, impulsando la simple ponderación de los votos, promueven una concentración del poder en pocas manos y confinan a un plano decorativo a las facultades pequeñas, especialmente a aquellas disciplinas que aportan sus conocimientos a la crítica del mercado y el modelo capitalista actual: las humanidades, las ciencias sociales y las artes. Los principios centrales de la Reforma de 1918, a poco más de un año de su centenario, se encuentran así en riesgo por una contrarreforma que ha sido largamente ansiada por los sectores conservadores dentro y fuera de la universidad. Ayer, los sectores eclesiásticos; hoy, las grandes empresas.

Los proyectos que impulsan la simple ponderación de los votos, promueven una concentración del poder en pocas manos y confinan a un plano decorativo a las facultades que aportan sus conocimientos a la crítica del mercado y el modelo capitalista actual: las humanidades, las ciencias sociales y las artes.

A pesar de la trascendencia y el impacto que tendría esta Reforma Política, el Rectorado de la UNC no ha asumido la responsabilidad de poner en conocimiento tanto a la comunidad universitaria, como a la sociedad en general de este cambio fundamental para la universidad.

Aunque el rector Hugo Juri tomó como promesa de campaña convocar a una Asamblea Universitaria para tratar la Reforma Política a los cinco meses de su asunción, hace poco menos de un mes que hizo la propuesta formal de su proyecto, convocando al máximo órgano de gobierno cuando la mayoría de las facultades han finalizado su año académico. Ante ello, a través de un Dossier realizado por la Facultad de Artes, diversos integrantes de la UNC plantean sus análisis y reflexiones sobre las implicancias de esta reforma frente al desconcierto que genera en una buena parte de la comunidad universitaria esta falta de información y debate sobre un cambio sustancial para la Casa de Trejo.

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Diferentes voces

Todas las comunidades intelectuales tienen igualdad de derechos, para que todas puedan avanzar en conjunto, sin exclusiones ni postergaciones.

“En esta propuesta de reforma, ¿qué se pondrá en valor?», se pregunta en este documento la decana y docente de la Facultad de Artes Myriam Kitroser. Y plantea algunas de las principales preocupaciones que genera esta reforma: «¿Se reforzarán las desigualdades estructurales de la Universidad Nacional de Córdoba? ¿Se apoyará que muy pocas facultades -aquellas que detentan un mayor presupuesto, son más antiguas o tienen una población más numerosa- definan las elecciones de autoridades rectorales, o se buscará equiparar la participación de todas ellas abogando por una auténtica democracia entre iguales? ¿Se contabilizarán los votos de individuos o se concebirá a las facultades como expresiones institucionales y políticas de una comunidad epistémica, cuya condición igualitaria se basa en el vínculo disciplinar que congrega a sus claustros?”.

El docente de la Facultad de Derecho Horacio Etchichury, por su parte, argumenta: “No importa cuántas personas estudien, enseñen o investiguen una disciplina; tampoco la antigüedad de la facultad, o su presupuesto. Todas las comunidades intelectuales tienen igualdad de derechos, para que todas puedan avanzar en conjunto, sin exclusiones ni postergaciones. No hay facultades de ‘primera’ o de ‘segunda’, porque no hay disciplinas de ‘primera’ o de ‘segunda’”.

Un aspecto central para comprender esta lógica de implantar la idea de facultades de “primera” y de “segunda” es el impedimento de que las dos nuevas facultades de Ciencias de la Comunicación y de Ciencias Sociales participen en la próxima Asamblea Universitaria. Como señala el escrito de la agrupación estudiantil Dos Puntos-La Bisagra, esto implica que “más de 400 docentes y 9.000 estudiantes no tendrán a nadie que los represente”. En relación a ello, el docente de la Facultad de Ciencias Sociales Leandro Inchauspe, nos alerta sobre la falsa urgencia por aprobar en pocos días la Reforma Política, la cual, en todo caso, pretende excluir del debate a las dos facultades recientemente creadas.

En tanto, los docentes Agustín Berti y Cecilia Irazusta señalan el impacto negativo que tendría este cambio en la representación política de la Facultad de Artes, en particular, y en el resto de las facultades pequeñas, en general. Irazusta advierte que en este proceso “se juega la posible pérdida de autonomía de nuestra institución en relación a otras facultades que adquirirían un poder inmenso en la toma de decisiones”. Así, aquellas unidades académicas con un perfil profesionalista y que responden a la lógica mercantilista acumularían poder relegando a las artes, las humanidades y las ciencias sociales.

Una (contra)reforma a poco más de un año de cumplirse el centenario de la trascendente Reforma de 1918.

La profesora de la Facultad de Filosofía y Humanidades Flavia Dezzutto plantea en este Dossier el significado de esta (contra)reforma a poco más de un año de cumplirse el centenario de la trascendente Reforma de 1918. Del mismo modo que los hechos que suscitaron la redacción del Manifiesto Liminar en aquel momento, esta reforma parece responder a intereses externos a los claustros universitarios, lo que, como señala la autora, “implica un modo de concebir una institución” que responda a tales intereses y no a los de la comunidad universitaria y de la sociedad en su conjunto.

Si la Reforma del ‘18 tomó como un eje central la igualdad de los conocimientos, hoy el oficialismo toma la noción de igualdad de un modo perverso en “publicidades, carteles y discursos relativos a la mencionada Reforma Política en la UNC”, señala Dezzutto. Y especifica que se trata de una «igualdad desinformada, en primer término, dispuesta para la manipulación y las presiones de diversa índole”, que parece confiar “la vida política de la UNC a los cabildeos jesuíticos, y no al debate público, informado y leal”.

Si la Reforma del ‘18 tomó como un eje central la igualdad de los conocimientos, hoy el oficialismo toma la noción de igualdad de un modo perverso.

Por otro lado, el profesor y secretario de política universitaria del gremio docente ADIUC Javier Blanco, se pregunta cómo puede influir este cambio en la forma de elección sobre los derechos laborales docentes. Entre otras cuestiones, apunta que dado que serán las facultades profesionalistas las que concentrarán el poder, y las mismas se caracterizan por estar constituidas mayoritariamente por docentes con dedicación simple, esta reforma “en lugar de favorecer la noción proclamada en los estatutos de la docencia exclusiva, parecería tender a la mirada opuesta, disminuyendo aún más las posibilidades de normalizar las formas de ejercicio del trabajo docente y promoviendo la precarización”.

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Por su parte, la prosecretaria de Egresados de la Facultad de Artes Fwala-lo Marín se pregunta si, a partir de ahora, el perfil de egresados/as deberá subsumirse al que impongan las cuatro facultades que, si se aprueba el proyecto oficialista, representarían el cincuenta por ciento del poder. “¿Médicos, abogados, ingenieros y empresarios, a eso se resume nuestra universidad? ¿A eso se reduce la sociedad y las profesiones que necesita?”, plantea la autora.

Para acceder al Dossier completo: Detrás de la reforma política. Implicancias del proyecto de elección directa del Rectorado de la UNC

*Por Lucía Maina para La Tinta

Palabras claves: educación, Reforma universitaria, UNC, universidad

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